Capítulo 25: Planes de huida

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— ¿A dónde quieres irte?

Harry había salido de la enfermería y en esos momentos estaba acurrucado con Draco en el invernadero.

— No lo sé, ¿a donde quieres ir tú? – Dijo Draco acercándose más a Harry, lo que hizo que este riera

— Amo el frio de esta cosa...

— Está helando, ¿cómo vas a amarlo?

— Lo amo porque te acurrucas conmigo...

Draco rodó los ojos.

— Francia es algo aburrido, ¿no crees?

— Sí, he estado ahí tantas veces.

— ¿Que tal si probamos... en américa?

— Harry, ¿te volviste loco? ¿América?

— Nunca he estado ahí.

— Yo tampoco... supongo que habrán razones para eso, exactamente las mismas de por qué no nos podemos escapar allá

— Vamos, hay muchas cosas buenas, el ministerio de magia de américa es un poco... — No supo cómo terminar la oración

— Harry, estaba pensando que tal vez... podríamos escaparnos al mundo muggle.

Harry se apartó un poco de él para mirarlo sorprendido. Draco se sentó y Harry lo imitó, ambos se miraron.

— Creo que sería una oportunidad de escapar de toda la influencia del mundo mágico, de escapar de nuestros padres, de nuestro apellido, de todo. No tendríamos que abandonar la magia, podemos hacerla, solo tenemos que cuidar que los no magos no nos vean...

— Draco... sería un cambio muy grande.

— Lo sé, Harry – Dijo Draco tomando sus manos – Pero piensa que podríamos vivir una vida tranquila, sin nadie que nos diga qué hacer, sin que nadie sepa nuestro apellido o nuestra historia, incluso podríamos aprovecharnos de los no magos sin necesariamente infligir la ley...

— ¿De qué forma?

— No lo sé, hay tantas, podríamos ayudarlos a solucionar sus problemas sin que sepan necesariamente que es magia y ellos nos pagan, todos ganan...

—No lo sé... ¿realmente deseas hacerlo así?

Draco asintió.

— ¿Qué tal si... nos vamos a vivir al mundo muggle americano? Así ambos ganamos.

— Tú y tus americanos – Dijo Draco riendo – No lo sé... ¿prometes cuidarme?

— Solo si tú prometes cuidarme también...

— Siempre lo haré.

— Entonces yo también.

— Te amo.

— Yo te amo más.

— No voy a empezar una cursi discusión de quien ama más a quien...

Harry rio y volvió a abrazarlo.

— ¿Realmente vamos a hacer esto?

— Sí, Harry, nos vamos a largar para siempre

- ¿Pero qué va a pasar con Bellatrix y sus ganas de asesinarnos?

— No creo que nos pueda seguir la pista hasta el mundo muggle.

— Sí, tienes razón. Lo primero que tenemos que hacer es sacar nuestro dinero de Gringotts... ¿Cuánto tienes?

— Diez mil quinientos galeones, mis padres no confiaban mucho dinero en mí, pero gané un poco por mi cuenta

— Déjame adivinar... los quinientos.

Draco le sacó la lengua y Harry rio.

— Al menos ganaste algo, todo lo que yo tengo es de mis padres, serían unos veinte mil galeones... ¿Sabes cuánto vale un galeón en dólares?

— No... ¿y tú?

— No.

— No importa, ya lo solucionaremos, creo que será suficiente dinero...

— Ahora nuestros apellidos, ¿cómo te llamaráss?

— No lo sé, me quedo con mi nombre, pero no sé mucho de apellidos muggle

— Sí... también lo solucionaremos luego.

— Lo único que sé por seguro es que te amo, Harry

— Es lo más cursi que has dicho nunca

— Disfrútalo, es lo más cursi que diré en mi vida

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora