Tom's Pov
—¿Y que?— Dorcas responde restándole importancia.
—Eh, creo que mejor los dejo solos— Mattheo se va de la habitación.
—Dorcas me prometiste que nunca estarías con el.
—Tom teníamos 10 años, ya no somos niños. Puedo estar con quién yo quiera, no me puedes estar controlando todo el jodido tiempo.— Se levanta y me mira con enojo.
—¿Ahora te vas a hacer la enojada? Maldita sea Dorcas me lo prometiste. Y aunque ya seamos mayores me sigue importando que te acuestes con mi hermano.— rueda los ojos.— Yo solo creí que te importaba un poco más.— estoy por irme cuando me toca el brazo—
—Tom, te prometo que no hice nada con el. O bueno, solo fueron... unos besos.— baja la cara avergonzada.
—¿Solo unos besos? Vete al carajo Dorcas.
Y con eso salgo de la habitación, camino por el pasillo enojado conmigo mismo, me prometí que nunca dejaría que Mattheo la tocará, se que el le romperá el corazón. Salgo al campo de quiddich dónde es el único lugar que puedo calmarme leyendo un libro, y ahí la veo, es ravenclaw que me dijo que Dorcas y Mattheo...
Me acerco a ella y la tomo del brazo arrastrándola hasta la sala común de slytherin. No dice nada, no se queja, se que le gusta que la traten mal. Un día la vi teniendo sexo con un chico gryffindor, creo que su nombre era Oliver, si es ese chico que está obsesionado con el quiddich.
Pensé que por ser una patetica niña ravenclaw iba a ser una monja, me sorprendió.
—¿Que te pasa Tom?— pregunta burlona cuando llegamos.
Aprieto la mandíbula tratando de controlar mi irá. No le respondo y la llevo hacia mi habitación. Ella me mira nerviosa cuando llegamos.
—¿Que pasa Tom?— toda diversión en ella desapareció. Cierro la puerta de la habitación y cuando me volteo sin pleno aviso la beso.
Sus labios son suaves. No es un beso romántico ni tierno, es un beso salvaje, agresivo. La tomo de la cintura y la pego a la puerta, le agarro el cuello y suelta un gemido que queda atrapado entre mis labios. Nos separamos gracias a la falta de aire.
—Tom— jadea con la respiración agitada.
Anna's Pov
Me estoy muriendo ahora mismo. Tom me beso, fue el, no yo. Me beso y fue fantástico, sus labios son suaves y un poco secos lo que me vuelve loca, me encanta, sabe besar super bien.
Jadeo con la respiración agitada y Tom me mira a los ojos, el azul de sus ojos me tiene encantada. Vuelve a besarme y me siento en un sueño, carajo carajo, cierro los ojos y disfruto del sabor de sus labios.
Levanto mis manos y las pongo en su cuello. Me aprieta contra el y puedo sentir su gran erección, gimoteo cuando vuelve a frotarse contra mi. Me levanta del culo y envuelvo mis piernas en su cintura.
Me lleva hacia la cama y me recuerta allí, se sube encima mío y acaricia mis muslos mientras sus besos bajan a mi cuello.
—Tom— gimo.
Se separa de mi cuello, sube sus manos hacia el borde de mi falda y la tira dejándome en bragas. Vuelve a besarme, pero se separa nuevamente para quitarme la túnica, desprende mi camisa blanca con rapidez, dejándolo ver mi brasier negro, quita completamente mi camisa. Está vez lo beso yo, agarrándome de su cuello. Agarra con fuerza mis caderas y frota otra vez su gran erección, gimo un poco más fuerte.
—No hagas ruido Black— me dice agarrándome el cuello, su voz es ronca y sexy.
Asiento y vuele a besar mi cuello, dejando un camino de besos por mis pechos hasta llegar a mi ombligo, me da un escalofrío que recorre mi espina dorsal, sigue dejando besos a su merced hasta llegar a mis muslos, los besa con descaro y me siento más mojada que nunca.
Agarra el borde de mis bragas y las baja dejándome desnuda de la cintura para abajo. Suelto un grito ahogado cuando siento su lengua ahí. Su lengua se mueve rápidamente sobre mi clítoris haciéndome sentir en el paraíso, succiona, lame y chupa mi vagina hasta que me corro en sus labios.
Vuelve a subirse arriba mío y veo sus labios con mis fluidos, me avergüenza un poco, pero cuando vuelve a besarme me olvidó de todo. Su lengua juega con la mía y la mueve en una sintonía perfecta. Quita mi brasier y lame uno de mis pezones erectos. Gimo un poco más fuerte.
Se separa de mi y se quita la camisa, dejándome ver esos pectorales bien formados que me vuelven loca al instante, desabrocha su cinturón y baja sus pantalones con sus boxers, y dios mío, carajoo.
Se acerca nuevamente a mi y me penetra sin aviso, gimo sintiendo su gran tamaño. No espera a que me acostumbré a el, empieza a mover fuerte y rápidamente sus caderas contra mi, haciendo que el sonido de nuestras pieles resuenen por toda la habitación. Gimo fuerte cuando levanta mis caderas para que tenga más acceso a mi.
Mi orgasmo esta cerca y empiezo a gemir más y más fuerte.
—Tom voy a, ah— gimo.
—Todavia no te corras Black— me ordena.
Trato de aguantar un poco más pero mis piernas empiezan a temblar mucho, y siento que no puedo más.
—Tom, no puedo más, Tom, por favor— le ruego.
—Correte pequeña puta— me penetra más rápido y estalló sietiendo el orgasmo recorrer cada parte de mi cuerpo. El se viene segundos después. Respiramos agitados y ahí es cuando pienso.
¡Carajo, el condón!
—¡Mierda Tom, el condón!
—Esta bien, luego tomate una pastilla— responde sin importancia alguna. Se recuesta a mi lado y vuelvo a sentirme en un sueño. Siempre imaginé este momento, pero no sabía que llegaría tan rápido, así de repente. Me encanto. Estoy cada vez más enamorada de él.