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Después del cine Reborn condujo su Jeep de color azul marino hasta el límite del bosque de la calle del Terror y aparcó allí.

Se deslizó en el asiento, atrajo a Lana hacia sí y la besó. Sus labios estaban secos y calientes contra los de ella.

Lana le devolvió el beso con entusiasmo, enredando sus dedos entre los cabellos bien ordenados de Reborn y abrazándolo luego por los hombros.

Se detuvieron un instante para recobrar el aliento. Reborn comenzó a besarla otra vez pero de repente se detuvo y se reclinó en su asiento con un suspiro.

- Lo siento - dijo.

- ¿Por qué? - le preguntó Lana mientras le latía con violencia el corazón.

«Es un chico impresionante», pensó. El rostro de Sara se le aparecía sin cesar, pero ella trataba de apartarla de su mente.

- No suelo comportarme de este modo cuando salgo con una chica por primera vez - dijo Reborn encogiéndose de hombros. Luego sus ojos se posaron penetrantes en los de ella y añadió -: ¡Suelo aguardar a la segunda cita!

- Entonces supongo que depende de mí - dijo Lana atrayéndolo hacia sí, presionando sus labios contra la boca de Reborn y besándolo larga y apasionadamente.

La mano de Lana se enredos en su bufanda azul, de modo que se la quitó y la dejó caer en el asiento.

- Hace mucho calor aquí dentro - comentó Reborn cuando el beso finalmente hubo acabado -. ¿Quieres dar un paseo por el bosque?

- ¿Qué? Éstos son los bosques de la calle del Terror - protestó Lana.

- ¿Y qué hay con eso?

- Oh, lo siento, se me había olvidado que eres nuevo aquí - dijo ella, apretándole la mano -. No sabes qué historias tan terribles se cuentan acerca de estos bosques.

- Ni quiero saberlas. Mi casa está situada en la calle del Terror. Vamos, Lana, un corto paseo nos refrescará un poco. ¿Qué puede pasarnos? No tendrás miedo... ¿verdad?

Esa frase no era una simple pregunta, se trataba de un desafío a toda regla. Reborn salió del coche y lo rodeó hasta llegar a la portezuela del lado de Lana, que no había hecho el menor movimiento para apearse del vehículo.

Reborn abrió la puerta y le tendió la mano. Lana dudó un instante, pero luego cogió su mano y salió del coche.
Reborn la precedió camino al bosque. El viento soplaba a su alrededor en cortas ráfagas.

Lana sintió un escalofrío y comenzó a temblar. Se envolvió el cuello con la bufanda y se subió las solapas del blazer azul que había comprado junto a Rubén.

- ¿Adónde vamos? - preguntó con un escalofrío.

- No muy lejos - repuso Reborn con suavidad.

Lana notó el brazo del chico alrededor de los hombros.

. . . ...ᘛ⁐̤ᕐᐷ . . .

Aquella mañana del sábado, cuando Rubén abrió los ojos comprobó que el sol ya se colaba a través de la ventana de su habitación. Se restregó los ojos para ahuyentar los últimos vestigios del sueño y luego estiró los músculos.

Sintió una corriente de aire frío procedente de la ventana cerrada. «Ya estamos a finales de Marzo», pensó, deseando que la primavera no tardará en llegar.

Se arrebujó cómodamente debajo del tibio edredón. «Me parece que no voy a levantarme todavía - reflexionó -. ¿Qué hora será?»

𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐞𝐰 𝐆𝐮𝐲 ¡! [Ruborn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora