8. Pillada - Levy

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Volví en el coche con el hombre de la fiesta nuevamente en silencio. La verdad no habíamos hablado casi nada, salvo lo justo para no parecer arisca ante la gente. Pero el hombre no me amargaría la fiesta, había estado toda la mañana investigando a los asistentes para saber quienes iba a ir y quienes estaban más propensos a hacer alguna donación o los que simplemente tienen contactos o medios para ofrecernos.

Eso había conseguido que tuviera casi cien mil jewels más para la residencia y tendría que hacer las cuentas, pero entre los costes de transporte, traslado, alguna mano de obra y donaciones de muebles y así, podría estar en casi un coste de cincuenta mil jewels menos, lo que no me olvidaba de una cosa.

Me gire a Gajeel que miraba serio a la carretera, se que estaba enfadado pues hacía más de una hora que quería marcharse pero me negué pues aún no había conseguido hablar con el Sr. Trepton, hombre que se encargaba de los aranceles de productos extranjeros, y gracias a mi negativa había conseguido que nos hiciera un pequeño precio, ahorrándonos casi 10.000 jewels en impuestos de transporte exterior.

- Es verdad ...- recordé y volví a mirar al hombre que ahora parecía prestarme atención.- El Sr. Cheney, te comento algo después de que me fuera - no me contesto así que concrete - ¿no te dijo nada de Farmatec?- esto pareció sorprenderlo porque su mirada siempre sobre la carretera se posó sobre mi.

- ¿Cómo sabes lo de farmatec?

- Todos saben que el hombre que dirige Farmatec y el señor Chevey son íntimos amigos y quedan mucho para comer. No sabía cómo acercarme a él, pero al ver que hablaba con él me alegró. Pude hablar sobre el proyecto y pensé en darle la idea de que hablara con su amigo para que nos hiciera un descuento en equipos médicos. Son de los mejores del mercado, pero no los más baratos, si pudiéramos tenerlos los mejores al mejor precio sería lo ideal.

Después de eso terminamos la conversación y no fue hasta que llegamos a la puerta de la mansión que el Redfox me volvió a dirigir la palabra.

- El Sr. Chevey dijo que hablaría con su amigo de Farmatec para ponerse en contacto con nosotros - iba a responder algo pero me sobre paso y no pude evitar escuchar como susurraba - Veo que si que tendré que tener cuidado - No supe muy bien a que se refería con ese comentario pero no dándole importancia me fui directa a mi habitación.

Los siguientes días transcurrieron sin ningún tipo de percance, por las mañanas le daba clases a Wendy y por las tardes ayudaba en la obra de la residencia. En la que toda la ayuda proporcionada nos daría mucho más margen para hacer cosas, pero por desgracia una visión como esta necesitaba mucho capital, y eso nos tiene preocupadas a las dos, pues no sabíamos de donde sacar mas capital.

- Puede que en la reunión de dentro de unos días a la que acuda Gajeel por la licitación de la obra para la compañía podamos conseguir algún gran accionista - simplemente asentí, la verdad no me preocupaban esas cosas.

- Puede ser buena idea. - simplemente dije, seguía dándole vueltas a los números.

Como no la noticia no fue bien acogida por el pelinegro que se negó a hacer eso antes de que le dieran el trabajo a la empresa. Acordando que si ganan la licitación para la empresa lo invitaron a varias galas y fiestas a las que podríamos acudir como acompañantes o representantes de la constructora Marvel y así hacer campaña de nuestro proyecto a personas que no eran del país. Eso pareció contentar tanto a Grandine como a mí, quitándome una buena preocupación de ajustar más las cuentas.

Paseaba feliz por el jardín mientras Wendy correteaba alegre en el perfecto día de verano que hacía hoy. Cuando note como se acercaba el marido de la Sra. Grandine, me giré y sonreí.

Hermanas FairyTail - 4. Muro de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora