Capítulo 8

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Lu

El tiempo en Los Ángeles pasa rápido y lento al mismo tiempo.

Y sin darme cuenta ya era 9 de septiembre, también como conocido como (tambores, por favor): mi cumpleaños.

Así es, cumplo 17 años, lejos de mi hogar, conviviendo con tres chicos, los cuales cada uno es más extraño que el otro.

Debo admitir que ayer por la noche me deprimió un poco no estar en mi casa cuando dio la medianoche y Robby no entró a mi cuarto a gritarme "feliz cumpleaños" para enseguida regresarse a su cuarto a seguir durmiendo porque es incluso más dormilona que yo.

Pero luego recordé que al menos tengo a Morgan, quien seguro se encargará que pase bien este día.

Tristemente, este fin de semana tendrá que regresar a México por unos días. Será extraño mi primer fin de semana sola completamente con la banda.

Hoy, como todos los días, me levanto temprano para empezar otro día más de ensayo. Sin embargo, hoy es un poco diferente porque no he parado de tener llamadas, más que nada de mis familiares, para felicitarme.

Ya saben...latinos...me llaman hasta tíos que no he visto en años, pero igual recuerdan cuando era chiquitita y ahora ya tengo 17 añotes.

Salgo de mi habitación todavía con mi abuelita al teléfono, convenciéndola que estaba segura en Los Ángeles ya que se preocupó después que haber visto NCIS Los Ángeles.

-Sí abue, todo está bien. Vivo en una zona muy segura -le aseguré mientras caminaba a la cocina.

Los chicos, que ya se encontraban ahí, solo me miraron extrañados. He descubierto que ninguno de ellos sabe ni una pizca de español.

-Bueno, debo irme, pero hablamos pronto, ¿de acuerdo? Te quiero -cerré la llamada.

-Llegó algo para ti -me dijo Jesse desde el bar, mientras señalaba detrás de mí.

Giré y vi sobre la mesa de la sala un hermoso adorno de flores. Me acerqué ansiosa y tomé la nota que traía.

Muchas felicidades en este día tan especial, cariño.

Te amamos mucho,

Mamá, papá y Robby

Me hizo tan feliz recibir ese detalle de mi familia, saber que, aunque estemos lejos, ellos piensan en mí.

-Bueno, ya vamos. -Jesse me sacó de mi ensimismo y vi que ya estaban listos para partir.

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Al llegar al estudio caí en cuenta que no había llamado a mis padres a agradecerles por el arreglo.

-Entro en un segundo, debo hacer una llamada -les dije a los chicos.

-Hazla luego. Ya estamos tarde -me respondió Jesse.

-Solo tomara dos minutos, lo prometo -respondí.

Él no parecía muy convencido y creí que discutiría conmigo. Pero luego de un minuto suspiró y accedió.

-De acuerdo, pero no demores -me dijo sorprendiéndome.

Wow. Proceso.

Me apresuré a hacer esa llamada para no demorarme y que Jesse no se enoje desde tan temprano.

-Gracias, en serio. Me encantó -le dije a mi mamá, quien fue la única que me contestó.

-No fue nada, cariño. ¿Acaso creíste que nos quedaríamos sin hacer nada por tu cumpleaños? -respondió ella.

Entre acordes y sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora