Capítulo 22: La verdad

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Harry finalmente había decidido, si Draco iba a renunciar a todo, también él lo haría. Draco lo aceptaba por quien era, y no era que ambos se amaran locamente, pero juntos habían aprendido que existía un cariño en el que no te exigían nada a cambio, ni te ignoraba o utilizaba, en el que no todo era presión sobre ti. Harry terminó de escribir la carta y se dirigió, determinadamente, hacia buhonera a mandarla.

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A Draco le había costado meterse a escondidas a la sala común de Ravenclaw, pero al final lo había logrado, era el último día antes de las vacaciones de navidad y Draco quería sorprender a Harry. Justo cuando iba a abrir la puerta de su dormitorio, una morena pelirroja de ojos azules claro salió de ahí.

— ¿Ese no es el dormitorio de los chicos? – Dijo Draco con sorna

— Sí, chicos... Ravenclaw — Dijo poniendo énfasis en la última palabra, mientras miraba a Draco de arriba para abajo – Soy la novia de Terry, duerme ahí, pero no está.

— Yo vengo a joderle la vida a Potter con una bomba fétida... — Dijo Draco, todavía no habían acordado revelar nada

Ambos compartieron una mirada de concordancia, una mirada del tipo "Tu no dices nada, yo no digo nada" y ella se retiró silenciosamente. Draco entró y no encontró a Harry, lo que le decepcionó un poco, un par de escenas se habían pasado por su mente cuando la chica dijo que Terry no estaba. Se sentó en la cama a esperarlo.

"En que te has convertido? Te vas a quedar esperando a que llegue? No tienes nada mejor que hacer" Se dijo Draco a sí mismo

"Cállate"

Se levantó y empezó a pasear por la habitación, hasta que vio una carta en el escritorio. Él respetaba la privacidad de Harry, enserio lo hacía, pero vio la palabra Draco repintada en rojo cada vez que era escrita y le dio curiosidad, así que se acercó, solo le echaría un vistazo rápido.

Madre, Padre,

Por favor, no piensen nada erróneo, yo no estoy en ningún tipo de relación romántica con Draco, estoy seduciéndolo para sacarle información, sé que no les he informado nada últimamente, lo siento, Draco se ha cerrado un poco a mí, por eso he pasado a esta nueva estrategia.

Les juro que no me complace para nada. Si supieran el asco que me da besar y tocar a Draco, se compadecerían de mí. Espero pronto estar escribiendo los secretos de los Malfoy en un pergamino y enviándolo a Potter Manor. Por ahora, les pido que no se alteren, jamás podría tener ningún tipo de relación con Draco, es sencillamente repulsivo.

Gracias por comprender los enormes sacrificios que tengo que hacer por nuestra familia.

Los ama,

Harry

Draco no supo cómo reaccionar ante la carta, solo se quedó sosteniéndola en sus manos, sin poder asimilar lo que había leído, era demasiado para asimilar, él había confiado en Harry, él había renunciado a todo por Harry, él quería a Harry y Harry... Sencillamente no lo quería a él, lo estaba utilizando.

Draco no pudo evitar que unas lágrimas rodaran sobre sus mejillas y luego se creyó patético. Primero lo engañaban, luego le sacaban información, lo seducían y ahora lo hacían llorar, ¡pero que buen trabajo había hecho Potter!

Trabajo... Sí, eso era lo que Draco había sido para Harry. "Había" porque no más, no iba a seguir entregándose a esa mentira. Draco arrugó la carta y la metió en su bolsillo, sintiendo la ira ardiendo en sus venas.

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Harry llegó sonriendo al invernadero y vio a Draco muy serio, así que lo besó y se sentó a su lado.

— ¿Te pasa algo, chérie?

— Nada – Dijo Draco secamente

— ¿Seguro?

— Nada...

Harry abrazó a Draco por los hombros. Él sentía el gesto bastante frio, estaba tenso bajo su brazo, preguntándose si sentiría repugnancia en ese momento. Cuando sintió ganas de llorar de nuevo, no se pudo contener más.

— Espero que no te esté dando asco...

— ¿A que te refieres, chérie?

— Deja de llamarme así...

El tono que uso, alarmó a Harry.

— Me refiero a abrazarme, espero que no sientas asco, ya sabes... de tocarme

Harry, confundido, abrió la boca para hablar, pero Draco no lo dejo contestar.

— No sé porque sigues viniendo si tanta repulsión te doy... Ah, ahora que lo pienso sí lo sé – Dijo riendo amargamente — Vienes a sacarme todos los secretos de los Malfoy, ¿verdad? Eso es por lo que me tocas, ¿verdad? Eso es por lo que me besas, ¿verdad? Eso es por lo que me dices que me quieres, ¿verdad mon amour?

Draco se zafó bruscamente del abrazo de Harry y se levantó.

— No te preocupes, te ahorraré el enorme sacrificio de tener que soportar el asco que te doy — Dijo Draco y le tiró la carta, arrugada en una bola

Harry la cogió asustado y la abrió, apenas sus ojos se posaron en ella, todo el color de la cara lo abandonó. Esa carta no debería estar ahí, debería estar en Potter Manor.

— Draco...

— Va te faire foutre, mon amour

"Vete a la mierda, amor mío"

Draco salió enfadado del invernadero, pero Harry lo alcanzó y lo tomó por el brazo.

— Draco, solo escúchame, por favor...

Draco solía ser racional, debería haberlo sido, algo racional sería escupirle en la cara y seguir caminando, pero Draco anhelaba tanto que algo fuera real, aunque sea una caricia, que miró hacia otro lado y se quedó esperando a escuchar lo que él decía.

— Draco, te quiero mucho; es verdad. Le escribí esa carta a mis padres porque estaba asustado, tus padres les enviaron la foto y tenía miedo, pero esta mañana los mandé al demonio, te lo juro.

— Pero me estabas espiando, ¿verdad? ¿O el tema solo surgió naturalmente?

— Draco, todo fue al inicio, desde que te besé me arrepentí de todo, no quiero volver a verte sufrir, ese día en el invernadero cuando llegaste...

— No me importa tu historia de mierda de cómo te dolió verme mal. Me traicionaste Harry. Yo confié en ti... Sentí que por fin tenía a alguien que no quería sacar algo del cariño que me daba, me equivoqué... muy mal.

Draco intentó irse, pero Harry lo sujeto, hizo que se volteara y lo atrapó en un abrazo. Draco solo se quedó quieto.

— Draco, perdóname, por favor, de verdad te quiero... mucho.

Draco solo lo miró a los ojos, Harry aprovechó y lo beso. Draco no le devolvió el beso, ya no se sentía lo mismo, ya no era una sensación de magnetismo hacia sus ardientes labios, ahora era solo saliva. Draco lo separó bruscamente.

— No me vuelvas a tocar... en tu vida, Harry.

Draco se fue, esta vez sin dejarse persuadir por los gritos a la distancia.

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora