Capítulo 06, parte 3: The visit: Mark.

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Mark colgó aquella llamada con su novio una vez que este se quedó dormido y suspiró profundamente, mirando por inercia a la ventana.

El sol estaba a nada de hacer acto de presencia, podía sentir el aire golpear su rostro ya que le gustaba dejar la ventana abierta para poder observar la belleza de su barrio en completo silencio. Eran de esas pequeñas cosas que lo hacían feliz.

Hasta que los recuerdos invadieron su mente.

Recuerdos de todas las veces que fue a quedarse en casa de Doyoung. Como este se despertaba alrededor de las cinco se la mañana solo para esperar a que saliera el sol. Ambos subían a la azotea y tomaban asiento, jurando que podían estar así durante toda la vida. Doyoung  decía que era una buena hora para meditar o tratar de ordenar las ideas de tu cerebro, y Mark le creía.

Ambos solían quedarse ahí, en silencio, simplemente disfrutando de la compañía silenciosa del otro, hasta que daban las ocho de la mañana y debían marcharse a su respectivo colegio.

Cualquier persona que fuese capaz de entrar a su mente para inspeccionar en sus pensamientos, creería que se encontraba enamorado de Doyoung.

No lo estaba, sabía que su cariño por el mayor era bastante diferente al cariño que sentía por alguien que le gustaba. Doyoung había sido su mejor amigo y consejero, casi un hermano para el, tanto así que estar sin su compañía era una tortura para la cuál no se había preparado.

¿Quién iba a creer que Kim DongYoung haría algo así?

Se encontraba tan mal que ya no tenía ganas de asistir a sus prácticas de basquetbol durante las tardes, sumándole el hecho de que su madre parecía odiarlo cada día más, y que su padre nunca podía permanecer cinco minutos contento. Y como si no fuese suficiente con todo eso, se estaba dando cuenta de que en realidad no estaba enamorado de Donghyuck como medio mundo creía, sin embargo, se mantenía a su lado porque sus padres hablaron con el para que no fuese capaz de dejarlo.

"Hablar" en realidad era una manera bonita de decir que lo habían amenazado.

—Doyoung, ¿qué puedo hacer? —preguntó mientras se levantaba de su cama para caminar hasta el balcón donde ambos solían bromear sobre el hecho de que tenía la altura suficiente como para saltar sin salir tan herido.

Si lo miraba de otra forma, ahora sus bromas tenían más sentido.

—¿Por qué dices mi nombre de esa manera? Sabes que no puedo ignorarte, menos cuando hablas así —dijo Doyoung después de haber aparecido a un lado de Mark, haciéndolo reír un poco. —Mi hermanito está triste... ¿por qué?

Al menos ahora agradecía tener una facilidad para ver aquellas cosas que nadie podía.

—Ya no se que hacer —confesó el adolescente con sus ojos llorosos. —Mi vida es horrible y tú no estás aquí para acompañarme... ¿por qué te fuiste?

—Existen veces en que la tristeza es más fuerte que todo el amor que puedes sentir hacia los pocos que te rodean —explicó Doyoung. —Algún día probablemente comprendan el porqué de mis acciones.

—Odio estar aquí, me siento solo.

—Ven conmigo, huye de casa —sugirió.

—¿Y Donghyuck?, ¿sus padres?

—Dudo mucho que el te ame tanto como dice —Doyoung se acercó y revolvió el cabello del chico rubio. —¿Acaso el se interesa en saber si te encuentras bien en momentos así? Si cuando le dices que no puedes dormir el nunca te contesta los mensajes.

—Lo sé, pero-

—¿Acaso te ha escuchado cuando hablas de como te sientes con todo lo sucedido? El sabe mejor que nadie las cosas que tus padres te hacen y aún así no intenta meter sus manos para detenerlo, sabiendo que de tan solo pedirlo podría lograrlo. Nunca te pregunta como estuvo tu día, o si te fue bien en la práctica. Te obliga a hacer cosas que tú no quieres solo porque el lo dice, ¿y tú crees que eso es amor? —el pelinegro le dió una de sus típicas miradas de madre al menor, logrando que Mark se quedara sin palabras por un momento.

Decía la verdad.

Y muchas veces la verdad dolía.

—¿Nunca me amó?

—Pasé por cosas de este tipo, créeme que no es amor.

—Oh...

—Huye conmigo, Mark —dijo Doyoung en un tono de súplica. —Prometo que todo será mucho mejor que aquí, yo mismo puedo encargarme de que tú vida sea más tranquila y sin tantos golpes. Sabes que siempre te traté como un hermano menor, te tengo tanto cariño que no puedo quedarme de brazos cruzados ahora que puedo ser capaz de ver por completo en la situación que te encuentras.

—¿Qué tanto sabes?

—No puedo decir lo que se, pero si puedo mencionar que no me ha agradado para nada.

—Entonces es lo que creo —Mark suspiró profundamente, no quería llorar. —Doyoung, yo...

—¿Por qué no me dijiste nada? Pude haber hecho algo —Doyoung limpió las lágrimas del menor. —Mi hermanito... Mi pequeño Mark, ¿cómo pudo hacerte esto? ¿cómo fue capaz de lastimarte así?

Un fuerte abrazo fue suficiente para que el llanto lleno de dolor de Mark inundara toda la habitación. No quería que nadie se enterara de las cosas que sucedían en su hogar cuando las luces se apagaban, le daba vergüenza tener que hablarlo con alguien y tal vez por eso nunca fue capaz de decirle a Doyoung todo lo que su propio padre fue capaz de hacerle.

Era un simple niño. Nadie le creería.

Pero se arrepiente de haber dudado de Doyoung.

—Tengo miedo —sollozó.

Ven conmigo, nadie te hará daño nunca más, no permitiré que te pongan una mano encima de nuevo, ellos no podrán saber dónde te encuentras.

—¿Será seguro? Tengo tanto miedo de tan siquiera salir.

El pelinegro extendió su meñique frente a Mark, quién de inmediato entrelazó sus dedos.

—Ante ti, universo, prometo que siempre estarás bajo mi total protección. Incluso en nuestras futuras vidas.

—Prometer las cosas al universo es arriesgado —dijo Mark con algo de miedo.

—Te sorprenderá saber la verdad —antes de que Mark hablara de nuevo, Doyoung se acercó al balcón. —¿Confías en mí?

—Claro.

—Toma mi mano y salta.

Mark lo observó como si estuviese loco, sin embargo, la esperanza en el rostro de su mejor amigo le hizo saber que todo estaría bien.

En realidad, cualquier lugar lejos de casa era bueno.

Tomó su mano con fuerza y ambos saltaron del balcón.

Ese mismo día todas las noticias locales se encontraban anunciando la desaparición de un joven de cabellos rubios y pecas en sus mejillas, el cual respondía al nombre de Mark. La última vez que se vio fue en su propio hogar, una noche anterior.

Doyoung con ayuda de sus amigos pudo ver las publicaciones que Donghyuck hacía con respecto a la misteriosa desaparición de su novio. 

"Mark es mi novio y juro que voy a asesinar con mis propias manos a la persona que le haya puesto una mano encima."

¿Por qué no lo hizo, entonces?

El nivel de cinismo que manejaba ese niño era imperdonable, no podía creer que incluso una situación de este tipo quisiera convertirla en algo para llamar la atención y recordar que Mark era su novio.

Realmente las personas nunca cambiaban.

















































Nota:

Regresenme a 2020 dónde la gente le hacía teorías a mi fic 😭

— Si, regresenme. 😭

- Shippers. ♡

Kim DongYoung's RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora