Secreto (Sterek)

29.

29.

-Perdonen, iré a bañarme y podremos irnos. – Fue todo lo que dijo el humano antes de correr escaleras arriba.

Por supuesto que Scott corrió tras él, mientras que los demás integrantes de la manada esperaban a que los dos hermanos terminaran.

Stiles caminaba por la habitación buscando su maleta de viaje, se tambaleaba y se notaba lo desubicado que se encontraba. Después de todo había bebido hasta muy la madrugada, después se había quedado dormido sin darse cuenta. Su plan era regresar en el momento exacto y que la manada no notara su ausencia. Pero fallo estrepitosamente.

-¿Dónde estabas? -Exigió el Alpha mientras cerraba la puerta tras sí.

-En el cementerio.

-¿En el cementerio? - Repitió incrédulo. – Pero el aniversario de tu madre es hasta abril.

-Puedo visitar a mi madre fuera de su aniversario. – Contesto con fuerza. - Y, además, recuerda que ella no es la única enterrada allí.

El alma de Scott cayo en seco a sus pies. ¿Cómo podría haberlo olvidado?

-¿Por qué no me dijiste? – Logro preguntar.

-Quería estar solo. -el chico ignoro la expresión de cachorro en su amigo, y tomo tu toalla de la cama. – Me iré a bañar, dile a los demás que bajare en diez minutos.

(...)

Stiles bajo las escaleras arrastrando su maleta de viaje. Encontró a la manada casi en la misma posición en la que los había visto es su regreso.

-Los autos ya están cargados. – Hablo Lydia, quien fue la primera en salir.

Todos fueron saliendo del loft y se repartieron en los autos disponibles. Lydia, Malia, Theo, Liam y Scott viajaron en el Jeep de Stiles. Mientras que Kira, Isaac, Jackson Dalía y Dylan estaban en el auto de Derek. Newt y Thomas viajarían solos, debido al poco espacio del mini cooper que estaba a su cargo.

-¿La comida ya esta lista allí? – Pregunto Theo a Lydia con genuina curiosidad.

-Si, le pedí a mi madre que llenara las despensas hace unos días. – Contesto la susodicha.

-Entonces les preparare una buena cena. – Theo solo parecía particularmente feliz cuando hablan de comida, era obvio para todos que esa era su pasión.

-Isaac lleva las mandrágoras en su mochila. – Comento el Alpha con orgullo. – Estuvimos todo el día en el bosque, pero conseguimos dos de las grandes.

-Las mandrágoras solo crecen sobre el roció. – Hablo Stiles con asombro. - ¿Cómo la encontraron en Beacon Hills?

-Realmente no fue en el bosque de Baecon Hills. – Admitió con dureza. – Tuvimos que viajar hasta Míchigan, pedimos permiso del Alpha en ese lugar para tomar unas cuantas.

-¿Para qué son?  – Pregunto Malia con confusión.

-En la antigüedad eran usadas como sedantes. – Explico Stiles. – Crean alucinaciones y calman a la persona quien la consume. – Compartió una mirada cómplice con Scott a su lado. – Pero para los lobos, funciona como una cerveza.

La coyote, el quimera y el beta se sobresaltaron al escuchar al humano.

-¡¿Vamos a poder embriagarnos!? – Exclamo y pregunto Liam con asombro.

-Deberías estudiar los libros que Daeton nos dejó. – Se quejo el humano. – Tienes que ver las maravillas que hay en esos libros. 

-¿Como qué? - Pregunto Malia.