Capítulo 11: Cartas de ami-enemigos

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Harry y Draco habían pasado las vacaciones de pascua carteándose en secreto bajo los nombres "Cuatrojos" y "Rubio" a petición del otro. Se contaban teorías, ideas, y los siguientes pasos que deberían seguir. A veces, en esos momentos en los que su lazo era más fuerte, se mandaban algunos dulces cuando el otro les contaba que estaba solo otra vez o que sus padres seguían en la ley del hielo así que podían seguirse escribiendo sin que lo notaran. 

Potter Manor

Harry había estado tan envuelto en ese misterio que casi había olvidado su misión principal, hasta que sus padres se lo recordaron.

— Harry, ¿qué has descubierto? – Preguntó su madre en la cena

— ¿Disculpa?

— Del chico Malfoy, Harry, no me digas ahora que se te ha olvidado...

— Ah, no madre, solo que visitan algunas tiendas de artes oscuras, pero no tendrías formas de probarlo, los Malfoy saben jugar bien con los vendedores.

— Sabía que sería difícil, Harry, pero lo estás haciendo muy bien, solo tienes que ganarte su confianza – Dijo James

— Sinceramente, me sorprendió cuando nos contaste tu idea, Harry. Oh, mi niño siempre tan preocupado por su familia, nos estás dando un gran beneficio, Harry, cuando sepamos sus secretos podremos destruirlos...

— Sí, madre, creo que lo estoy logrando. Draco es muy inteligente, muy astuto, muy desconfiado y sobre todo muy independiente, es difícil engañarlo...

— Pero yo sé que podrás, hijo — Le dijo James con una sonrisa alentadora

Harry no estaba muy seguro de poder hacerlo o de querer hacerlo. Al inicio, en medio de una pelea de sus padres oyó que ambos concordaban en que si los Malfoy desaparecieran como competencia, ellos podrían resolver sus problemas, así que Harry tomó una decisión. Él quería a su familia devuelta, incluso si eso significaba destruir la de su enemigo... A veces se preguntaba por qué el sombrero lo había puesto en Ravenclaw y no en Slytherin.

— Permiso para retirarme.

— Permiso concedido.

Harry se levantó de la mesa e inmediatamente su plato desapareció. Subió hasta su habitación y se recostó en su cama, preguntándose qué estaba haciendo, iba a destruir otra familia solo para salvar la suya. Draco apenas podía cargar con su familia, como para que Harry fuera a desmoronar su reputación ahora. Aunque Draco era la menor de sus preocupaciones; sí, no era tan malo como Harry pensaba y también tenía sus putos problemas, pero no eran amigos, ni nada parecido, jamás lo pondría por encima de sus padres.

**********

— Entonces... buscamos a una Slytherin cercana a los Black, rubia, alta, pálida, de ojos oscuros, que haya tenido oportunidad de comprar el collar y hacer magia negra — Dijo Draco mirando el tablero que se había armado

— Y que tenga acceso al colegio — Dijo Harry añadiendo una nota

En el medio del tablero había un signo de pregunta, del que salía un hilo de luz hacia un retrato de todas las chicas que cumplían las características y de ese, otro que llevaba a un retrato del collar, que conectaba con uno de Walburga, que conectaba con uno de Andrómeda, Bellatrix, Narcissa, Sirius y Regulus, que volvía a conectar con el interrogante principal.

— Tiene que tener un motivo... — Harry

— Ves esto? Todo está relacionado con los Black, creo que tiene que ver con esta extraña guerra que llevan...

— ¡Las flores! — Dijo Harry recordando de repente — Tal vez encontremos el motivo en las flores. ¿Por qué nos encerraron precisamente con esas flores tan extrañas?

— Sí, tienes razón, puedo pedirle a Severus que las analice...

— Bien pensado, solo no le digas de dónde vienen, probablemente le dirá a la profesora Sprout y ella nos intentará sacar para estudiarlas...

— Ya me ingeniaré algo, mientras tanto, volvamos a ignorarnos como siempre...

— Draco, dime por qué no me quieres dejar acercarme.

— Porque nos odiamos. Sé que algo estas tramando y por ahora solo me estoy aprovechando de ti...

Ese fue el momento de tomar medidas desesperadas.

— Draco, solo quiero acabar con todo esto. Mis padres se insultan o no se hablan completamente en todo el día, sé que me quieren, pero me ignoran, me utilizan, ya ni siquiera sé que tengo que hacer para complacerlos, y mi madre... está embarazada, así que ahora discuten más que nunca, y yo no quiero que mi hermano o hermana crezca junto a esos dos maniáticos de mierda que no saben cómo ser padres...

Draco se quedó de piedra al escuchar a Harry, sin saber que hacer o decir. Harry había dicho la verdad, excepto que él quería utilizar a Draco para que Andrómeda y James se volvieran padres aceptables para el bebe que iban a tener.

— Además, no creas que olvidé la vez que me salvaste...

— ¿De qué hablas? – Dijo Draco pretendiendo ignorancia.

— Cuando éramos niños, estaba jugando en el jardín. Lo recuerdo, no creas que no. Una figura se acercó a mí, tenía miedo, estaba muy asustado. Me puse a llorar pero nadie me escucho, excepto tú, te vi escondido en los límites de tu casa. Vi cómo me mirabas y, asustado, estirabas el brazo fuera de los terrenos Malfoy y hacías sonar esa insidiosa alarma que tus padres te habían puesto... Nunca te lo dije, pero gracias Draco.

— Yo... no sé qué decir. ¿Por qué estás siendo sincero conmigo? ¿Por qué traes a colación esa... vieja situación?

— Porque quiero que confíes en mí, quiero mostrarte que mis intenciones son verdaderas, no hay nada oculto.

Draco permaneció en silencio unos segundos antes de responder.

— Está bien, te creo

La guerra de los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora