Hermione iba caminando por los pasillos como si fuera la reina del castillo, porque lo era. Hasta que captó algo interesante en un solitario y estrecho pasillo a su lado. Parecían sus Ravenclaws, solo que no veía bien qué estaban haciendo. Revisó alrededor que nadie la viera y se aproximó.
— Dame mi varita... — Dijo una voz femenina
— Yo creí que eras muy valiente, ¿verdad? Eso escuché. ¿O es que solo eres valiente con tus amigos para defenderte y molestar a los más chicos? — Dijo uno de los Ravenclaw
— Mira... Te voy a dar dos opciones. Te callas... o te callo yo.
Hermione se aproximó más al sentir familiares todas aquellas voces, sobre todo las risas que se produjeron a continuación; pero ninguno pareció notar que estaba ahí.
— ¿Qué nos vas a hacer sin tu varita? — Dijo el otro
— Estoy perdiendo la paciencia... Además, llego tarde a clase.
— Bueno, ve a clase. No te lo vamos a impedir, pero nos quedaremos con tu varita.
Antes de que la chica contestara, Hermione decidió acercarse hasta que la vieran.
— Venga, chicos, ¿qué están haciendo?
— ¡Hermione!
Ambos se voltearon y ella los reconoció. Era bastante admirada por ellos, o al menos eso creía.
— Déjenle en paz.
— Pero, Hermione...
Él no pudo terminar su oración por una repentino golpe que lo tiró al suelo. Hermione observó horrorizada y maravillada al mismo tiempo, como la chica golpeaba al segundo chico en la cara con su codo y luego lo pateaba en el estomago.
— Gracias Lestrange... pero lo tengo todo controlado.
Recogió su varita y pateó de nuevo al primero.
— Idiotas...
Entonces Hermione la reconoció, pero aun así, seguía maravillada.
— Deberías irte. No creo que tus padres estén muy felices si tú estás cerca mío.
Ambos chicos se levantaron y salieron corriendo. Ella le dio la espalda y empezó a caminar.
— Pansy, eso fue...
— No quiero tu moralismo.
— ¡..fantástico!
Pansy se detuvo en seco y se volvió. Habían unos cuantos metros entre ellas.
— ¿Enserio?
— Sí, había leído mucho sobre las técnicas de pelea de los muggles, pero esto... Tú sabes pelear. ¡Es... fantastico!
Ella se acercó de nuevo a Hermione.
— No creí que a una cerebrito como tú le interesara el combate cuerpo a cuerpo.
— Bueno, nunca me llamó la atención fuera de lo teórico, pero verte... Quiero aprender. Enseñame.
— No.
— ¿Por favor?
— No.
— ¿Por qué no?
— Porque no tengo razón para enseñarte. Además, tu familia y la mía se odian.
Hermione de verdad quería aprender a pelear y no le importaba mucho esa enemistad idiota que se tenían. Su madre tampoco, si escogió un bando fue porque si no era de uno o de otro, no sería de ninguno, la sacarían de la familia, pero siempre trata bien y amablemente a todos, incluso si no le devuelven el gesto. Decidió jugar una carta que casi siempre funcionaba.
— Bueno... ellos no tienes que enterarse... — Dijo en un tono lento y coqueto, mientras se acercaba a ella — ...En cuanto a lo de la razón... puedo pagarte.
Hermione se situó tras ella, pero Pansy no se movió.
— No me interesa el dinero. — Dijo tranquilamente
— Bueno, tengo otras cosas con las qué pagar...
Observó a ambos lados del pasillo y la abrazó por la cintura. Pansy echó la cabeza hacia atrás, recostándola en el hombro de Hermione, y ella pudo ver una sonrisa burlona.
— No me voy a acostar contigo.
— Eso no lo sabes... La tensión de una batalla... cambia la mente de cualquiera.
Pansy rio y se zafó de Hermione suavemente. La observó de frente, con una leve sonrisa en su rostro.
— Mañana. Frente al laboratorio de pociones. Una hora después del toque de queda.
Hermione lució una sonrisa deslumbrante.
— Bien. Nos vemos.
**********
— He estado pensando algo, ¿sabes?
— Wow, que novedad.
Harry rio.
— Cállate.
— ¿En qué pensabas?
— Cómo hiciste para que Snape analizara las flores? Son imposibles de arrancar.
— Nada es imposible para mí.
— Dime qué hiciste.
— No.
— Dime qué hiciste.
— No. Te he dicho que no.
— ¿Te vas a poner con secretos?
Draco asintió.
— ¿Conmigo?
Lo volvió a hacer.
— Bien... te tendré que sacar el secreto yo mismo.
Harry prácticamente se lanzó sobre él y empezó a hacerle cosquillas.
— ¡Para! ¡Para!... ¡No hagas eso! — Dijo entre risas
Draco se movía tanto, que al final terminaron rodando entre las flores que se apartaban de su camino. Harry terminó sobre Draco, quien se tardó en calmar la respiración. Harry aprovechó ese tiempo para observarlo atentamente y luego lo besó, con suavidad y delicadeza.
— Dije "por favor" — Dijo Draco cuando se separaron.
— ¿Qué?
— Así las convencí...
— ¿Le... les hablaste? ¿A las plantas?
Draco le dio un suave golpe.
— No te burles, funcionó. Me dieron un poco de su esencia.
Harry rio y Draco empezó a golpearlo, ya no tan suave.
— ¡Que no te burles! ¡Tu querías saber!
Aun así, Harry siguió riendo y eventualmente Draco también.
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La guerra de los Black
FanfictionLos Black llevan tiempo separados, en una guerra no declarada abiertamente; silenciosa. Todos tienen su bando escogido, liderados por la familia Potter y Malfoy, Y todo debido a un error del pasado. Gracias a esto, los jóvenes herederos de las famil...