SCEGLI. #3

Discusiones.

Si se ponía a meditar un poco sobre cómo había sido la semana, solo una parte se convirtió verdaderamente horrible. Algo que le hizo entender que nadie es indispensable, absolutamente nadie.

Uno de sus problemas era que Victoria no se había rendido, pero estaba tan cansada de tener miedo hasta por las noches solo porque tenía a una vampiro al asecho y no podía vivir parte de su adolescencia como deseaba, estaba muy frustrada que no lo dejara estar. Carlisle le había asegurado su existencia de que al tener cada miembro de la familia apoyando y ayudando, nada malo podría pasar. Esme prometía con todo su amor que no permitiría que alguien le hiciera daño.

Ese día sábado no tenía absolutamente nada que hacer, más que completar los turnos en la tienda de ropa Newton's Olympie y después del trabajo, iría directamente hacia la casa de Angela para ayudarle con las cartas hechas a mano como prometió. Dejó todo en orden apenas terminó de desayunar con la falta de presencia de su padre que no duraba demasiado, la verdad. En cuanto fue y llegó al trabajo, encontró a Mike limpiando el piso con una mopa en medio de una discusión con su madre al punto en que ninguno notó la presencia de la pelirroja.

-Es la única vez que Tyler puede ir -el chico protestaba-, prometiste que sería después de la graduación.

-Lo siento mucho, pero tendrán que esperar -la mujer era brusca al responder-, ya verás tu y ese chico sobre qué hacer. Pero no vas a ir a Seattle hasta que la policía logre solucionar todo lo que está sucediendo, ¿has entendido? Sé que Betty le ha dicho lo mismo a Tyler, así que no vengas a decirme que soy la mala de la película -apenas la mujer se dio cuenta de la presencia ajena, el tono de voz se convirtió alegre-. Buenos días, Stella, has llegado temprano hoy.

-Buenos días, señorita Karen -saludó amable, haciendo una pequeña reverencia en saludo.

Karen Newton era todo lo contrario a lo que se solía ver por esos lados, usaba unos tacones altos, donde se podía ver una perfecta pedicure hecha por profesionales así como la manicure, su cabello rubio estaba hecho en un moño alto y bien ordenado, como si no tuviera problemas con el frizz. Karen era una mujer muy guapa.

-Quise mantenerme puntual -señaló mientras tomaba la camiseta naranja fluorecente que estaba en el mostrador.

-Esto... uh.

Observó la incomodidad en la mujer mientras que jugaba con una pila de folletos, tuvo que soltar de a poco la prenda porque conocía esa mirada. Se imaginó muchas cosas, pero una de ellas la intuyó antes de que Karen dijese una palabra. Era injusto, había trabajado todo el verano respetando su horario, incluso cuando en ese tiempo era mayor la necesidad de presencia. Pero al tiempo comenzaron a enseñarle a Katie Marshall y por supuesto no iban a poder pagarles a ambas.

-En serio iba a llamarte -la mujer se excusó-. Ya no tenemos tanto trabajo, entonces podemos apañarnos entre Mike y yo.

Fue la peor noticia y para colmo, presentada del peor modo. Su primer despido. Los hombros se le hundieron, ¿ahora qué haría? Podía conseguir algo mejor, eso era seguro aunque no lo necesitase del todo, pero no solo servía para ahorrar, también para aportar en su hogar en la mercadería.

-Mamá, eso no está bien -protestó el rubio-. Estás siendo muy injusta... Stella, si quieres trabajar aquí en serio-

-No, está bien, no se preocupen -inmediatamente cortó a Mike pese a que no estaba a favor de interrumpir, solo lo hacía cuando encontraba que era muy necesario. Por otro lado, no iba a estar donde no la quisieran en serio y menos ser la razón de otra discusión-. No hay problema, de todos modos debo aún enfocarme en mis exámenes, ser hija de un cirujano es difícil...

-Gracias, Stella -oyó de Karen-. Mike, te falta el pasillo cuatro. Hm, Ella, ¿no te molestaría tirar estos folletos a la basura cuando estés afuera? Le dije a la chica que vino que los dejaría en el mostrador pero, no tengo espacio.