Capítulo 15: Nuevo vínculo

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Durante todas las vacaciones, Harry continúo yendo tan seguido a Malfoy Manor, que sus padres pensaron que tenía una novia o un novio por ahí escondido; aun así, lo dejaban irse todas las tardes, sin saber concretamente a dónde.

Harry terminó descubriendo, sin querer, algunos de los secretos que ocultaba Malfoy Manor, pero no les dijo a sus padres, últimamente no se llevaban tan mal entre ellos y no podría revelarlo sin también desvelar que iba a Malfoy Manor todas las tardes para descansar de ellos.

Harry y Draco habían simpatizado muy rápido, simplemente se entendían de una forma que nadie más podría hacerlo, ¿qué mejor que el otro protagonista del drama para entenderse? Los dos eran solo chicos, que se veían presionados para seguir los estándares que sus padres habían impuesto, obligados a madurar (aunque no completamente) desde una edad temprana para cargar sobre sus hombros todo el legado de odio y batalla de los Black.

Eran solo dos chicos que deseaban liberarse, divertirse, reír, olvidar que su vida entera desde que nacieron es una guerra, actuar como los chicos de su edad y decirles a sus padres que se metan su perfección por dónde les quepa; pero esa tranquilidad y diversión se acabó cuando los Malfoy llegaron de improvisto mucho antes de lo planeado.

— ¿Harry, oyes eso?

— No, ¿qué cosa?

Draco se levantó alarmado y desapareció todo el set de pintura que tenían y el lienzo gigante del piso, antes de empujar a Harry hasta un armario.

— ¿Qué pasa, Draco?

— Métete ahí dentro — Dijo empujándolo y metiéndose con él al pequeño y oscuro armario, para luego cerrar la puerta

— ¿Qué está pasando?

— Eso — Susurró Draco con la oreja pegada a la puerta

Harry lo imitó escuchando unas voces ahogadas por la puerta.

— ¿... aquí Draco? — Dijo la voz de Narcissa

— No sé, creía que estaría... quería sorprenderlo – Lucius

— A lo mejor está donde Regulus, sabes que le encanta pasar el rato con Pansy.

— Sí, tendremos que esperarlo

Harry y Draco esperaban a que salieran de la sala, para ellos salir del armario, pero los progenitores de Draco decidieron quedarse un rato más en la sala; así que hechizaron la puerta para poder verlos sin que ellos los vieran, para poder escucharlos mejor y para que no los escucharan.

— ¿Crees que a Potter le siga yendo mejor que a Draco en defensa contra las artes oscuras? – Lucius

— Espero que no, dragón prometió hacer su mejor intento.

— Sí, pero no sé si será suficiente, es que le falta algo... Solo que no sé qué.

— Entiendo de que hablas, seguro que se esfuerza, pero es solo que... no es suficiente.

Los Malfoy siguieron hablando de su hijo como si fuera un proyecto o una formula a la que le faltaba un elemento para ser perfecta. Draco solo evitó la mirada de Harry, mirando el piso.

— Bueno, yo no digo nada de tu vestido, Narcissa...

Draco levantó la mirada del piso, preguntándose a qué se refería Harry.

— ¿Has visto sus mangas? Demasiado exageradas. ¿Crees que es difícil hacer negocios si los socios te miran a los brazos y no a la cara?

Draco le sonrió.

— Y estoy seguro de que vi un mechón de cabello de Lucius que era dos milímetros y medio más largo que los demás.

Draco rio imaginando la cara de su padre si escuchara eso.

— Sí, creo que yo también lo vi, ¿y has visto las uñas de madre?

— Sí, parece que se fuera a agarrar a arañazos con alguien en cualquier momento...

— Lo sé, son tan largas

Harry y Draco siguieron criticando a sus padres, ahogando el sonido de las voces Juzgándolo. Desde ese día en el que Harry lo ayudó en su momento más débil, Draco confió totalmente en él, y se creó un vínculo entre ellos, un vínculo que solo una grave traición podría romper. 

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora