CAPÍTULO 13 OBTENIENDO INFORMACIÓN

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Cuando Javier llegó, sus hombres ya lo esperaban.

_ ¿En dónde lo tienen? - preguntó.

_Está adentro. - contestó uno de sus hombres, pero no hemos tenido éxito, no quiere hablar.

_ De acuerdo. - dijo dirigiéndose hacia la pequeña cabaña que se hallaba al interior del bosque. _ déjenme sólo con él. - ordenó.

Cuando todos hubieron salido, se dirigió hacia el hombre que se hallaba sentado en una silla, era un hombre joven, presentaba golpes en varias partes de su cuerpo, aun así, se hallaba lúcido.

Javier lo miró, sin decir palabra acerco una silla y se sentó frente a él. El hombre había sido torturado, esto lo llenó de rabia, estaba molesto con sus hombres porque él se estaba esforzando por erradicar esas prácticas, pero alguna de su gente se resistía aún al cambio.

_ Ahora que estamos solos. - dijo mirándolo a los ojos. _ ¿me vas a decir quién y con qué te están amenazando?

Javier miró la sorpresa en sus ojos, pero de inmediato se recompuso.

_ Está equivocado. - dijo con voz ahogada. _ ya le dije a su gente que fui yo quien se llevó a la chica, solo quería ganar un dinero extra y se me hizo fácil.

_ Nadie en su sano juicio provocaría de esa forma a Román, tu y yo lo sabemos, así que habla y di la verdad.

_ ¡Esa es la verdad! - insistió con desesperación. _ ¿porqué no me creen?

_ Será porque sigues mintiendo. - dijo con calma. _ yo no soy muy paciente y mi amigo menos, en unos minutos va a llegar hasta aquí, y él no te va a tener consideración, lo más probable es que termines con una bala en la cabeza, pero antes va a hacer que te arrepientas hasta de lo que no hiciste.

_ ¡Fui yo! - casi gritó. _ y si me van a matar, háganlo de una vez. - suplicó.

_ Sabes que tu muerte no será rápida.

_ Si hablo. - dijo por fin. _esos hombres acabarán con mi familia.

_ Y si no hablas, nosotros lo haremos. - amenazó _ Quiero que veas esto. - dijo mirando el horror reflejado en su maltrecho rostro. Sacó su celular _ ¿puedes hacerlo? - preguntó. Uno de sus ojos estaba cerrado a causa de la hinchazón por los golpes y el otro apenas si lo podía abrir. Su rostro y cuerpo estaban ensangrentados.

El asintió y Javier le mostró una imagen. En ella se podía distinguir a una pareja de adultos, estaban parados en la puerta de su casa, en otra imagen se veía la misma escena solo que era una panorámica de la casa y se apreciaba la presencia de un gran grupo de hombres armados rodeando el lugar. La siguiente foto mostraba a una hermosa mujer tenía a un pequeño de dos años de la mano y su abultado vientre anunciaba que pronto sería madre de nuevo, también ese lugar estaba rodeado de hombres armados.

El hombre soltó un sollozo.

_ Confía en mí. - se levantó Javier y de un rápido movimiento cortó las cuerdas que lo ataban tanto de manos como de pies. _ Tu gente está a salvo, incluso a una orden mía, mis hombres los sacarán de ahí y los llevarán a un lugar seguro. Todo depende de ti.

_ Mi padre. - empezó a hablar de manera entrecortada. _ le debe dinero al padre de esa chica, se endeudó con él, no era mucho, pero de la noche a la mañana la deuda aumentó tanto que le fue imposible pagar, luego empezó a obligarme a hacer trabajos para él, con tal de no molestar a mi padre, pero cuando me dijo lo que tenía que hacer con su hija y que además era la esposa de su jefe, me negué, entonces mando golpear a mi padre y me amenazó con hacerle daño a mi esposa y a mi hijo. Ya no pude negarme. - se pasó las manos por el rostro. _la secuestré con ayuda de algunos hombres que trabajan para ustedes, no los conozco, pero si los veo puedo identificarlos. - ofreció ante la mirada fría de Javier. _la llevé a donde me dijo y me amenazó con matar a mi familia si decía algo. Eso es todo.

_ A donde la llevaste. - interrogó con impaciencia.

_ Ya se lo dije, se la entregué a él, pero escuché que la llevarían al rancho de Norberto Quintana, ahí la dejarían, por lo que escuché ese hombre pagó por ella.

Javier se estremeció con esa información, él y Román estaban en serios problemas, ese hombre era uno de los líderes que los habían estado atacando antes de aliarse con Santiago Moran, era un hombre cruel y desalmado, su fama no era nada buena y lo peor era, que su poder estaba muy por encima del de ellos, sus fuerzas y sus hombres eran muy superiores, sería casi imposible enfrentarse a él, menos ir y meterse a sus dominios y salir victoriosos, sin embargo, él lo haría, por ningún motivo se quedaría sin hacer nada mientras ella estaba en sus manos. No la dejaría.

_ Bien. - dijo mirando al hombre que apenas se sostenía. _ soy un hombre de palabra y te prometo que tu familia estará bien, ya viste que mis hombres están cuidando de ellos, pero va a ser necesario sacarlos de ahí, al menos hasta que pongamos en su lugar a Francisco, por lo pronto tú te quedas con nosotros, daré la orden para que te lleven a un lugar seguro y un médico te atienda, solo quiero que estés tranquilo, tu familia estará bien.

Diciendo eso salió al exterior, dio instrucciones precisas a sus hombres, respecto a él, y les prohibió tratarlo mal, ahora estaba bajo su protección.

Ellos entendieron y se apresuraron a cumplir sus órdenes.

Mientras tanto Javier se reunió de nuevo con Román, dándole la nueva información.

_ Sabes que es un suicidio ir por ella. - lo miró Román.

_ Lo sé, pero no pienso dejarla en manos de ese hombre. _ Si no quieres venir no te juzgo, te entiendo, pero no me lo impidas a mí, porque no te voy a obedecer.

_ ¡Es una estupidez lo que piensas hacer! - lo miró serio Román. _ pero no te voy a dejar solo, primero porque eres mi amigo y siempre nos hemos apoyado, y segundo creo que olvidas que es mi esposa.

_ Imposible olvidarlo - dijo con pesar. _ pero estoy seguro de que no la amas y por lo tanto quizás no te importe tanto.

_ Si la amo o no la amo, no es asunto tuyo, pero independientemente de eso no la dejaré, por el simple hecho de que es una buena mujer y la aprecio de verdad.

_ Bien, entonces no perdamos más tiempo y vamos a idear un plan, no quiero ni pensar que estará haciendo ese loco con ella. - dijo. De solo imaginarse se le revolvía el estómago.

*****
Santiago Moran miró su celular, había estado muy molesto, hasta que recibió esa llamada que acababa de colgar. Hacía algún tiempo que Román Sánchez había estado pidiendo su ayuda, había tenido problemas con algunos de los líderes del crimen organizado, gente superior a él que buscaban apoderarse de su territorio y por consiguiente deshacerse de él, además, le había expresado su interés en cambiar el giro de sus negocios y con esa condición él había aceptado, ya habían resuelto algunos de sus problemas con sus enemigos, que se habían replegado al enterarse de que Santiago lo apoyaba, después de eso habían sostenido varias reuniones más y ese día tenían una concertada, Román sabía que lo tenía a prueba y se había atrevido a dejarlo plantado. Reconocía que se había sentido muy molesto porque desde el principio le había advertido que su tiempo era muy valioso y no podía darse el lujo de perderlo, sin embargo, él no se había presentado a su cita.

Cuando ya se marchaba entró esa llamada, era él, después de disculparse le había contado que su esposa había sido secuestrada y en esos momentos estaba tras del hombre que lo había hecho y para su sorpresa después de dejarlo plantado se atrevía a solicitar su ayuda.

En otras circunstancias se hubiese negado, ¿qué cara tenía para solicitar apoyo después del plantón y de hacerlo perder su tiempo de esa, manera?  En verdad su tiempo valía oro, tenía mil asuntos por resolver, pero luego recapacitó, en realidad su excusa era válida, y sobre todo, pensó que si fuera su esposa la que se encontrara en esa situación, él lo dejaría todo para ir en su rescate, sin importar a que tuviera que enfrentarse o las consecuencias que le acarreara.

POR UNA MUJER No.1️⃣0️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora