CAPITULO 30
Dejamos a todos los niños dentro y volvemos al auto para bajar las maletas, en lo que estoy por tomar una de estas, siento como Mark tira de mi suéter y me pega a él.
-Te amo – dice besando mi cuello – quiero que esto dure para siempre - aún continúa besando el mismo lugar, pero con la diferencia que esta vez siento que deja una marca – eso es para que todos sepan que tienes dueño, pronto será un anillo el que adorne tu mano y mantendrá a todos los hombres lejos de lo que es mío.
-Yo también te amo, no sabes lo feliz que me hace tenerte a mi lado y que sigamos juntos, amo que aceptaras la propuesta, quiero que en la vida que nos queda por delante tengas la suficiente confianza para contarme todo, no quiero que cuando tengas problemas no me los cuentes por no preocuparme, quiero que nos preocupemos siempre juntos, créeme que si llego a tener un problema serías la primera persona que le contaría, porque quiero que a partir de ahora seamos uno contra los problemas, uno contra el mundo.
-Te lo prometo, te prometo eso y mucho más.
Nos besamos un buen tiempo fuera de casa para después entrar y cada uno se va por su lado, él con los bebés y yo con Sebastián.
Subo lo más tranquilo las escaleras al cuarto de ese pequeño, la verdad es que no lo quiero retar, quiero que él me cuente que es lo que paso, no le diré que ya sé todo lo que le dijo a su padre, toco la puerta espero a que me conteste.
-¿Quién es? – pregunta con su tono de niño bueno.
-Yo ¿puedo pasar?- solo asomo la cabeza por un costado de la puerta.
-Si puedes pasar papá Alex, te extrañé mucho ¿ya te lo dije?
-Si me lo dijiste, pero me gusta escucharlo, vengo a preguntarte algo importante y quiero que me contestes con la verdad – me acomodo en la cama y lo espero, ya que él estaba jugado con sus monitos en el suelo.
-Claro, solo tengo que dejar esto aquí – deja todos sus juguetes en la caja que está a los pies de su cama y se sienta a mi lado.
-No quiero que tomes esto mal ¿Okay?- una vez que me asiente le pregunto – que fue lo que paso con tu padre ayer, supe que se pelearon y nadie me quiere decir el porqué, ¿tú podrías decirme?
-No paso nada, solo estaba enojado con él, se supone que nos quiere y de nuevo nos dejó abandonados, ¿no se supone que las personas que se aman tienen que estar siempre juntos? ¿Por qué papá nos abandona si nos ama? ¿Por qué te abandono si él siempre dice que te ama? ¿Por eso te fuiste? ¿Por qué papá ya no te ama? ¿Me puedo ir contigo? Ya no quiero estar con papá quiero estar contigo, tú si me amas y nunca me dejas solo.
Sentí que algo se destruyó dentro de mí cuando me dijo todo eso, me di cuenta de que a lo mejor estábamos haciendo algo mal, no quería creer todo lo que me dijo Sebastián, su padre lo ama, sé que no está mucho en casa, pero es porque tiene que trabajar, él no quiere que nada les falte a sus hijos, ¿Cómo le explico a un niño que solo quiere estar con su padre que eso no puede suceder? ¿Cómo le digo que no es culpa de su padre no estar con él? Y en ese momento de duda me acore de lo que una vez me dijo mi nana, yo también pase por esto y lo comprendo fueron años en los que odie a mis padres y a la que más odiaba era a mamá, ella era la que menos tiempo pasaba con nosotros por su ajetreado horario laboral.
-Sebastián, no quiero que en tu vida me vuelvas a decir que odias a tu padre – estaba enojado, demasiado enojado - él hace todo por ti, cuando estás enfermo, cuando te sientes mal y no me digas que es mentira, tu padre vuela por llegar a casa cuando lo llamas de que te sientes mal, yo sé que lo que tú quieres es que el este todo el día a tu lado, pero no se puede, ¿quieres que el este todo el día a tu lado? Ve y dile, pero no quiero que lo vuelvas a tratar como lo hiciste ayer o me enojo contigo, sabes que también puedes decirme que lo extrañas y yo los llevaré a verlo a la empresa, pero no te tienes que quedar callado, ¿Cómo se supone que tenemos que saber lo que sientes si no nos dices? Van a ver momentos en el que tu padre se irá por semanas, pero cuando vuelve él se queda unos días sin salir para estar con ustedes y lo sé porque ya lo viví y los empleados de la casa me lo contaron y sobre lo de vivir conmigo no tengo problemas con eso, - en este momento ya se me fue pasando el enojo - pero tu padre sufriría demasiado, sino estas con él, eres su hijo mayor, la persona con la que cuanta cuando él no está, ¿quién cuidaría mejor de tus hermanitos y de la casa si tú no estás?, tu padre te ama mucho eres la persona más importante para él junto a tus hermanos así que pobre que yo vuelva a escuchar que peleas con tu padre porque me enojaré contigo y no te gustara.
No le dije nada más, me pare y me fui, sé que no a todos les puede gustar lo que le dije o con el tono en el que le hable, pero esa fue la forma en la que mi nana me hablo y les juro que nunca más me enoje con papá, con mamá me enoje más, ya que ella era mi persona favorita a la que más amaba, yo quería estar solo con ella, dependía mucho de ella, era la persona con la que quería hablar en el momento en el que descubrí mis gustos y que no pudiese estar conmigo cuando necesite hablar con alguien me dolió y mucho, no quiero que Sebastián pase lo mismo que viví yo.
Estaba parado fuera de su puerta y lo escuché llorar y pedir perdón así que fui rápidamente a buscar a Mark para que fuera a consolar a su hijo, no me importaba que Seba se enojara conmigo por como lo trate, lo importante en este momento era que ellos se reconciliaran.
-Amor tienes que ir a ver a Sebas, creo que te necesita en este momento, solo abrázalo, no lo presiones, espera a que él te diga lo que paso – no lo seguí retrasando y lo empuje a la habitación de mi pequeñito.
No quise escuchar su conversación, este era un momento de los dos, un momento de padre e hijo, yo no tengo que pintar en esa conversación y menos de andar de metiche.
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¿Por qué esa mierda suena tan fuerteeee?, cada mañana odio más esa alarma maldita, ¿Qué no puede sonar más despacio? Siento que cada que la escucho suena más fuerte y me revienta el cráneo.
-Odio tu alarma – no lo miro solo me doy vuelta y me tapo más con las mantas después de decirle eso.
-Lo siento amor, sabes que me cuesta despertar- siento como se levanta de la cama para después sentir un gran peso sobre mi cuerpo – quiero mi beso de buenos días, no puedes despertar y no darme mi beso de buenos días.
Me remuevo para que se baje, pero lo único que logro es que se me baje la manta y que me agarre las manos y me las ponga por sobre mi cabeza.
-¿No quieres un beso de buenos días?, que mal prometido eres, eso no se hace, tienes que consentirme para que no me arrepienta de mi decisión – todo esto me lo dice con un tono juguetón y con una sonrisa en el rostro.
-Parece que amaneciste con ánimo hoy – lo miro seriamente, pero él no cambia su cara - ¿Quieres jugar?, bien jugaremos, pero créeme no querrás ir a trabajar después de que terminemos de jugar – trato de levantarme y agarrarlo, pero él es más rápido y se baja deprisa de la cama para después correr al baño.
-Lo siento, pero hoy no puedo faltar y no pienso estar con dolor de culo todo el día – después de eso cierra la puerta y se escucha como cae el agua de la regadera.
-¡Cobardeeee! – le grito para volver a acomodarme, solo un hombre trabajólico como él se levanta a las 4:30 de la madrugada para ir a trabajar siendo el jefe de su propia compañía.
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Volviiiiiiiiiii, me extrañaron?, yo sé que si lo hicieron, yo también lxs extrañe mucho. Pero aquí me tienen de vuelta con ustedes mis fieles lectorxs.
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Mi Sexi Jefe
Teen Fiction-Hola, vengo a una entrevista con el señor Haynes. La historia es 100% original mia y no se permiten copias o cualquier otra cosa sin antes consultar