La guerra de los Black

Capítulo final: Una nueva vida

— ¿Están seguros que no se dejan nada?

— Sí, Mione, te lo hemos dicho miles de veces, deja ya la lata — Dijo Harry con voz cansina

— ¡Cuidado, Potter! Respeto con mi chica

Hermione y Pansy se habían enterado de todo el drama y habían decidido ayudarlos a escapar, ellas también llevaban una relación secreta desde hace tiempo.

— Lo siento, pero tu chica se pone un poquito pesada a veces...

— Solo yo le puedo decir pesada a Mione — Dijo Pansy con un tono amenazante

Hermione solo rio.

— Vamos, nos va a dejar el avión — Draco

— Todavía no puedo creer que te vayas a subir a una de esas cosas mortales, Dray, aparecen en los cuentos de terror, dicen que son como pájaros gigantes de metal y que funcionan con cosas raras que dependen de los no magos... ¡¿y si el no mago se queda dormido?! 

— Tranquila, Pansy, estaremos bien. Y si el no mago se queda dormido, nos apareceremos, total todos morirán, así que no podrán decir nada — Draco

— Les deseo mucha suerte – Hermione

— Sí, algún día los alcanzaremos, por ahora tenemos ciertas cosas que solucionar – Pansy

— Estaremos bien, con los documentos falsos que nos dieron, el dinero y la explicación de cómo utilizarlo, creo que no nos podrá ir tan mal.

— Está bien, solo prometan invitarnos a la boda.

Harry y Draco se sonrojaron ante la indiscreción de Hermione.

— ¡Mione! — Harry

Ella y Pansy rieron.

— Largo, que los va a dejar el pájaro gigante...

Draco y Harry se despidieron de sus amigas y se fueron.

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El avión no estuvo tan bonito como sonaba, Harry y Draco armaron un espectáculo cuando empezó a despegar y cuando había turbulencia, y no se separaron en todo el camino. Se mantuvieron abrazados el uno al otro con fuerza, ninguno se atrevió a ir al baño.

Finalmente aterrizaron (Morgana escuchó sus plegarias) y pasaron por todo lo de la documentación. Todo había salido bien, llegaron al apartamento que habían comprado desde Inglaterra hace unas semanas (con ayuda de Pansy y Hermione) y dejaron algunas de las cosas más vitales ahí.

— ¿Ahora qué hacemos? — Preguntó Harry

Draco le dirigió una sonrisa traviesa.

— No lo sé, lo que desees estará perfecto — Dijo con una armoniosa risa — Siempre eres tan bueno escogiendo, yo jamás podría escoger como tú, creo que deberías dedicarte...

Harry se le abalanzó y lo besó, sabía lo que estaba haciendo, estaba luciendo todo su carisma, todo su encanto con Harry.

— Amo cuando haces eso.

— ¿Por qué crees que lo hice?

Ambos rieron y, entre besos, se dirigieron al dormitorio en el que apenas habían puesto un colchón (que habían llevado encogido en la maleta).

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— Te amo... — Dijo Harry dejando un rastro de besos del cuello al hombro de Draco

Harry estaba sentado detrás de él en la cama.

— ¿Puedo? – Preguntó Harry tomando los bordes de su camisa

Lo único que Draco no le había permitido quitarle era la camisa. Después de un tiempo en silencio, solo asintió suavemente. Harry le quitó la camisa y empezó a besarlo hacia a espalda, apenas se acercó al inicio de la cicatriz Draco se tensó visiblemente.

— ¿Quieres que pare?

Draco negó temblando ligeramente. Harry siguió repartiendo besos cerca de la gran cicatriz que ocupaba su espalda. Pudo sentir la incomodidad y la tensión de Draco, cuando él besó una parte de la cicatriz.

— Cada parte de ti es perfecta, Draco... que no te importe lo que digan los Malfoy, créeme a mí.

Draco se relajó un poco con las palabras de Harry.

— Eres hermoso – Dijo Harry, mientras seguía abarcando, lentamente, más partes de aquella cicatriz

Draco se giró y lo beso. Harry tomó eso como que era suficiente por ese día.

— Te amo, Harry .