Secreto (Sterek)

37.

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-¿Stiles está bien ? – Pregunto Isaac a Scott en un susurro que todo el mundo escucho.

Toda la manada estaba un poco preocupada por Stiles, era ya el tercer día desde que no salía de su habitación, además de que, tampoco podían sentir su olor y escuchar sus palpitaciones. En un inicio todos creyeron que estaba con su padre, pero cuando el Alpha menciono que le llevaría comida, se dieron cuenta que el chico siempre estuvo en la casa.

-Necesita un tiempo a solas.

-¿Paso algo que no nos quieran decir? -Pregunto Malia, que como todos los sobrenaturales había escuchado el cuchicheo.

-No es nada que todos deberían saber. – Demando como buen Alpha que era.

-¿Las manadas no deberíamos saber todo sobre los demás integrantes? – Se interpuso Cora con algo de molestia.

-Cora, por favor, todos podemos guardarnos algo para nosotros mismos.

-Las manadas no guardan secretos. – Aseguro la loba.

Scott suspiro con fastidio. – Mira Cora, nosotros no somos como una manada normal ¿Entiendes?, nosotros confiamos en los demás, pero también tenemos el derecho a tener uno que otro secreto.

-Exactamente, nosotros también podemos guardar secretos. – Ayudo Lydia. - No crecimos en una manada como tú, nosotros lo manejamos de diferente manera.

-Yo solo decía. – Se excuso.

Scott se levantó y tomo un plato lleno de comida para Stiles. Nadie lo molesto cuando camino escaleras arriba. Y menos cuando escucharon como entro a la habitación.

Stiles estaba en la misma posición a como lo había visto la última vez. Estaba acostado en su cama con las cobijas cubriéndole entero, y las cortinas abajo.

-Stiles, te traje de comer.

Stiles se removió un poco antes de enderezarse y darle la peor mirada de asco.

-No puedo comer eso. – Hablo apenas.

En el plato solo había lechuga, tomate y un trozo de pan.

-Stiles, tienes que comer. – le regaña a pesar de sentirse mal por el aspecto de su hermano.

Desde el día en que se dio cuenta de su condición el cuerpo de Stiles pareciese que hubiese encendido un interruptor, en el cual todos sus síntomas salieron a flote. Apenas podía tomar agua si sentir ganas de vomitarlo todo.

-Se que tengo que comer, pero realmente no puedo tragar eso.

-¿No quieres comer algo más? – Pregunto con la esperanza de que el apetito de Stiles se abriera de alguna manera.

-Solo quiero acostarme y hundirme en mi miseria.

-¿Helado? ¿Palomitas? ¿Chocolate?

Stiles casi tuvo que contraer su estómago para no vomitar allí mismo.

-No hables más, revuelves mi estómago. – Le admitió.

-¿Qué te parece arroz con miel, como la última vez? – le pregunto ignorando el comentario anterior.

Con la mención del aperitivo el cuerpo de Stiles pareció reaccionar.

-Creo que eso no sería de mal gusto. – Contesto finalmente.

-Entonces supongo que cambiare tu plato. – Anuncio el Alpha antes de dejar la habitación.

Stiles volvió a recostarse un poco incomodo por la creciente sensación de hambre, y a su vez se sentía pesado y adolorido.