[glosario]
Fuck!: ¡Joder!
Quatre quarts: Cuatro cuartos. Es un pastel conformado por cuatro ingredientes básicos: harina, huevos, mantequilla y azúcar.
Dod: Jerga dialectal del inglés de Glasgow, Escocia, para designar a una porción pequeñita de un alimento.
Wee wain: Chiquilla, niña pequeñita.
Il mio tesoro: Expresión de amor y adoración. Puede ser "mi querida" o "mi tesoro".
Melas oneiros: De acuerdo a la mitología griega, melas oneiros (sueño oscuro) es el término usado para designar a las pesadillas.
[fin del glosario]
Where something grows there is hope.
All that heals hold hope.
From shackles of ice she emerges.
From a cold sky she crawls.
(Kanno, Arnarson, 2014, 44s) [Trad. Sigurdsson, 2016]
Nuestros estudios caseros nos iban tan cortos, casi tanto como los pantalones de mis once años, que mi maw se vio obligada a admitir que hacía rato se nos había muerto el gato. Ya era hora de pasar a la siguiente etapa, de abandonar lo viejo para que entrase lo nuevo.
Esta novedosa etapa llevaría el nombre de: "Vivir en Londres".
¡Yo me alegré! Cuando uno es granjero se lleva una vida tranquila y sin sobresaltos. El idilio rural es genial para las personas que priorizan la paz y la estabilidad por encima de todo. Mi maw y Oleg, incluso aunque él sea tan bueno con los puños, son un claro ejemplo de eso. Los entiendo perfectamente, en serio, yo adoro los momentos de calma cotidiana. Y de Ayla, pues nació cansada mi hermana, la paz inerte suele ser su estado preferido.
Sin embargo, hay algo que detesto. El silencio. El silencio de la rutina, ese maldito silencio que pone clarísimo que se han acabado las cosas por decir, el silencio de quien conoce todo lo que vendrá. Callas porque te vuelves profeta y predices el futuro: de antemano escuchas lo agudo de los balidos, declaras en qué día caerán los nacimientos de los animales, sabes cómo serán las estaciones y sus respectivas cosechas, sientes cómo se sentirá la achicoria entre tus dedos...
Mi vida fue esa televisión a la que callaron de un impaciente botonazo al mando. Pronto me identifiqué con el tedio de Ayla. Éramos dos, las hastiadas profetas a punto de quedarse calvas de pura insatisfacción.
En una ciudad hay miles de cosas por hacer, ¡miles de personas a las qué conocer! El Gran Londres, los distritos, ¡la escuela, las tiendas, la nueva vida...! Me dije a mí misma, le dije a esa muda figurada que se moría de ganas de ser todo aquello que no había podido ser hasta entonces, que el cambio de aires sería la medicina a mi aburrimiento mortal.
Con todo y el cansancio del viaje, era mediodía del jueves de nuestra llegada, me ofrecí a acercarme a pie al mercado de Enfield en busca del almuerzo y la comida de esa tarde. La casa era una tremenda, desastrosa zona de guerra y necesitábamos combustible del bueno para seguir peleando con uñas y dientes contra la suciedad.
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[B3rm3llon]
General FictionAmélie Simone Batrezzio, de dieciocho años, ha superado sus problemas y conflictos de cría porque aprendió a no pudrirse por dentro con las palabras no dichas. Dejó de creer en el infierno del lore católico al que, en su infancia, pensó que iría por...