Capítulo 13: Nuevas teorías

140 18 0
                                    

Harry estaba pensando mientras, aburrido, leía un libro. Habían pasado dos semanas desde que vio a Draco o pensó en el misterio, aunque varias ideas y teorías se pasaban por su cabeza, tal vez debería hacer un tablero como el que Draco tenía y tratar de pensar en una forma de eliminar sospechosos.

Harry lo hizo y se pasó toda la tarde pensando. Bajó a cenar (todo fue tan mal como siempre) y cuando terminó se retiró a su habitación. Ahí volvió a revisar todo y, fijándose en los pequeños detalles, empezó a ver cosas interesantes y teorías que reactivaban su cerebro. Se volvió casi maniático uniendo puntos y comprobando ideas; pero, finalmente redujo sus sospechosas a una y, satisfecho consigo mismo, se acostó, dispuesto a disfrutar de su descanso, pero apenas tocó el colchón una chillona voz lo sobresaltó.

— La ama Andrómeda me ha mandado a despertar al joven amo, dice que ya esta tarde y el joven amo debería haberse despertado hace una hora...

Harry gritó de frustración contra su almohada y a regañadientes se levantó, hasta que se le ocurrió una idea. Bajó corriendo a la primera planta, hasta que encontró a su madre.

— Buenos días, madre, ¿puedo ir a pasar un rato a la casa de mis amigos?

— Claro, Harry, ¿pero por qué tan temprano? – Preguntó desconcertada

— Déjalo en paz, Andrómeda — Le dijo James

— Soy su madre, tengo derecho a preguntar.

— Y yo su padre, tengo derecho a decirte que le dejes vivir su vida, a lo mejor va a encontrarse con su novia y no quiere decirte...

Harry presentía una pelea, pero nunca sucedió, aun así, seguía quedando el ambiente tenso de todos los días. Cuando le dieron permiso, Harry subió a su habitación, tomó sus cosas, salió de los terrenos de Potter Manor y se apareció (ilegalmente, como todas las veces anteriores) en los límites de Malfoy Manor, estaba tomando un riesgo, pero creía que valía la pena. Un elfo se apareció frente a él y le dio la bienvenida.

— ¿Están los amos de la casa? – Preguntó Harry

— No, señor

— ¿Podría anunciarme al Joven Draco Malfoy?

— Por supuesto, de parte de quién?

A Harry le parecía humillante decirlo, pero no tenía opción, no podía decir su verdadero nombre.

— Dígale que es de parte de... Cuatrojos. Él entenderá

**********

— Potter, no sabes la gracia que me dio cuando un elfo vino a decirme que el "honorable señor cuatrojos" solicitaba mi presencia.

— Ja ja, ríete lo que quieras

— Lo haré... De todas formas, ¿por qué te presentaste de improvisto? te dije que me escribieras antes de venir

— Es una emergencia, vamos a tu habitación.

Draco no dijo nada sobre Harry auto-invitándose a su dormitorio, sino que lo guió hasta él en silencio. Cuando llegaron Harry sacó un papel del bolsillo, lo tiró al piso y se acostó en la cama de Draco sin pedir permiso.

— ¡Eh! ¿Qué haces en mi cama?

— No dormí ayer por resolver el misterio, ahora tienes que acogerme.

Dicho eso Harry se volteó abrazando una almohada y se durmió inmediatamente. Draco soltó un bufido y se sentó en su escritorio a leer lo que supuestamente Harry había descubierto.

— Vaya, vaya, Potter, no eres tan corto de luces como pensaba... — Murmuró cuando terminó de leer el papel con todas las anotaciones de Harry.

Harry se había ido por las pequeñeces; cosas que, si bien eran fácil de obviar, descartaban probablemente a tres de las chicas. Como, por ejemplo, a Draco se le había pasado, que una de ellas últimamente no mandaba cartas porque le daban miedo los búhos desde que uno le arranco el dedo (luego la señorita Pomfrey se lo restauró) y, dado que la carta de Harry sí llegó vía lechuza, eso la descartaría. Una circunstancia muy rara, pero Draco no se había fijado en ella.

Y de ese modo Harry seguía conectando las circunstancias, cosas por las que serían eliminadas y solo dejaban a una Slytherin rubia, alta, pálida, de ojos oscuros y conexiones con lo Black. Daphne.

Draco no podía creer que fuera ella, literalmente, no se lo creía, ella casi que estaba tachada, tenía que encontrar otra sospechosa que fuera apta, Daphne nunca haría algo así, Draco la conocía, esa era su coartada.

**********

Harry durmió todo el día, hasta la tarde. Draco se quedó pensando en el misterio. Una chica prácticamente perfecta de Slytherin, practicante de artes oscuras y que haya podido tomar o robar el conocimiento de una de las hijas de Druella o los hijos de Walburga. Eran muchas circunstancias, demasiado para solo una chica... Solo una chica...

Pero y si... ¿no era la chica?

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora