CAPÍTULO 19 REENCUENTROS

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A la vuelta de un mes Javier había tomado la decisión de informar a Román de su encuentro con Amanda, al igual que él, no lo había tomado nada bien, aunque en esta ocasión había sido más comprensivo que él.

_ ¿La vas a defender después de lo que hizo? - lo miró incrédulo.

_ No es que la defienda, pero ponte en su situación. - lo miró. _ ¿Tú que hubieras hecho? El idiota de tu marido no puede protegerte, el maldito de tu padre es un desgraciado, que va a seguir lastimándote y quizás vendiéndote cada vez que tenga oportunidad, Norberto también está tras de ti porque tiene una cuenta pendiente contigo y el único idiota que puede ayudarte, es eso, un idiota porque ni siquiera se atreve a confesarte que está loco por ti y peor aún, te juzga por querer huir de todo eso.

Javier se quedó callado, estaba tan ofuscado que no había reparado en todo lo que su amigo acababa de decir, era verdad, había sido tan egoísta, pensando en su dolor, que no pensó en todo lo que ella había pasado, ni porqué.

Ahora sólo le quedaba hacer algo.

Por lo pronto también le había contado el hecho de que, Santiago estaba al tanto de que ella vivía y no sólo eso, si no que la estaba protegiendo.

Recordó la reacción de Santiago cuando él le marcó para pedirle explicaciones. Él no se había, sorprendido, como si esperara su llamada.

_ Las razones por las que no se los comuniqué a pesar de saber que la buscaban, es porque le hice una promesa a ella y lo hice porque sus razones eran más que válidas para mí. Lamento mucho por lo que hayan pasado, especialmente tú, pero en ese momento de verdad que esa era su mejor opción.

Javier se dio cuenta por primera vez que al parecer todos sabían de su amor por ella, ¿tan obvio había sido? ¿Lo habría sabido ella desde entonces? Porque sin duda ahora lo sabía, después de su encuentro y su reclamo.

*****
Amanda miraba a la calle, su tristeza no tenía límite, hacía diez meses había tomado una decisión, lo había hecho por el bien de Javier principalmente, luego por Román y también por ella misma, nunca, se imaginó que Javier hubiese sido tan lastimado, se sentía herido, traicionado y lo peor, no podía perdonarla, aquel día la había dejado ahí parada, sin oportunidad de explicarse, aunque ¿qué explicación le hubiera dado? Había sido sincera, lo había hecho por ellos, pero para él no había sido suficiente y ella ya no tenía más que decir. Desde que se alejó de él se sentía sola y triste, pero desde su encuentro se sentía sola y vacía, le dolía tanto saber que él estaba enojado, y que no quisiera saber nada de ella, era como estar muerta, pero tenía razón lo había engañado, lo había dejado sufrir, y eso era lo peor, que él le hubiese confesado el dolor que su acción le había causado, el enterarse apenas ahora, que la quería, que estaba enamorado de ella. De haberlo sabido antes quizás las cosas hubiesen sido diferentes, quizás en lugar de huir, se hubiera acercado a él, a pesar de Román, en otras palabras, hubiera luchado por su amor, porque también ella lo amaba.

Las lágrimas asomaron a sus ojos. Ya todo era demasiado tarde, él la odiaba y no sabía cómo reaccionaría Román. Aún no hablaba con él, no se atrevía, no tenía ninguna garantía de que en un arranque de ira no intentara asesinarla y probablemente Javier no estuviera ahí para contenerlo.

Miró una vez más al escuchar el motor de un auto estacionarse. No lo podía creer, era la camioneta de Javier, estaba ahí, descendiendo de ella, nadie le estaba impidiendo el paso, seguramente su guardaespaldas lo había reconocido, o había recibido la orden de que lo dejara pasar. Sin dudarlo salió a su encuentro.

Su corazón latía aceleradamente no tenía idea de que hacía ahí, pero a pesar de la alegría que le daba verlo, no podía esperar nada bueno, seguramente venía a reclamarle que no le hubiese dicho aún la verdad a Román. Se detuvo en la puerta que daba al exterior de la casa, él se dirigía ya hacía ahí.

POR UNA MUJER No.1️⃣0️⃣/SERIE HOMBRES DE LA SIERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora