La guerra de los Black

Capitulo 24: La enfermería

— Harry...

Apenas Harry abrió los ojos, Draco lo golpeó en el brazo, no fue suave, ni jugando, verdaderamente lo golpeó.

— ¡Ouch!

— ¡Donde me vuelvas a asustar así, te termino!

— ¡Tranquilo! ¡No me golpees de nuevo!

Pero Draco no lo volvió a golpear; por el contrario, se acercó y lo besó. Harry sintió como si todo hubiera vuelto a ser como antes, podía sentir calidez a través del beso, pero entonces acabó, y Harry añoró los labios de Draco una vez más.

Estaban rodeados por cortinas, que seguramente estaban encantadas para que no pudieran abrirlas y Draco había tenido la discreción de poner un hechizo silenciador.

— Me asustaste horrible, ¿qué te pasó? Por un momento creí que...

Harry, al darse cuenta que Draco estaba aguantando las lágrimas, lo haló hacía sí e hizo que recostara su cabeza en el pecho de Harry, mientras él le acariciaba la cabeza.

— Es una historia larga... mi padre estaba desarrollando una poción que dijo cambiaría el mundo, en realidad solo quería ganarle a los Malfoy en una estúpida competencia. Él... no tenía a nadie más en un momento, en el que según dijo era esencial probarla al instante, así que me pidió utilizarme como sujeto de prueba de la poción... No salió bien, no quiero entrar en detalles, pero... – Harry suspiró antes de continuar – solo digamos que ahora al oler ciertas esencias, puedo desmayarme sin ninguna razón...

— Harry... es horrible...

Draco se alzó la cabeza del pecho de Harry y lo miro vacilante por unos segundos, pero al final se levantó del asiento y se quitó la camisa. Por un momento Harry creyó que era un estriptis, pero entonces se giró y él vio horrorizado como una gran parte de la piel de la espalda estaba deformada y tenía un color rojizo, como una gran cicatriz cubría su espalda.

— Esto es por lo que nunca he dejado que me quites la camisa o que me toques por debajo de ella...

— Draco, por Merlín, ¿qué te pasó?

Draco, avergonzado, se colocó su camisa de nuevo.

— Adivina...

Harry no quiso ser tan cruel, pero sabía que estaba en lo correcto cuando pensaba...

— Mis padres... Fue hace mucho tiempo... Al parecer a los Carrow les pareció divertido, una noche que estaban drogados, atacarme. En un momento de descuido de mis padres, me tomaron y... marcaron con magia el emblema de los Potter en mi espalda...

Draco se removió incomodo en asiento mientras miraba el suelo.

— Cuando llegué a casa, mis padres intentaron de todo para quitarlo, incluso magia oscura, pero nada quitaba esa maldita... tinta, lo que fuera. Les prometí que lo ocultaría y me dijeron que estaba bien, que fuera a dormir... Esa noche mi madre me levantó en medio de la noche y, medio dormido, me guió hasta un sótano, me ató y me dijo...

Harry vio como Draco contenía las lágrimas mirando hacia el lado opuesto al que él estaba. Harry lo tomó por la barbilla e hizo que lo mirara, acarició su mejilla.

— No tienes que contármelo, Draco, si no quieres... si no puedes.

Draco cerró los ojos e inclinó la cara hacia la palma de Harry.

— Me dijo que todo estaría bien... que todo lo hacía por mi bien... — Dijo Draco en un susurro, sin abrir los ojos – No sé qué utilizó, no sé qué hizo, estuve de espaldas todo el tiempo, lo único que recuerdo es... el dolor, ardía muchísimo, Harry, quemaba, consumía mi piel, le suplique que se detuviera... pero no lo hizo. Sé que utilizó algo muggle, creyó que así, luego con magia podría arreglar la cicatriz, pero lo único que pudo hacer la magia por mí, fue salvarme de morir

Harry miraba a Draco horrorizado, ¿cómo podía tener unos padres tan horribles?

— Luego rogó por mi perdón, dijo que había sido una locura lo que me hizo. Estaba ebria. Me prometió que jamás volvería a tocarme. Me dijo que me amaba...

Harry no solo estaba horrorizado e indignado, estaba furioso, ¿cómo se había atrevido a hacerle eso a Draco?

— Nuestra vida es una mierda...

— Sí... — Concordó Draco riendo

— Larguémonos. Solo tú y yo, Draco... a donde quieras.

— ¿Estás diciendo que nos escapemos?

Harry vio una chispa de esperanza en los ojos de Draco, pero se desvaneció dejando una expresión de tristeza profunda.

— No puedo... no querrás irte conmigo a ningún lado después de lo que te tengo que decir...

— ¿A qué te refieres?

— No puedo seguir engañándote, Harry, no más... Me disculpé con mis padres, les dije lo que me habías hecho y ellos me dijeron que te utilizara, para hacerte lo mismo que me hiciste a mí. De verdad te quiero Harry, pero si ese día te pedí que volviéramos a estar juntos fue sencillamente porque me lo ordenaron...

Harry no podía creerse lo que escuchaba de Draco, no podía decirse que era injusto, él había traicionado primero, pero le dolía saber que no había vuelto a él. Se le había escapado de entre los dedos y creyó haberlo recuperado, pero nunca lo hizo realmente.

— Draco... siento que esto... — dijo señalando a ambos — ...sea lo que sea, está demasiado dañado, tiene demasiadas traiciones, demasiado dolor...

— Lo sé, debería irme – Dijo Draco recogiendo su capa – Lo siento...

— Pero no es nuestra culpa...

Draco se detuvo a punto de descorrer las cortinas para irse.

— Es culpa de los Black y de su maldita guerra, pero no quiero que participemos más en ella. Yo sé que podemos tener una relación pura, si tan solo nos alejamos... Draco, solo Draco, no Lucius, no Malfoy, definitivamente no Black, solo Draco... ¿Te escaparías conmigo?

Draco lo observó sin poder creérselo.

— Te amo, Harry.

El aludido rió.

— Esperaba que lo dijeras primero, ya sabes, porque fuiste el último en traicionar, pero... yo también te amo, Draco.

Draco tiró su capa en el asiento y se abalanzó sobre Harry.

— ¿De verdad crees que podremos hacerlo?

— Por supuesto. Lo que está mal es esta guerra, no tú, tú eres tan puro y hermoso, tampoco estoy mal yo, yo soy... decente

Draco rio y lo beso.

— Tú eres hermoso, Harry.