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Compañía

Daegu, Corea del Sur

Jimin y Jungkook se despertaron muy temprano en la mañana siguiente para preparar lo que necesitarían para la búsqueda de los medicamentos.

— tengan cuidado, y procuren venir antes del atardecer — les advirtió Choi mientras tomaba a Joonsuk en sus brazos.
Ambos padres asintieron, despidiéndose de su hijo.

— cualquier cosa que escuche, no salga — Jungkook empezó a revisar el arma que le había pedido a Yoongi.

— qué haré con Min si esas cosas se acercan demasiado? — preguntó.

Jimin miró a Jungkook por unos segundos, quien al escuchar eso se quedó mirando al suelo por unos segundos.

Ninguno de los dos había pensado en eso, sabían que se estaban llevando las únicas armas que tenían, lo único con lo que se podían defender de esos locos que estaban allí afuera.

— iré a hablar con él, ahora regreso — dijo Jimin.

Camino a dirección del auto donde estaba Yoongi, tocó dos veces la ventanilla, esperando a que este saliera de allí.
La puerta del vehículo se abrió, dejando ver la imagen demacrada del contrario.
Sus ojos se notaban inchados, a pesar de que había pasado una sola semana, tenía ojeras, su cabello estaba enredado, no liso como usualmente solía llevarlo, aunque no lo culpaba, ninguno de ellos podía tan siquiera cambiarse a falta de ropa.

— qué quieres? —.

— sólo quería decirte que ya nos iremos, si escuchas algo no salgas del auto —.

Yoongi lo miro durante unos segundos y después soltó una risa pesada.

— tal vez lo mejor sería salir si alguna de esas cosas viene —.

Jimin alzó una ceja, y una pequeña sonría se formó en sus labios — tal vez tengas razón —.
Aquella respuesta dejó desconcertado a Min — sería una boca menos que alimentar y una preocupación menos —.

— de qué estas hablando? — yoongi vio con extrañeza a Jimin. Lo conocía bien, y sabía que él jamás diría algo así, era alguien que se preocupaba mucho por las personas.

— te estoy dando la razón — subió sus hombros — sólo me pregunto cómo le explicaremos a Jieun que te diste por vencido, a Joonsuk que su tío favorito prefirio ser asesinado por esas cosas y después lo devastado que estará Jungkook por la muerte de su mejor amigo —.

— no sé qué tratas de hacer pero no funcionará — viéndolo de mala manera, se levantó del asiento y lo encaró — si me quiero matar o no, no es de tu incumbencia —.

— tienes razón, no lo es, asique haz lo que quieras, sólo recuerda que toda tu vida haz estado escapado de la muerte y ahora eres tú mismo quien quiere terminar contigo — se acercó más a él, agradeciendo que ambos eran casi de la misma altura, quedando cara a cara — patético Min — escupió sus palabras.

El pelinegro se alejó y regresó con Jungkook, quien estaba hablando con Dongseok.

— que te dijo? — preguntó el castaño.

Jimin mordió su labio y simplemente negó con la cabeza — nada, sólo estuvo de acuerdo con lo que dije —

Jungkook lo vio no muy convencido pero lo dejó ir — regresaremos lo más rápido posible — afirmó.

— buena suerte —.

Ambos tomaron camino hacia la comioneta y entraron, poniendo en marcha el auto.
Mientras conducían, ambos quedaron en silencio, no sabían que decir, o si tan siquiera era buena idea hablar en esta situación.

𝙑𝙄𝙍𝙐𝙎⇢kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora