Amanda miraba con desesperación la batalla, que esos dos hombres sostenían por ella, miró como todos esos hombres apuntaban sus armas hacia Javier, miró como Román lo derribaba de un golpe certero y miró como se ponía de pie con rapidez y ambos se apuntaban ahora uno al otro dispuestos a jalar del gatillo.
No lo podía permitir, ya había sido suficiente, ninguno de los dos merecía morir, Javier era un buen hombre, a pesar de ser lo que era, se preocupaba por los demás y siempre veía por sus necesidades y Román, también a pesar de ser lo que era, estaba luchando por dejar atrás junto con Javier lo que les había tocado vivir y para lo que habían sido entrenados.
Sin pensarlo más, abrió la puerta de la camioneta y saliendo llegó hasta ellos.
_ ¡No peleen más! - gritó sorprendiéndolos a ambos.
_ ¡Amanda! ¡No! - escucho la voz de Javier que la miraba con súplica, pero sin dejar de apuntar.
_ ¡Por favor! - pidió ella con sus ojos cristalizados. _ ¡No quiero que se lastimen, son amigos! - miró a Román que tampoco dejaba de apuntar. _ ¡Me voy contigo! - dijo entre sollozos. _ ¡te juro que no intentaré escapar de nuevo, haré lo que me pidas, seré tu esposa como esperas, cumpliré con mis obligaciones... Con todas...!
_ ¡No tienes que hacer esto! - interrumpió Javier consternado.
_ ¡Seré tu mujer! - bajó la mirada ignorando a Javier. _ ¡pero por favor paren esto...! ¡Por favor! - suplicó mirando de nuevo a Román.
_ ¡Ya escuchaste! - dijo Román tomándola del brazo y acercándola a él. _ Es lo que ella decidió, así que no te metas más. - empezó a alejarse sin dejar de apuntar.
Javier tampoco bajó su arma, estaba tentado a jalar del gatillo, pero no era capaz de hacerlo, aunque Román se estuviera comportando como un verdadero patán, no merecía morir y menos a manos de él, no lo haría y menos delante de ella, sabía que lo hacía por él y la dejaría ir, pero no la abandonaría, ya idearía la forma de sacarla de ahí y sobre todo de alejarla de Román.
Sin bajar su arma miró como la subía a su camioneta y se marchaba. Sus hombres ya habían bajado sus armas, algunos ya iban tras de él y otros disculpándose se disponían a hacer lo mismo.
Luego se quedó solo, el camino había sido despejado por los mismos hombres que lo habían bloqueado, pero ya no importaba, ella había regresado a donde mismo.
*****
Román miró a su mujer, no cometería el mismo error que la vez anterior, la llevó a la habitación de él, e hizo que pasaran todas sus cosas de nuevo ahí. Ella entró, pero se quedó estática en un rincón, estaba asustada. No sabía que esperar de él, tenía razón en estar enojado, pero curiosamente había dejado de gritar y maldecir, se diría que la estaba tratando con delicadeza y con respeto._ Puedes ducharte. - dijo. _ y ponerte cómoda. _ en un rato te traerán algo de comer, luego descansarás.
Ella lo miró sorprendida, pero obedeció de inmediato. No entendía el porqué de su cambio, según la fama que tenía, ahorita debería estar en algún lugar de su propiedad, quizás atada de pies y manos, quizás siendo azotada o simplemente abandonada en algún lugar sucio y sombrío, sin embargo, le estaba pidiendo amablemente que se diera un baño, que comiera y descansará.
*****
Román miró a aquella mujer que se hallaba sobre su cama, el cansancio por fin la había vencido, la miró detenidamente y se sorprendió de que ya no estuviera molesto con ella, por el contrario, sólo le provocaba lástima y compasión. Si era sincero Javier tenía razón, no la amaba, lo único que lo había movido todo ese tiempo era su orgullo herido, ninguna mujer se le resistía y menos lo dejaba por otro, el problema aquí era que no solo lo había dejado por otro, sino que ese otro era su mejor amigo, pero ahora que estaba más calmado se daba cuenta de que el único culpable había sido él y un poco el idiota de Francisco que se la había metido por los ojos y él se había dejado convencer, nunca se cercioro de si ella de verdad deseaba esa unión y no lo hizo, porque jamás había tenido que convencer a una mujer de estar con él, al contrario sus hombres tenían que alejarlas de su lado porque lo fastidiaban, así que ahora, se había equivocado y casi estaba seguro de que lo que Francisco le había dicho acerca de que ella estaba enamorada de él lo había inventado para convencerlo. De ser así, ese maldito no sabía lo que le esperaba, le duraría muy poco el gusto de ser su suegro y los beneficios que esto conllevaba y de los que ya gozaba.*****
Francisco miraba nervioso a su alrededor, se había enterado del escape de su hija y de cómo Román se había enfrentado a Javier por ella, <<maldito Javier>> desde el principio supo que ese hombre le daría problemas, pero no se imaginó que tan pronto ni de esas proporciones, se comentaba que los dos amigos a quienes nada ni nadie separaba, ahora estaban enfrentados y lo peor era, que Román lo estaba buscando a él también, seguramente lo culparía por causa de su hija, así que tenía que actuar rápido, por lo pronto no podía dejar que nadie lo viera. Había soltado el rumor de que había salido rumbo a la ciudad, eso le daría horas, quizás días de respiro y podría afinar su plan.*****
Amanda despertó, era un nuevo día, se sentía cansada y aturdida, aunque había dormido toda la noche, estaba demasiado nerviosa y tensa como para descansar, miró y en el mueble junto a la cama estaba su desayuno y una nota."Come bien, no me pude quedar porque tengo mucho trabajo, pero regresaré para mediodía. Espérame, comeré contigo, mientras tanto puedes salir a dar un paseo por el rancho"
Ella miró con incredulidad la nota, no entendía que estaba sucediendo. Él no era así, ¿que pretendía? ¿Se estaba burlando de ella? ¿Le estaba tendiendo una trampa? ¿Conque propósito? No lo sabía.
Sin dudarlo tomó su desayuno, lo menos que quería hacer era molestarlo. Después de eso salió, como siempre Angelina se puso a sus órdenes con amabilidad, con ella y con Teresa era con las únicas personas con las que se sentía bien en ese lugar.
Angelina le informó que Román había dado órdenes de no molestarla y de que podía salir de la casa sin escoltas, y si necesitaba de alguien Matias estaría disponible para lo que quisiera.
_ No sé qué le pasó. - dijo Angelina . _pero ahora es otro. _ aprovecha eso y no lo hagas enojar. - dijo con ternura.
Ella asintió, no lo haría más, estaba dispuesta a hacer lo que él le pidiera con tal de que no molestara más a Javier y no le causara daño.
*****
Era mediodía y como le había prometido Román estuvo ahí para la comida. Nuevamente su comportamiento fue impecable, era como si tratara de quedar bien con ella, pero no necesitaba hacer eso, además de ser el jefe, era su esposo y ella ya le había prometido que no haría ninguna tontería y que lo obedecería en todo._ ¿Te sientes mejor? - preguntó una vez que terminaron de comer y él le pidió que salieran a la terraza.
_ Si. - asintió.
_ Te debo una disculpa. - dijo ante su asombro.
Ella solo lo miró.
_ No debí tratarte como lo hice. - la miró detenidamente, en verdad era hermosa, cualquiera, estaría orgulloso de tenerla como esposa, pero ahora, sabía que para una relación de ese tipo el amor lo era todo y él no estaba enamorado. _ también lamento haberte descuidado tanto, debí darte tu lugar como mi esposa. - dijo sin apartar la vista de ella.
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POR UNA MUJER No.1️⃣0️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRA
RomanceRomán Sánchez arrogante atractivo y un importante jefe del crimen organizado, es un soltero empedernido, sin embargo, decide contraer matrimonio pensando que lo hace con la mujer indicada. Javier Hernández, hombre valiente y leal, carismático e irre...