YUQI
-Te apoyo. Abre un OnlyFans.
-¡Lucas!- Le aventé un hueso que le dio exactamente en la frente. Lo escuché quejarse por el golpe, pero lo ignore olímpicamente mientras me centraba en Soojin. No podía estar dándole ese tipo de ideas a alguien que cree que el físico lo es todo.
Venga ya, que Soojin era guapa, eso nadie lo podía negar, pero de ahí a ir directamente a “vender” su cuerpo había un brecha increíblemente larga, y no, yo no iba a permitir que hiciera semejante estupidez y menos cuando el idiota de mi hermano había sido el de la idea.
-No le hagas caso a mi hermano, el está mal de la cabeza- Le di una mirada de amenaza para que se quedará callado por lo que restaba de nuestra conversación y él como el chico inofensivo que es, simplemente asintió y como un perrito regañado bajo la cabeza mientras seguía comiendo.
-De hecho, no había pensando en la posibilidad de abrir una cuenta de esas- ¿Lo está considerando? Cuando se fuera me iba a encargar de golpear nuevamente a Lucas y dejarle bastante en claro que sus ideas de emprendimiento son pésimas -Te pagan por mostrar solo un poco de piel, ¿Verdad?- Adoro su inocencia. Créeme que lo último que van a querer esos pervertidos es verte con un poco menos de ropa -Es una buena manera de conseguir dinero sin tener que esforzarte.
-No, no, no. ¿No lo estas pensando enserio? ¿Cierto?- Me altere, debo admitirlo, hasta la pobre gaseosita se volteo cuando me levanté de un salto y me acerqué hasta posar mis manos sobre los hombros de Soojin y empezar a sacudirla con fuerza de un lado para el otro. Reacciona unnie. Ese camino es de la persona que staneo pero no puedes ir por ahí.
-¿Por qué?- Deje de sacudirla cuando volví a escucharla. Ella estaba mirándome con la expresión de confusión más tierna que había visto en toda mi vida. Joder, que tras de esa facha de chica ruda es súper adorable. Ella se acercó de golpe a mi rostro, haciéndome retroceder. No vayas a empezar de nuevo. Solté un pequeño suspiro cuando vi que no intentó acercarse más, pero sí que mantenía su mirada puesta sobre mi rostro -¿Te preocupas por mí?- ¿Por qué suena tan sorprendida? Solo estaba preocupándome como una persona normal lo haría, o eso creo.
-Pues sí, ya te dije que con mi hermano te agarramos cariño- Aunque el idiota ese no ayude mucho. Escuchaba a mi hermano quejarse de fondo, pero ahora lo que menos me importaba era la gaseosa que había quedado esparcida por todo el suelo. Unnie me interesaba más, así que me quede viéndola, al igual que ella a mí, la diferencia era que ella me miraba como si fuera un extraterrestre, y sin esperármelo, Soojin colocó una de sus manos sobre mi mejilla mientras la apretaba ligeramente.
-Eres diferente- ¿Diferente? ¿A quién? No lo sabía, pero seguramente sí que era diferente. No a todas les gustan las mujeres, sin mencionar que si tenía mis momentos medio raros que ni yo me entendía -Por cierto, estas mojando tu ropa- De un momento para otro apuntó a mi rodilla derecha, la cual estaba puesta sobre la madera y efectivamente la gaseosa que había caído al suelo ya estaba mojándome y yo ni cuenta me había dado.
-Agh, maldicion- Me levanté de un saltó, sacudiendo el lugar hasta donde había alcanzado a tocar el líquido. Y yo que no quería lavar esta sudadera, ahora por perezosa hasta me iba a tocar limpiar el piso.
-Hermanita de mi corazón, sabes que te amo, pero… ¿Cómo fuiste capaz de tirar la gaseosa grandísima idiota?- Ni siquiera había terminado de limpiarme y ya tenía a Lucas regañándome, parecía que se había alcanzado a botar bastante porque cuando vi la botella, ya estaba por menos de la mitad -Hubieras tirado el pollo, ¡Ese si se puede recoger!- Ahora fue él quien me tomó por los hombros y empezó a zarandearme de un lado para el otro mientras me insultaba.