El llanto desconsolado de Doyoung resonaba por toda la cabaña, como si sus emociones atravesaran las paredes, cargando cada rincón del lugar con un peso insoportable. La angustia de su amigo era tan evidente que todos los chicos que habitaban allí se sentían incómodos y culpables, especialmente Chittaphon, quien sabía que, indirectamente, era responsable de ese dolor. Nunca pensó que la información que compartió tendría un impacto tan devastador; mucho menos sabía que Doyoung desconocía quién era su verdadero padre.
—Ten —dijo Kun, con su típica mirada severa, parecida a la de una mamá lista para dar un sermón. —No sé cómo lo harás, pero tienes que hacer que Doyoung deje de llorar. Si sigue así, se va a deshidratar ahí dentro.
Chittaphon asintió con expresión sombría, sintiendo cómo la culpa le pesaba en el pecho.
—Pobrecito —murmuró Mark, lanzando una mirada preocupada hacia la puerta del baño. —Quiero ir a abrazarlo.
—Entiendo que se sienta mal, pero lo que dijo Ten fue solo un accidente —intentó justificar SiCheng, cruzando los brazos. —Yo en verdad creí que alguien ya le había contado que Minseok era su padre. Ten no quiso herirlo.
Kun frunció el ceño.
—¿Pero a quién se le ocurre soltar algo así sin estar seguro? —dijo, dirigiendo su reproche hacia Chittaphon. —Sabes lo que Doyoung ha pasado. No puedes solo... decirle algo tan grave. Lo muerto no le quita los traumas.
Chittaphon alzó las manos en señal de paz.
—¡Perdón, ya! —dijo, con una mueca de arrepentimiento. —Denme una oportunidad para arreglarlo. Vayan al sótano mientras hablo con él —lanzó una mirada suplicante, y aunque Mark se resistió, finalmente aceptó ir al sótano, convencido por XiaoJun, que lo llevó con la promesa de jugar Minecraft.
Tan pronto como todos se fueron, Chittaphon se acercó a la puerta del baño y tocó suavemente.
—Doyoung, soy yo... —dijo en voz baja, intentando sonar tranquilo—. ¿Puedo pasar?
El silencio fue su única respuesta, pero Chittaphon no se desanimó. Respiró hondo y habló una vez más.
—Escucha, en serio lo siento... No quería hacerte sentir así. Te juro que pensé que ya lo sabías. Creí que con todo lo que ha pasado, alguien ya te lo habría dicho.
Hubo un ruido, y la puerta del baño se entreabrió. Doyoung estaba ahí, con los ojos rojos e hinchados, el rostro cansado y demacrado.
—¿Sabes lo que duele? —murmuró con voz quebrada. —No es solo el hecho de que me lo hayas dicho tú, sino... —Doyoung tomó una bocanada de aire, como si intentara ahogar otro sollozo. —Es el hecho de que estuvo cerca de mí tantas veces y nadie me lo dijo. ¿Por qué nadie se dignó en hacerlo? —preguntó, mirándolo directamente, como si en sus ojos pudiera encontrar alguna respuesta.
—Doyoung, no sé por qué no te lo dijeron antes. Pero Minseok no fue capaz de asumirlo de la mejor manera. No es tu culpa. Él fue quien eligió alejarse, no fue una decisión tuya.
—¿Sabes lo que daría por haberlo sabido antes? —continuó Doyoung, su voz aumentando de volumen con cada palabra. —Cuando Jonghyun-... cuando él se fue, yo necesitaba a alguien. Creo que Minseok podría haber sido esa persona, ¿entiendes? No pedía tanto, solo necesitaba a alguien que estuviera ahí, que se preocupara por mí —su voz se quebró. —Pero ni siquiera se quedó para verme. Ni siquiera quiso verme cuando nací.
—Lo sé, Doyoung, lo sé —Chittaphon se acercó y puso una mano en su hombro. —Nadie debería haber pasado por lo que tú pasaste. Y no puedo cambiarlo, pero sí quiero que sepas que nosotros estamos aquí. Ahora mismo tienes una familia, tal vez no perfecta, pero estamos aquí y no vamos a irnos.
Doyoung lo miró, su expresión aún dolida.
—¿Sabes lo que más duele, Ten? —murmuró. —No es que él se fuera, ni siquiera es que haya querido ignorar mi existencia. Lo que más me duele es pensar en lo que pude haber tenido. Creí que podía hacer las cosas bien, que si me esforzaba lo suficiente, alguien se quedaría. Pero siempre que alguien importante entra en mi vida, termina dejándome.
Chittaphon le pasó un brazo por los hombros, dándole un apretón suave.
—Doyoung, tú no has hecho nada mal. El mundo es injusto y cruel, y a veces daña a las personas que menos lo merecen. Pero tienes que dejar de culparte por las decisiones de otros. Tú vales mucho más de lo que ellos te hicieron creer. Y si Minseok no lo vio, entonces él es quien pierde, no tú.
—Ojalá hubiera alguien que lo creyera de verdad, Ten —suspiró, secándose las lágrimas. —Quiero que me vean como alguien fuerte, alguien digno de... algo. No quiero ser el que siempre necesita ayuda.
—Doyoung, ser fuerte no significa no necesitar ayuda —replicó Ten con firmeza. —Ser fuerte es enfrentarte a todo esto y aún ser capaz de levantarte. Y tú lo haces todos los días, incluso cuando crees que nadie lo nota. Eres más fuerte de lo que crees.
En ese momento, ambos escucharon risas provenientes del sótano. Hendery se asomó por la puerta y, con una sonrisa traviesa, anunció:
—Mark quiere que bajes, Doyoung. Está construyendo una granja de ajolotes en Minecraft y quiere que la veas. Dice que necesita la aprobación de su hermano mayor.
Doyoung soltó una pequeña risa y asintió. Miró a Chittaphon, quien le sonrió con suavidad.
—Ve, Doyoung. Mark te está esperando.
—Gracias, Ten. Por escucharme.
Chittaphon lo observó alejarse. Sabía que las heridas de Doyoung no sanarían de la noche a la mañana, pero, al menos, ahora tenía algo de consuelo.
Cuando Hendery y Kun volvieron al pasillo, Ten les lanzó una mirada seria.
—Entonces, ¿qué tenemos en mente? —preguntó Kun, deteniéndose al pie de la escalera y bajando la voz para que los demás no los oyeran.
Chittaphon sonrió, ese tipo de sonrisa que rara vez mostraba.
—Podríamos empezar por investigar un poco. Averiguar más sobre Minseok y los demás involucrados. Encontrar esos puntos débiles que los hagan sentir aterrados.
—¡Uy! Como los villanos en una película, ¿eh? —bromeó Hendery.
Kun asintió.
—Exacto, pero nada peligroso. Solo poner las piezas en su lugar para que el karma actúe más rápido. Como darle una pequeña "ayudita".
Mientras intercambiaban ideas, SiCheng volvió al pasillo y los sorprendió con una mirada de sospecha.
—¿Qué están tramando ustedes dos? —preguntó, cruzándose de brazos con una sonrisa divertida.
Chittaphon levantó las manos, fingiendo inocencia.
—¿Nosotros? Nada, nada... Solo planeamos poner un poco de justicia en el universo.
—Destino —aclaró Kun.
Hendery soltó una risa baja y movió la cabeza.
—Me suena a que están a punto de hacer algo que nos va a meter en problemas —SiCheng alzó sus cejas, disconforme.
—Hay que ser discretos y cuidadosos, no quiero que nadie sospeche —Chittaphon miró a Kun. —Ayúdame con Doyoung.
La ira y la venganza le darían un pequeño empujón al karma para que este actuara rápido en contra de todas esas personas que fueron malas con él.
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Kim DongYoung's Revenge
FanficKim DongYoung se había suicidado con apenas dieciocho años de edad, dejando con ello un inmenso dolor para quienes lo conocían... o eso parecía. Sin embargo, las cosas se tornaron extrañas y era hora de afrontar las consecuencias. 🦋 N/A: Bienvenid...