Mentiras.

621 53 1
                                    

Al final fue llevada en brazos, debido a que no tenía ganas ni fuerzas para terminar aferrándose a su espalda. Tan así, que acabó quedándose dormida durante el camino y no supo cuando había finalizado sobre el colchón, cuánto durmió y qué tanto hizo. Al apenas abrir los ojos, sintió un cálido rayito de luz entrando por la ventana, cubriéndole el cuerpo. Estiró sus extremidades de manera tranquila, dando la vuelta sobre la cama vacía.

—¿Has dormido bien?

Alzó sus ojos, llenando de aire sus pulmones, se sentía bien, muy tranquila. Relajada pero con el rostro hinchado, lo sabía. 

—Ha sido una buena siesta.

—Creo que ha sido más que una siesta, has dormido en todo el día y la noche fue muy larga para nosotros.

Se sentó de la nada, sintiendo como todo da vueltas en su cabeza. Su vista se nubló hasta que le dolían los ojos, viendo puntitos y figuras muy extrañas en la vista. Tardó un poco en espabilar, eso fue realmente impresionante.

—¿Tienes hambre? 

 —Todavía no, deja que me mueva un poco para abrir el apetito —murmuró suave, tranquila, levantándose de la cama.

Trató de estirarse lo mejor posible, haciendo sonar uno que otro hueso de forma continua, caminando directamente hacia la cocina siendo acompañada hasta la cocina. Se percató de que solo estaban ellos dos, por lo que no mencionó nada. Batió unos huevos para hacerlos revueltos sin necesidad de utilizar aceite, solo agua, para luego hacerse un dulce café con mucha calma. 

Sentada frente a la mesa, se vio en el reflejo de su café el como tenía su propio aspecto.

— Que desastre.

—Sigues viéndote maravillosa.

 —Sh —sonrió de lado, dando una mordida a su tostada.

Él sonrió en respuesta.

Manteniéndose ambos en silencio, comenzó a pensar lo que abordaría en la conversación. Lo tenía desde hace mucho, solo que trataba de hablarlo con alguien más, alguien que prometía hacerle fiel compañía si lo deseaba y permitía.

—Terminando todo esto, ¿irás conmigo a Dartmouth o probarás en otra universidad?

—¿Quieres que vaya contigo?

—Creo que sería lindo, claro, no tendríamos la misma carrera ni los mismos tiempos pero, sería estupendo. Hay sitios turísticos muy bonitos, pero el tiempo nos consumirá demasiado pronto como para disfrutar de una buena estadía, a menos que lleguen las vacaciones. 

—Solo debes decirme, Stella, no te diré que no. 

Se quedaron mirando un par de segundos, donde se sonrieron mutuamente de manera cómplice.

—Una propuesta, hm, ¿algo así como una seguridad?

—Explícame.

Comenzó a jugar con su café sin azúcar, apretando los labios entre sí, ya no siendo capaz de mirarle.

—Si logramos hacer todo bien, si los problemas parecen esfumarse por un buen tiempo donde los Vulturis logren pasar de mí —comentó con cautela—, creo que deberíamos sentar cabeza en tanto estemos en la universidad. Hay mucho por conocer, muchas cosas por hacer y aunque puedo hacerlo sola, en serio puedo, me gustaría que lo hicieras conmigo.

Los ojos del vampiro comenzaron a brillar de cierto modo, dejándolo sorprendido. 

—¿De verdad?

—Ajá.

—¿No lo haces para no hacerme sentir mal?

—Para nada —prometió, regalándole una sonrisa—, lo digo porque quiero. Porque me gustaría.

SCEGLI. #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora