La guerra de los Black

Capítulo 3: Entrenamiento de quidditch

Tanto Harry como Draco habían estado encantados con ese lugar, por eso la noche siguiente, los dos volvieron al mismo lugar y, disgustados por encontrarse ahí, empezaron a pelearse infantilmente.

— Si no es mío entonces no es de nadie, le diré a la profesora Sprout – Dijo Draco

— ¿Ah, sí? ¡Pues yo le diré al director que estas rondando los invernaderos después de la hora limite!

— Eso implicaría confesar que tú también lo haces, ¡te gane!

— Pues... ¡mi padre se enterará de esto!

— Si no está muy ocupado matándose con tu madre, ¿verdad Potter?

— ¡Te odio!

— ¡Yo te odio más!

Antes de que pudieran continuar con su discusión, el reloj dio las 12 y las luces de las flores empezaron a brillar. Se quedaron en silencio un rato, viendo lo hermosas que eran. Harry, que había ido preparado para el frio, saco un fuego portátil que tenía en un frasco de cristal y empezó a acomodar pergaminos.

— Este lugar es grande, me iré a la otra esquina, así no tengo que verte la cara — Dijo Draco

— Perfecto

Draco se fue a la otra esquina como dijo e hizo una cama improvisada con mantas, sacó sus libros de pociones y se sentó a leer. En la madrugada, cuando las flores iban perdiendo su luz, Draco recogió todo y salió de ahí, pasando por el lado de Potter sin decir nada.

**********

— ¿Qué quiere que hagamos qué?

— Quiero que entrenen juntos a los equipos de Quidditch. Es su castigo por pelearse.

— Señor, con todo el respeto, en el equipo de Ravenclaw no nos podemos permitir que nuestro equipo rival conozca nuestras estrategias secretas...

— Sí, es una mierda entrenarlos juntos, definitivamente no va a salir bien, ¿por qué no nos pone a copiar unas frases o algo así?

El director sonrió amablemente.

— Creo que el señor Malfoy tiene razón, ¿qué piensas, Harry? ¿Copiar unas líneas estará bien?

— Si, señor, por supuesto... Si usted lo considera conveniente claro está, usted es el experto en...

— Deja la mierda, Black 

Harry miró a Draco con los ojos entrecerrados.

— Quiero que tú Draco escribas "Harry Potter es la persona más pura de corazón que he conocido", cien veces.

Draco miró horrorizado al director, mientras Harry se aguantaba la risa.

— Y tú Harry, escribirás "Draco Malfoy es la persona más bondadosa y amable que he conocido" por supuesto, también cien veces

Harry se había quedado pálido mirando al director con incredulidad.

— Señor... Estoy muy seguro que con su... enorme experiencia en esta área de la resolución...

— Te veo a las seis en el campo de juego, si no llegas en punto te tiro una bludger — Dijo Draco antes de salir de la oficina del director enfurecido

**********

Draco no estaba jugando con lo de tirarle una bludger, arremetió con todo su equipo en contra de Harry, solo porque llego diez minutos tarde.

— Esta bien, lo capte, lo capte, lo siento, ¿vale?

— Dame una razón por la que una disculpa es suficiente...

— Porque...ahí viene la profesora Hooch a supervisarnos – Dijo Harry con una sonrisa de suficiencia

— Si, esperemos que sepa detener bludgers a medio kilómetro de distancia

Harry lo miró furioso.

— Hola, chicos, veo que ya empezaron el calentamiento, bueno, quiero un juego... Digo, entrenamiento limpio, veo una sola falta grave, intencionada o fuera del juego y se la reporto a Dumbledore.

— No se preocupe, profesora Hooch, el equipo de Ravenclaw siempre juega limpio.

La profesora Hooch se fue a sentar a las gradas y los dos equipos se reunieron en el centro del campo.

— Bueno, esto es solo cosa de una vez, no tenemos por qué entrenar de verdad, evitemos desvelar nuestras estrategias y simplemente juguemos un partido... amistoso — Propuso Draco

— Por esta vez concuerdo con el rubio...

— Sabes que es platino – Dijo Draco con exasperación

— Bueno, es lo mismo, ¿no? 

— No, no lo es...

— Pues yo lo veo bastante rubio

— Ten cuidado, Potter, no vaya a ser que una bludger te coja desprevenido...

— Bien, me parece fantástico un partido totalmente amistoso — Dijo Harry furioso, llamando a su equipo a un lado del campo y Draco hizo lo mismo al lado contrario

Lado norte del campo

— Queremos salir de este castigo lo más rápido posible, así que no vamos a intentar sabotearlos, solo jueguen lo mejor que puedan, no dejen su agresividad de lado ni de broma, pero no hagan nada personal, solo juego rudo, como siempre.

El equipo de Slytherin asintió resignado ante su capitán.

Lado sur del campo

— Vamos a acabarlos, de cualquier manera que podamos, pero tenemos que ser inteligentes, no podemos simplemente intentar cometer una falta deliberadamente, tienen que pensárselo bien antes de intentar cometer cualquier locura. Solo recuerden algo... No existe tal cosa como partido amistoso.

El equipo de Ravenclaw asintió enérgicamente.

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— Tiempo! – Gritó Draco e indicó a su equipo que bajara al terreno

— Esos malditos han cometido cuatro faltas sin que la profesora lo noté y vamos perdiendo por treinta puntos, llegó la hora de dejar de portarnos como caballeros.... Y dama – añadió al ver la cara de su única golpeadora – Daphne, no quiero que tengas compasión al golpear esas bludgers, si le rompes la nariz a alguno sería fantástico

Daphne sonrió cruelmente.

— No quiero que se contengan, si ellos hacen trampa, nosotros también.

Los Slytherin se reunieron de nuevo en el centro del campo. Después de que sonara el silbato Draco se elevó en el campo de juego, buscando la Snitch. A los veinte minutos de iniciar el juego, Slytherin ya había recuperado esos 30 puntos, jugaban tal y como Draco les había dicho, sin miedo, compasión o contención, jugaban con ferocidad, pero astucia.

Iban bastante bien, tenían cuidado de que la profesora Hooch no estuviera mirando o la distraían cuando cometían faltas, hasta que Daphne hizo exactamente lo que Draco le pidió y le lanzó una bludger directamente a la cara de una Ravenclaw, seguramente rompiendo su nariz.

— ¡FALTA! ¡Tiro para Ravenclaw! Ven, querida, ven te arreglo eso...

Potter se dirigió hacia él furioso.

— ¿Te atreviste a tirarle una bludger a Padma?

— No fui yo, fue Daphne, pero sí, yo le dije que lo hiciera — Dijo Draco sonriendo con crueldad

— Vas a pagarlo caro, Malfoy

— Quiero verte intentarlo. Eres un cobarde, Potter, te escondes tras los halagos y las palabras dulces, pero no eres nada de acción, ¿quieres que me disculpe por romperle la nariz a la patética de tu amiga?... Oblígame.