Capítulo 9: Borgin y Burkes

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— Tengo que aprovechar el próximo viaje a Hogsmeade para aparecerme en el callejón Diagon e ir al callejón Knockturn...

— Tenemos.

— Tengo.

— Tenemos.

— Tengo.

— Tenemos.

— Vale, tenemos, pero harás solo lo que yo te diga, un movimiento en falso y te cocerán vivo y yo no voy a salvarte de nuevo.

— Está bien

**********

Harry siguió intentando amigarse con Draco y, aunque este estaba reacio a creerle, dejaron de odiarse un poco, aunque siempre estaban las peleas, pero siempre se encontraban en el jardín, se disculpaban con indiferencia, como si no importara e ignoraban la pelea, volviendo a su estado de ami-enemigos.

— Pero, ¿entonces fue en 1980 que empezaron realmente los negocios con muggles? – Preguntó Draco

—Sí, al menos eso dicen los registros oficiales, pero creo que ya los habían hecho antes...

— ¿Quién fue el primero en romper la tradición?

— En sí, ambos, les ofrecieron un proyecto muggle y ambos aceptaron. Cuando se dieron cuenta de que tendrían que trabajar juntos, lo dejaron

Harry y Draco tenían varios libros abiertos estudiando juntos la historia de los negocios Black.

— "Al nacer los dos herederos, la competencia financiera entre los Malfoy-Black y los Potter-Black se volvió más feroz, convirtiéndolos en las dos familias más ricas de Londres e incluso Inglaterra..." mira, aparecemos – Dijo Harry

— ¿Hay una parte en la que diga "Están destinados a odiarse mutuamente o ser desterrados de la familia"?

Harry rio, mientras cerraba el libro.

— Todos son unos idiotas, nos manipulan en una guerra en la que ni siquiera tenemos nada que ver...

— Mañana iremos al callejón Knockturn, nos vemos en Cabeza de puerco, ahí nos desapareceremos, lleva una capa negra, con capucha, y un pasamontaña que te cubra la mitad de la cara...

— ¿Un pasamontaña?

— Sí, una máscara, un trapo, cualquier cosa que sea negra y te cubra la boca y la nariz

— Creería que me estas fastidiando, si no fuera porque la primera vez en Slytherin no estabas jugando...

— No estoy jugando – Confirmó Draco

**********

— ¡Potter! No te quedes por ahí rezagado o te van a robar o a secuestrar o Merlín sabrá qué...

Harry se posicionó al lado de Draco y siguió caminando junto a él. El chico iba con ropa muggle, pero una capa negra muy elegante, además de un sombrero del mismo color, llevaba la mitad de la cara cubierta. Finalmente llegaron a una tienda llamada "Borgin y Burkes".

— Buenas tardes — saludó Draco

— Buenas tardes, ¿qué desea comprar?

A Harry no se le pasó por alto que al vendedor no le importó que no mostraran la cara, ni siquiera les preguntó el nombre o la edad.

— Información — Draco

— El más costoso de mis productos —Dijo Borgin con una sonrisa siniestra

Draco sacó una bolsa de galeones, debía haber al menos unos treinta. El vendedor sonrió complacido.

— Estoy a su servicio, señor.

— Queremos información sobre el collar de ópalo, ¿quién se lo vendió?

— Lo obtuve directamente de la fabrica

— Quiero el nombre de la fabrica

— Lastimosamente, es una fábrica de prestigio... y necesito una nueva vitrina

Harry pensó que Draco le daría el dinero, después de todo eran millonarios, pero Harry presenció la pelea de miradas más rara y tenebrosa del mundo, casi podía ver la esencia mágica de Draco y el vendedor luchando. Al final Draco logró imponerse sobre él.

— Walburga Black — Dijo a regañadientes

— Gracias por su colaboración — Dijo Draco y finalmente dejó otra bolsa de galeones sobre el mostrador

El vendedor sonrió e inclino la cabeza hacia Draco.

— A sus órdenes, señor

Draco y Harry salieron de la tienda y se fueron hasta un lugar en el que aparecerse. Cuando estuvieron en Hogsmeade se quitaron las capas y las máscaras.

— ¿Por qué le diste el dinero de todos modos? Si ya le habías ganado, ya tenías lo que querías...

— Porque no quiero a un vendedor, y mucho menos a un informante, insatisfecho.

— ¿Entonces qué fue esa rara pelea de voluntades? ¿Por qué simplemente no le diste el dinero?

— Porque en el mundo de las artes oscuras y la ilegalidad no puedes mostrar debilidad, ya le había dado dinero, tenía que demostrarle quien mandaba, o sino creería que puede mangonearme o chantajearme. De todas formas, quedó satisfecho con el dinero extra.

— Pero si no vas a volver, y aunque lo hicieras, ¿cómo te reconocería?

—Un vendedor ilegal nunca olvida una voz, menos una generosa... Ahora, es momento de hacerle una visita a nana.

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora