Rubén intentó volver a gritar, pero no salió ni el menor sonido de sus labios.
Se cogió la cara con las manos y su boca se abrió en una helada mueca de horror.
Irina había averiguado algo acerca de Reborn y ahora estaba muerta, pensó.
«¿Qué sabía de Reborn? — se preguntó—. ¿Y por qué esa información le costó la vida?»
Todo su cuerpo temblaba inconteniblemente. A su alrededor, la habitación pareció balancearse e inclinarse.
Se dirigió hacia el sofá de cuero y se dejó caer sobre él, enterrando el rostro entre las manos.
— Irina, Irina — repitió una y otra vez, inconsciente de lo que decía, transido de dolor.
¿Qué era ese sonido?
Levantó el rostro y escuchó con atención.
¿Se había abierto una puerta? ¿Eran pasos lo que oía?
— ¿Quién está ahí? — gritó con una voz débil y aguda.
¿Acaso el asesino continuaba en la casa?
— ¿Quién está ahí? ¿Hay alguien ahí?
No obtuvo respuesta.
Y entonces oyó otra vez el sonido.Tragando con dificultad, Rubén intentó vencer su espantosa sensación de vértigo y cogió el teléfono portátil de la mesilla del café.
Con un dedo tembloroso marcó el número de la policía.
— ¡Oiga, oiga, por favor! ¡Mi amiga... ha sido asesinada!
Al otro lado de la línea la voz de una mujer permanecía serena.
— ¿Cuál es la dirección, por favor? Enviaremos a alguien allí en cinco minutos.
Rubén trató de recordar la dirección de Irina. Su mente estaba en blanco. Finalmente lo consiguió y tartamudeó las señas por el auricular.
— ¡Oh!
¿Qué era ese sonido? ¿Pasos? ¿En el pasillo, afuera del estudio?
La sensación de vértigo se hizo insoportable.
«Voy a morir. Lo sé.»
La habitación comenzó a dar vueltas a su alrededor.
— Creo que el asesino continúa en la casa — dijo al teléfono con una voz temerosa y casi inaudible —. ¡Por favor, ayúdenme!
La habitación se deformó hasta adquirir unos ángulos extraños.
«Voy a perder el conocimiento», pensó Rubén.
«Y luego estaré muerto.»
— Salga de ahí inmediatamente — le dijo la voz a través de la línea telefónica, dándole instrucciones precisas con deliberada calma —. Dejé el teléfono y abandone la casa. Aléjese de ella tanto como pueda. Los oficiales de policía ya están en camino.
— Deprisa, sí, debo darme prisa — se repitió Rubén.
Sabía perfectamente que no estaba pensando con claridad.
Tampoco estaba muy seguro de que pudiera ponerse en pie.La habitación giraba. Giraba y se deformaba. El fuego rugía en la chimenea.
Y rugía dentro de su cabeza.— Salga ahora mismo de la casa — volvió a repetirle la voz por el teléfono.
Rubén dejó caer el auricular sobre la alfombra. Respiro profundamente, aferrándose al brazo del sofá.
«Ponte de pie. Ponte de pie. ¡Tienes que ponerte de pie!»
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𝐓𝐡𝐞 𝐍𝐞𝐰 𝐆𝐮𝐲 ¡! [Ruborn]
FanfictionCuando el guapo y misterioso Reborn llegó a Assaet High, todas las chicas querían salir con él, incluso aquellas que ya tenían novio. Rubén, Lana e Irina llegaron a hacer una apuesta: ¿quién de ellos conseguiría la primera cita con el chico? Pero en...