SCEGLI. #3

Inesperado.

Recuperando casi todo el aire perdido, sorprendida y a su vez, inmovilizada por la plena impresión. No pretendía quedarse viendo el como se deshacía de la vampiro, tampoco se dio cuenta cuando tanto Edward como Seth regresaron y en poco tiempo, había grandes cantidades de fuego. Delicadamente tocándose la frente, sintió el pequeño chichón que le arruinó el humor, se mantenía con el dolor ahí, levantándose muy de a poco mientras los dos chicos limpiaban la zona de evidencia para quemar todo. Las llamas rojas acabaron por ser solo humo púrpura que se iba desenvolviendo hacia arriba, olía como cualquier incienso para luego acabar en algo completamente asqueroso para su sentido del olfato.

Seth parecía estar disfrutando todo lo que había hecho por los ruidos que hacía e incluso, lucía como una risa que fue correspondida por parte de Edward. Este alzó el puño hacia adelante y el lobo lo chocó con el hocico.

-Un excelente trabajo en equipo.

Luego, no pudo siquiera dar un paso hacia al frente cuando Edward estaba en frente suyo, como consecuencia, se lanzó a sus brazos a echarse a llorar del alivio absoluto. No podía evitarlo, no podía evitar el acurrucarse contra él con una fuerza que era demasiado mínima para el otro.

-Ha terminado todo, finalmente -murmuraba él.

-Que espantoso -mencionó entre risas, tratando de reprimir su lloriqueo. Miró a Seth-. ¿Estás bien, no te duele nada?

Este bufó, casi saltando sobre sus cuatro patas junto a una sonrisa lobuna que prometía estar todo bien. Se acercó para terminar abrazándolo, pensó que se había hecho daño y estaba pasmada del susto. Le alegraba tanto ver que estaba mejor, que se recuperaba rápido.

-Él solo ha fingido, ¿a que es muy buen actor?

Abrió los ojos y su boca con sorpresa, fue vilmente engañada. Aún así, le apretó entre sus brazos.

-Lo has hecho muy bien -felicitó al lobo que lucía bastante orgulloso, ahora aún más. Lentamente, volteando hacia Edward, murmuró agitada-. ¿Está el resto intacto?

-Todos sanos y a salvo, el asunto ha terminado para ellos.

Sintió la fría mano sobre la frente, apaciguando ese dolor palpante en la frente que por un momento tan cortito había olvidado.

-Ahora, necesito que mantengas la calma como siempre, disponemos solo de un minuto. Necesito que confíes en mí.

Trató de no perder los estribos y mucho menos ponerse de nervios con lo que sucedía, por lo tanto, asintió de forma seguida. Este lanzó una mirada hacia el lobo.

-¿Y ella qué hará?

El lobo aulló, sea lo que haya mostrado, el vampiro gritó ahogado.

-¡No!

Parecía que con su acto de reflejo, trataba de detener algo que no estaba ahí con ellos. Seth comenzó a sacudirse en un espasmo constante donde aullaba con potencia, al instante, Edward tomaba al lobo desde la cabeza. Era un aullido a todo pulmón que provocó cubrirse los oídos y el vampiro hacía una mueca de dolor. Angustia en todos los sentidos.

-¡Vamos, Seth! ¡Ve a casa ahora mismo! -ordenó el vampiro-, ve lo más rápido posible.

El lobo gimoteaba, sacudiendo la cabeza.

-Confía en mí, Seth, por favor.

Este alzó la mirada, torturado, antes de echarse a correr lejos hasta desaparecer. Yendo al sentido contrario, trató de no agitarse demasiado mientras caminaban. Pero estaba tan agotada de forma física por el subidón de adrenalina que sentía caerse en cualquier momento, demasiado estrés.