Kim DongYoung's Revenge

The past [6]

27 de enero del año 2020.

Doyoung últimamente extrañaba demasiado a su mejor amigo, tal vez era consecuencia de la terrible soledad que estaba experimentando al darse cuenta de que las personas a su alrededor no deseaban verlo nunca más.

Pero confiaba en que Jaehyun era diferente, tenían una amistad de años anteriores, podía simplemente llegar y decirle a su mejor amigo que tuviesen una tarde jugando videojuegos y el aceptaría de inmediato.

¿No?

—Hey, Jae —habló Doyoung con una enorme sonrisa, acercándose hasta donde se encontraba su mejor amigo. Al parecer había decidido almorzar con su grupo de amigos en los jardines de la universidad.

La cara que puso Jaehyun al escucharlo le hizo saber que no era bien recibido cerca de ellos.

—¿Qué quieres? Rápido —Jaehyun lo miró con desdén, sin ocultar su incomodidad. Estaba harto de la situación que había entre ellos.

Doyoung parpadeó, desconcertado por la frialdad en su voz. Sabía que algo andaba mal entre ellos, que Jaehyun había cambiado. Pero aún lo consideraba su mejor amigo. ¿Desde cuándo se preocupaba tanto por su apariencia, por usar ropa de marca? Gastaba el dinero de sus padres sin pensarlo, como si no importara.

Doyoung solo quería recuperarlo, soportar su actitud con tal de que permaneciera un poco más a su lado.

—¿Quieres sentarte a almorzar conmigo? Hay una mesita libre debajo de un árbol, así no nos da el sol —propuso con nerviosismo, consciente de las miradas de los amigos de Jaehyun que lo observaban y susurraban entre sí. —Tengo música que quiero que escuches conmigo...

—Doyoung, escúchame por una vez en la vida. Y presta atención, porque no lo voy a repetir —dijo Jaehyun, poniéndose de pie con una mirada amenazante que hizo retroceder a Doyoung. —Tú y yo no tenemos nada que ver. No somos amigos. Eres como un extraño para mí.

El golpe emocional fue inmediato, pero lo que lo devastó fue cuando Jaehyun le empujó el dedo en el pecho y lo empujó con brusquedad. Doyoung se tambaleó, pero lo peor vino después.

—Fuera de mi vista, raro.

Las carcajadas de los otros chicos retumbaron en los oídos de Doyoung, burlándose de él sin siquiera molestarse en ocultarlo. Las lágrimas comenzaron a nublar su visión, y con las manos temblorosas apretó las correas de su mochila, bajando la mirada para ocultar el dolor en sus ojos.

—Está bien —susurró con un nudo en la garganta antes de marcharse, con las risas aún resonando detrás de él.

¿Qué había hecho mal? ¿Por qué siempre terminaba alejando a todos? No podía entenderlo. Era como si llevara una maldición, como si estuviera condenado a no gustar a nadie.

El abandono era algo a lo que estaba acostumbrado, pero Jaehyun... dolía de una manera diferente.

Miró a su alrededor y notó cómo algunas personas lo señalaban, lo miraban de más, susurrando cosas que jamás sabría pero que lo hacían sentir pequeño e inseguro.

¿Qué sucedía ahora? No recordaba haber hecho algo malo como para que lo juzgaran de esa forma.

Sus miradas pesaban.

—¡Doyoung! —Irene llegó corriendo hacia él, con la respiración agitada. Parecía haber corrido por toda la universidad.

—¿Qué sucede? —preguntó Doyoung, preocupado por su compañera, pero cuando intentó tocar su hombro, Irene se apartó rápidamente.

—¿Le has mandado algo muy... muy íntimo a tu novio? —preguntó la chica con pánico en la voz.

Su rostro palideció.