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Ducto

Ciudad de Daegu, Corea del Sur

Suaves golpes en la ventana empezaron a escucharse, junto a la bocina de un auto.
Jungkook hizo una mueca para volver a acomodarse en el asiento, sin ninguna intención de abrir los ojos y despertar de su agradable sueño. Eso hasta que empezaron a sacudir lo bruscamente.

— Carajo Jungkook, despierta! — le grito Jimin sin dejar de moverlo con desesperación, sólo allí el castaño abrió los ojos y se reconpuso en el asiento — tenemos que irnos, ya están empezando a venir a la carretera — señaló hacia la ventana de Jungkook, donde se encontraba un infectado pasando sus manos por ella.

— lo siento — murmuró.

Aún algo distraído por el sueño extraño que había tenido, encendió la camioneta e hizo sonar la bocina para avisarles a los demás autos que ya podían irse.
La caravana fue la primera en ir, siendo seguido de la camioneta de Jungkook, por último iba el auto de la familia.
El camino permaneció en silencio, y cómo no, si estaban muertos del miedo, incluso Jungkook cuando aquello no era algo común en él.
Joonsuk trataba de sacarle conversación a sus padres, pero apenas y recibía respuesta alguna por parte de estos, lo cual hizo que se aburriera y buscará algún juguete en la camioneta de su padre.

— mira! — dijo el menor con euforia al haber encontrado una figura de un dinosaurio, en específico, un Carnotaurus. Movió el juguete frente el rostro de su padre pelinegro, quien sonrió con ternura al ver la emoción en el rostro de su hijo — papi, podemos volver a casa? Quiero ir a traer mis dinosaurios —.

Jimin hizo una mueca triste, sabía que su hijo aún no estaba consciente del mundo en el que vivían ahora.
Claro, sabía que las personas que gruñian eran peligrosos y que por ninguna razón tenía que acercarse a estos, pero no entendía el porqué no podían regresar a casa, el porqué ya no iba más a la escuela. Aquellas dudas eran las que le preguntaba a sus padres y al señor Choi.

Soltando un suspiro, Jimin acarició el cabello de su hijo — no creo que podamos regresar cielo, pero te prometo que buscaremos juguetes cuando lleguemos —.

— siii! — festejo mientras volvía a los asientos traseros y se distraía con el pequeño dinosaurio.

Jungkook simplemente los miraba de reojo, sabía que aquella promesa posiblemente no podría cumplirse, lo último que necesitaban era quedarse más del tiempo requerido en la ciudad.

— y si nos vamos por nuestra parte? — preguntó Jimin rompiendo el silencio en el que habían quedado nuevamente.

— que quieres decir? —.

— sé que suena egoísta, pero no quiero poner en peligro a Joonsuk. No sabemos cómo estarán las cosas allá, no sabemos si podremos volver — sus palabras salían con desesperación en ellas — podemos buscar un refugio, algún lugar —.

— Jimin, nosotros tres no podríamos sobrevivir solos. Apenas y tenemos dos armas, tú sigues negando te a dispararle a alguien. Si salimos tendríamos que llevar a Joonsuk, y sabes perfectamente que esa no es una opción — dijo viendo por por el espejo a su hijo — las cosas se complicaría mucho más —.

— podemos decirle a Yoongi que venga con nosotros... — murmuró.

— Yoongi no vendrá, no si sabe que abandonaremos al grupo a su suerte —.

Park no dijo ninguna palabra más, sabiendo que su expareja tenía razón. Sin embargo, el miedo seguía latente en si mismo. Tenía miedo, miedo de que a lo único que fueran a ese lugar sería cavar sus propias tumbas.

𝙑𝙄𝙍𝙐𝙎⇢kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora