MELODÍA OLVIDADA

Capítulo FINAL Parte "B"

Concentrado en su trabajo, los días para Terry fueron transcurriendo rápido. Y porque se pasaba la mayor parte del tiempo en el teatro, las cartas de Candy se iban acumulando en su departamento, lugar que se frecuentaba únicamente para usar la cama y caer en ella ¡muerto del cansancio! además...

El joven Granchester tenía la microscópica intención de olvidarla, pero la actitud de la pecosa lo obligaba a no pensar mucho en ella que, en el momento de saber de la partida de Terry, las visitas de Albert y compañía recibía y la hacían sentirse de maravilla.

Sin embargo, y sin enterarse de lo que ella le compartía en sus misivas, "Romeo" cumplió con su palabra, así que, le hizo llegar boletos de tren y admisión, quedando nuevamente en manos de Candy, ¡la decisión a presentarse!

Pero esa angustiosa y dudosa situación, de Terry se apoderó; y su compañera Karen, conforme ensayaban a solas la escena del balcón, lo notó al observarle:

— ¡Terry, debes mirarme a mí, no a las butacas!

— Perdón, Karen. ¿Lo intentamos de nuevo?

La castaña, mientras bajaba, cuestionaba:

— ¿Qué te pasa? Has estado muy nervioso últimamente. Sé que el estreno se acerca, pero si no te controlas, ¡la obra será un desastre!

— Lo sé. Perdóname, por favor y volvamos a ensayar.

— No. Ya estoy cansada. Además, en la tarde, tenemos llamado para la escena del baile y a mí, ¡ya los callos se me reventaron!

— Está bien — dijo él.

Debido a sus palabras y a la acción de verla sentarse tan confiada en el escenario para quitarse las botas y darse un masaje en los pies, Terry sonrió y recordó a otra persona a la cual no le importaban los modales:

— Candy.

— ¿Otra vez?

— ¿Eh? ¿cómo?

— ¡Candy! Siempre la mencionas.

— ¡Ah!

— ¿Quién es ella? ¿Tu verdadera novia?

Negando con la cabeza, una boca afirmaría:

— No, mi prometida

Mirándole pícaramente, la castaña indagaba:

— ¿La has invitado al estreno?

— Sí.

— ¡Qué bien! —, Karen se puso de pie, — entonces, con ese aliciente... ¡por favor, ponle más ahínco a tu actuación! Y si ya no por esta "Julieta" —, la actriz se apuntó, — hazlo por ella, "Romeo"

Sin mostrar interés por el desconcierto en que lo dejara, la joven actriz a su camerino se dirigió. Pero detrás suyo, Terry escucharía:

— Creo que el consejo de Karen es malo, porque para quién debes actuar, es para el público en general que será el que pague por ver tu interpretación.

Ya que estuvo de frente a Susana, ésta desapareció tras bambalinas.

A pesar de que su presencia poco le había inquietado, Terry volvió a su libreto e intentó retomar lo dejado, permaneciendo ahí: una hora.

Luego, abandonó la plataforma de trabajo para salir por completo del teatro y dirigirse al restaurante de la avenida contigua y alimentarse ligeramente; pero conforme lo hacía, compañeros de elenco, en otra mesa se reunieron, más sus actitudes eran sospechosas y uno de ellos que le percató, se le acercó para comentarle: