-Papá, papá, teno muta ambe, levántate, papá – sentía como me movían, pero nada, no abrí los ojos – tapo papá, quelo leche, Lai llola mucho, tamben quele su lechita.
Tampoco abrí los ojos, no puede ser que tenga tanto sueño, me paro de la cama aun con los ojos a medio serrar y lo tome en brazos para caminar con él a la hitación de Lai.
-Hola bebé ¿Por qué no le pediste a nana que te diera tu leche? – pregunte dándole un beso en su cabecita.
-Nana diche que no che chente ben y no ta, che fue – dice moviendo sus tiernos bracitos.
Cuando entramos a la habitación de Lai me llevo una sorpresa, me doy cuenta de que no estaba llorando, pero si se encontraba despierto y con su carita empapada, pero lo que me sorprendió no fue eso, sino que la razón de que ya no estuviese llorando es porque Sebastián esta acostadito a su lado acariciándole su espaldita.
-¿Seba, me acompañas a preparar las leches para tus hermanos? - no me mira, pero asiente con su cabeza- Benja quédate con Lai vengo al tiro con tu leche – lo dejo a un lado de Lai y se acomoda como se encontraba Sebas antes.
Camino a la cocina y me pongo a preparar las leches en polvo y saco una cajita de leche chocolatada del refrigerador para el pequeño gruñón que se encuentra sentado en la isla que está en el centro de la cocina, la sirvo en una taza de lata y la pongo a calentar a baño maría, prendo la cafetera y pongo pan a tostar para continuar con la preparación de las mamaderas.
-¿Con qué quieres el pan? – no recibo respuesta así que me giro a mirarlo y me llevo una gran sorpresa, mi bebé más grande se encuentra sollozando con sus manitos tratando de tapar su pequeña cara- ¿Qué pasa bebé?, ¿Por qué lloras?, ¿te sientes mal?
Solo niega con la cabeza y se baja del banco para abrazarme, lo tomo entre mis brazos y lo dejo llorar en mi hombro mientras reviso que las leches ya se encuentren en la temperatura adecuada, apago la cafetera y la estufa en la que tenía calentando a leche chocolatada y tomo con uno de mis brazos las leches, subo aún con Sebas colgando de mí y primero le entrego la leche a Benja y tomo con mi brazo desocupado a Lai sin antes dejar la tercera mamadera en el mueble, ya que Connor aún no despierta, me acomodo en un sofá que se encuentra en una esquina de la habitación y me acomodo con los dos bebés, trato de acomodar lo mejor posible a Lai para poder poner el biberón en su boca y que tome de su contenido.
Sebastián ya dejo de llorar, pero aún no me suelta.
-¿Me dirás que es lo que pasa? – le pregunto en un susurro.
-Yo no quiero que te enojes conmigo, lamento poner triste a papá, prometo nunca más hacerlo, te quiero mucho papá Alex, ya no estés enojado conmigo – todo eso me lo dije hipando y sorbiendo sus mocos.
-No estoy enojado y yo también te quiero mucho, no quiero que pienses que estoy enojado contigo, pero quiero que sepas que lo que le hiciste a tu padre estuvo mal, te creo si me dices que no lo volverás a repetir, te amo mi bebé mayor - le doy un besito en su cabeza y lo acerco aún más a mi cuerpo - ahora ayúdame con tus hermanos y despierta a Connor para que tome su biberón, parece que tendré que cambiar el pañal de este pequeñito.
Me obedece hace lo que le pedí, yo hago lo que dije y también revisé si Benja necesitaba algo, pero lo encontré dormido en la cuna con su biberón ya desocupado acomodo a Lai a su lado y bajo a terminar nuestro desayuno.
Otra gran sorpresa me encontré al entrar a la cocina y encontrar Mark con los desayunos ya preparados esperando sentado en un banco de la isla.
-Parece que ya arreglaste las cosas con Sebastián - me dice mientras le pega un mordisco a la tostada.
-Parece que aquí tenemos a un chismoso que escucha detrás de las puertas - le digo con una sonrisa - ¿se puede saber que haces tan temprano en casa?
-Si te acercas y me das un beso puede que te cuente – me dice con una sonrisa juguetona.
-No.
-Pero pensé que querrías saber que hago aquí – dice confundido.
-Quiero saber, pero aun que no te dé un beso me dirás igual así que no te lo daré y tú me dirás que haces aquí a esta hora u hoy en la noche te irá muy mal, tú decides, camino al refrigerador y me agacho a sacar una botella de agua.
Antes de terminar de levantarme siento como unos brazos me rodean y unos labios que comienzan a besar mi cuello, sus manos comienzan a bajar lentamente a mi parte delantera, pero antes de que lleguen escuchamos un grito feliz.
-¡Papá!, ¡papá!, estás aquí, tú lo prometiste y estás aquí, ¿Vamos a estar todo el día juntos?, ¿nadaremos en la piscina y comeremos helado como dijiste?, tú si cumpliste papá – lo abraza con una gran sonrisa en el rostro – papá Alex, papá cumplió su promesa, él pasara todo un mes aquí en casa, no tiene permitido salir a trabajar, si lo hace tendrá que quedarse un mes más en casa, él lo dijo, dijo que pasaría todo ese tiempo solo con nosotros.
No lo puedo creer, así que esa es la razón de que esté aquí.
Nos miramos y nos sonreímos, nos sentamos a tomar desayuno entre rizas gracias a las cosas que le contaba Sebastián a Mark sobre sus días en la escuela, las cosas que hacía ahora que ya tenía un amiguito con el que jugar y de lo feliz que estaba ahora que podía pasar más tiempo con su padre.
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Lxs amo
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Mi Sexi Jefe
Teen Fiction-Hola, vengo a una entrevista con el señor Haynes. La historia es 100% original mia y no se permiten copias o cualquier otra cosa sin antes consultar