—¡Mi rayito de sol!
A brazos abiertos su padre le estaba esperando en la puerta de su casa, apenas había bajado del auto de Alice, saludando a esta desde lejos. Contagiada por su sonrisa, fue corriendo muy apenas hasta chocar con él, acurrucándose en su pecho con ganas porque el había echado de menos.
—¿Te has divertido, mi pequeñita?
—Alice es muy buena con la manicure y pedicura, me siento muy bonita.
—Eres bonita, cariño, eres.
Fue directo hacia la cocina porque deseaba beber algo, y mientras sacaba el jarrón de jugo cuidadosamente, su padre alzaba el índice.
—Ha llamado Jacob, no sé qué ha pasado pero por como me dijo que lo sentía y estaba todo ansioso, supuse que las cosas no salieron bien. Yo que tú, no lo llamaría de regreso de ser algo que te lastimó.
Aconsejó, saliendo directamente hacia la sala donde esperó que no sintiera ese suspiro pesado que había salido. Estaba cansada del rompe, "arreglar", romper. Por supuesto que iba a seguir el consejo de su padre, no lo iba a llamar.
Bebió sin culpa de aquel jugo que estaba bien frío, para luego robarse un pedacito de queso que enrolló con el jamón y se lo devoró al instante. Tenía hambre, pero habían cosas por hacer.
Apenas ingresó a su cuarto por algún motivo lo sintió extraño, no era esa vibra que mantenía desde que habían llegado, donde trató mantener lo más calmado posible y en parte, sentía que, habían cosas que no recordó haber dejado en la cama tanto como sí, por ejemplo, su peine.
Hizo caso omiso para abrir las ventanas, tomando la oportunidad para ir directamente hacia la zona de lavandería y comenzar a separar la ropa de color, solo que, sintió que faltaba ropa. La cantidad no estaba siendo justa para todo lo que ocupó y no se lavó, faltaba alguno de sus suéter, una blusa de manga larga carmín, sus calcetines amarillo patito.
—¡Papá! ¿has lavado la ropa toda junta otra vez o has ordenado mi cuarto? —gritó desde ahí.
—¡No, corazón!
—No encuentro algunas prendas de vestir, ¿seguro que no se ha mezclado con lo tuyo?
—Pero, cariño, ni siquiera he entrado ni a tu espacio, ni a la zona de lavar.
Pero luego recordó de que Alice había ingresado a su cuarto para buscar algo de ropa, quizás había dejado las prendas allá en caso de que se quedara más tiempo.
Ordenó la zona de sus cosméticos y fue directamente hacia la zona de lavar para lanzar todo lo separado e iniciar la máquina, sintiendo a su padre al costado.
—¿Has encontrado lo que necesitabas, cielo?
—No, pero creo que deben estar en casa de Alice.
Ni siquiera pudo seguir a su padre por detrás cuando tocaron la puerta, de ahí se desvió directamente hacia la zona de entrada para atender, encontrándose sorpresivamente con Edward. Le sonrió maravillada tanto como sorprendida, pero poco a poco fue borrando el gesto cuando observó su expresión.
—¿Qué tienes? —le susurró, mirando como exponía los dientes.
El hizo un gesto de silencio, además de señalar que se quedara en su sitio. Desapareció. Del rápido movimiento que realizaba, su padre no se percataría de eso. Comenzó a hacer un conteo y ni siquiera pasó del uno cuando el vampiro regresó a su lado y se la llevó cuidadosamente hacia la cocina, era extraño que Edward comenzara a mirar de todos lados como un perseguido.

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SCEGLI. #3
Ma cà rồng✷ · ˚ * . * * ⋆ . · ⋆ ˚ ˚ ✦ ⋆ · * ⋆ ✧ · ✧ ✵ · »Maravillosa portada hecha por @_CakeByTheOcean. ❣ El cansancio mental estaba dando malos frutos a la situación, ¿es que nunca se...