23. La discusión - Levy

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Bueno se que esta parte es algo corta por no decir muy corta, pero tenía que ser de esta manera o si no la siguiente no tendría sentido si la metía con esta. 

Por eso os pido disculpas y como compensación subire la siguiente parte para que no se os haga tan corta la lectura. 

No os olvidéis de dar me gusta y/o comentar. 

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No me esperaba que el pelinegro me llamara tan pronto, pues supuse que estaría ocupado, pero por su rapidez y tono al parecer me ignoraba a sabiendas de que era a mí a quien no contesta las llamadas.

- Si claro que soy yo ...- su tono no era muy alegre - o es que tienes miles de hombres que te llaman.

- Espera un segundo a que te refieres. - estaba confundida no sabia que demonios pasaba por la cabeza del hombre.

- No te hagas la inocente conmigo Levy, no me puedo creer que fuera tan idiota.

El hombre comenzó a vociferar cosas sin sentido que no escuche pues el tráfico estaba en su hora punta y con la mirada buscaba un hueco para poder estacionarme y hablar de manera que pudiera prestar mi total atención a la llamada.

- ....- Mi mirada viajaba de un lado a otro, pero parecía que habían abierto el grifo de coches pues no había por donde pasar.

- ¿Encima de que me insistes para que te llame ahora me ignoras? - el tono molesto de Gajeel crecía y mi nerviosismo por hablar con él también.

- No, perdona estoy en el coche conduciendo y el tráfico está imposible.- dije con la esperanza de que pudiera entender mi poca atención.

- Si no quieres hablar no es necesario que me pongas excusas - la mordacidad en su tono de voz me dolió.

- No es eso ... .- Intente hablar pero me corto.

- Me da igual, bien puedes colgarme sin darme excusas. Eres buena en eso de hacer cosas sin decir nada. - Iba a contestar. - Me avisaron, muchos me dijeron que podías estar engañándome que solo querías jugar o sacar algo de mi, pero decidí creer en ti - Me quedé en shock con esas palabras.

- A qué te refieres, no entiendo a qué te refieres con esas palabras. ¿Por qué sospechamos de mí? No lo entiendo- las palabras no dejaban de dar vueltas en mi cabeza, ¿a qué se refería con eso?

- ¿No sabes a qué me refiero? - se rió de una manera que me puso los pelos de punta - hace un mes te habría creído, pero lo vi con mis ojos. Eres una cualquiera que hace lo que sea por conseguir las cosas y yo no fui otra cosas que un peldaño más o yo que sé..- sin poder contenerme le grité dando un golpe al volante.

- No tengo ni idea de que me hablas. Estás molesto por algo y lo único que hice fue irme..- Un bufido de incredulidad sonó al otro lado.

- Eso es lo único bueno que has hecho. - Me quedé de piedra, pues mi mayor miedo se cumplía, a Gajeel no le había importado que me fuera y dolía mucho saber que eso era así - ¿Qué no sabes de qué hablo? Déjame que te informe de que conozco a Rouge Cheney, y me comento ciertos detalles que no conocía de ti y aun así decidí ignorarlos ...- no tuvo que decir más pues el nombre sabía perfectamente quién era. Ese nombre era el nombre de la única condición de mi madre para darme los nombres de mi posible padre biológico.

Había sido solo una vez, una noche y para nada ilícito o lujurioso, Rouge había sido un caballero en todo momento y pase una buena noche en un restaurante, hablando de negocios con los colegas del hombre. No entendía mucho la razón por la que contrató una acompañante en la agencia de mi madre para esa ocasión. Sólo sé que me alegré mucho de ver que no tenía otras intenciones que de presentarse como su pareja frente a sus compañeros de trabajo y socios potenciales.

Hermanas FairyTail - 4. Muro de AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora