«... A poco, vi las tres lápidas sepulcrales, colocadas en un terraplén, cerca del páramo. La del centro estaba amarillenta y cubierta de matojos, la de Linton tan sólo ornada por el musgo y la hierba que crecían a su pie, y la de Heathcliff completamente desnuda. Yo me detuve allí, cara al cielo sereno. Y siguiendo con los ojos el vuelo de las libélulas entre las plantas silvestres y las campanillas, y oyendo el rumor de la suave brisa entre el césped, me admiré de que alguien pudiera atribuir inquietos sueños a los que descansaban en tan quietas tumbas. »
Soltó un suspiro cuando terminó de leer aquel libro que tenía entre sus manos, buscando nuevamente el nombre desde el inicio para tener alguna idea de lo que había sentido con tan intensa lectura que no duró más de una semana.
-Eso ha sido realmente interesante -comentó, asintiendo para sí misma-. Tu padre me dijo que al parecer te gustaba mucho este libro, por lo que que sería bueno venir a leerte un poco cada día que podía y finalizarlo por ti. La distancia no permite maravillas.
Sintió el fresco viento sobre sus mejillas hasta despeinarle, sacándole una dulce sonrisa.
-Él es alguien realmente fuerte, me sorprende -continuó, sacando una botella de agua para beberla con calma, batiendo la misma solo por entretención-. Mi padre me ha dicho que las terapias las ha llevado bastante bien y da buenos frutos, está bajo en buenas manos y solo con cosas naturales. Como ha conocido a alguien más, Charlie ha logrado estar muy bien. Ya no quema su cena.
Acomodó las flores sobre aquel jarroncito y también el cactus que se mantenía en su lugar. El viento no era tan fuerte como para tirar los regalos que llevaba tanto podía y del resto que visitaba, aunque, era muy poco. Juraba que solo era de familia además de ella.
-Espero que estés en paz, después de todo. No justifico lo que has hecho pero, puedo ponerme en tu lugar -la soledad tanto como falta de cierto afecto había llevado a una obsesión absoluta además de otras cosas, llevándola a hacer algo realmente atroz.
Miró el nombre en la lápida con mucha atención, fecha de nacimiento y la de su muerte. Acarició la misma con sus mano, se encargaba de limpiarla cuando lo creía necesario ya que no lo hacía nadie más. Vio los papeles sucios que a veces dejaba con ciertos dibujitos o notas que nunca se abrirían, que jamás saldrían volando. Esperaba que eso nadie lo quitara.
-Edward cree que estoy haciendo innecesario -soltó una risilla por lo bajo, negando ante sus palabras-. Pero al fin de cuentas me entendió... él no te odia.
Supo no hacerlo.
-Ay, Bella -soltó un suspiro, acomodándose sobre el césped húmedo-. Espero que sepas que tus amigos te echan de menos, tu padre lo hace, Jacob incluso. Y podría decirse, ¿por qué? Si lo que sucedió ha sido horrible... -trató de imitar la voz de Edward ante la pregunta-. Bueno, al final comprendí que debía ver más allá de mis ojos con atención, donde mi burbuja me mantenía en la ignorancia. Somos muy diferentes, tú necesitabas mucho más y nadie te comprendió. Ni siquiera Charlie -frunció el ceño, no queriendo estar demasiado sentimental-. Me hubiese gustado que tu destino hubiese sido totalmente distinto, te habría ayudado... lamento no haberme dado cuenta. Siempre lo haré.
Dio la última mirada hacia abajo antes de incorporarse sobre sus pies, sacudiéndose los pantalones de forma continua para quitar cualquier rastro de suciedad o al menos, evidencia de donde pudo estar. Las gotitas de pronto comenzaron a caer por encima le hizo bufar, las cartas nuevamente estarían húmedas pero ayudaría a las plantas que había dejado en ese lugar, como las flores plantadas. Ningún ramo.
-Bueno, no importa si acabo toda empapada, es solo lluvia.
Mantuvo su sonrisa, jugando con la botellita de agua entre sus manos.
-Feliz cumpleaños, Bella. Espero poder volver tan pronto como pueda, hasta entonces, pensaré qué podría gustarte y no repetitivo. Trataré de no tardar.
Comenzó a retroceder, poniendo la mano sobre la frente mientras la lluvia se hacía cada vez más intensa a medida que se alejaba, dando sus saltitos entre el camino que le iba guiando hacia la salida. Al menos, iba completamente vestida para la ocasión. Cada vez solo podía oír el sonido de la lluvia caer de forma estruendosa sobre el suelo, huyendo de esto sin éxito. Para cuando acabó arriba del coche, su cabello goteaba, apenas dándose cuenta de que había una chaqueta por encima del asiento que protegía a este mismo de su humedad. Observó hacia su costado con ironía.
-Alice pensó que lo necesitarías.
-Sí, pensó -replicó de forma sarcástica, pero no estaba molesta.
-Hay que apresurarnos antes si queremos tomar el vuelo.
-Creo que tenemos todo el tiempo del mundo, Edward, nadie nos apresura.
-Hm, yo siento que sí. Tu abuela no querrá esperar demasiado.
-Nana me esperaría incluso si tuviera muchísimas cosas en medio con tal de verme, es alguien de mucha fe.
-Tu nana es alguien muy paciente -replicaba Edward.
Negó suavemente, cruzando el cinturón de seguridad mientras el coche era encendido. Entre el ronroneo, su mano se deslizó dulcemente entre los dedos fríos del chico, compartiendo una sonrisa íntima y amorosa. Una que iba compartiendo de manera constante desde hace más de dos años y no parecía cambiar. Dándose cuenta de que se iban moviendo, miró por la ventana para despedirse como lo hacía de costumbre, dejando que la lluvia lograra impedir que mirase mejor. Se sentía tranquila, con todo perfectamente en su lugar.
Finalmente feliz.
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SCEGLI. #3
Vampiri✷ · ˚ * . * * ⋆ . · ⋆ ˚ ˚ ✦ ⋆ · * ⋆ ✧ · ✧ ✵ · »Maravillosa portada hecha por @_CakeByTheOcean. ❣ El cansancio mental estaba dando malos frutos a la situación, ¿es que nunca se...