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YUQI

Esto era… Muy extraño.

¿Cómo es qué las cosas pueden cambiar de un día para otro?

De un momento para otro, todo era demasiado raro, y me sentía bastante pérdida cada que Soyeon tenía una acción fuera de lo común, o bueno, para mí lo era. 

¿Cómo sé que esto no es una especie de ilusión que creó mi cerebro para hacerme sentir un poco menos mierda?

Sinceramente, era imposible que fuera una ilusión, habían pasado una semana desde que Soyeon vino a mi casa a disculparse, y desde ese momento todo había cambiado.

Y por suerte era para bien, o eso quería creer.

Miré con ilusión aquel peluche que Soyeon había ganado para mí hace unos días cuando finalmente pudimos ir a una “cita”.

He de admitir que se había comportado bastante bien, me había hecho sentir demasiado bien, y aunque podía estar mal, cada pequeño detalle hacía que mi corazón volviera a confiar en ella.

Ahora solía esperarme después de clases para que camináramos juntas, íbamos juntas a la biblioteca, a la hora de almorzar siempre se sentaba conmigo, salíamos constantemente a comer algo, e incluso varias veces se había tomado la libertad de tomarme de la mano mientras caminábamos por los pasillos del instituto frente a la mirada a todos.

A la mayoría parecía darle igual.

Pero a mí, me hacía ilusionar.

Más fuerte será la caída si te ilusionas. Deseaba con todas mis fuerzas que esta vez fuera diferente, porque mi subconsciente estaba dándome con ganas cada vez que estaba cerca de Soyeon, recordándome que en cualquier momento esto iba a terminar de la peor manera.  

Pero es que no podía evitar sentirme bien con esto, porque parecía como si fuéramos una pareja.

-Suena bien- Sonreí inconscientemente al recordar todos aquellos hermosos momentos que hemos estado compartiendo juntas en los últimos días.

Como decía, parece que hubieran cambiado a Soyeon por otra versión mucho más liberal.

Aunque en realidad sabía la razón de esto, o más bien, la misma Soyeon se encargó de hacerme saber porque había cambiado tanto, y es que era obvio que su padre tenía algo que ver aquí.

Ahora que él no estaba cerca, Soyeon era libre, y si ella era libre, yo podría ser feliz.

Era tan sencillo pero a la vez tan complicado, todo podía derrumbarse con un simple viento.

Y sabía que aquel viento aparecería en el momento que Seung apareciera de nuevo en nuestras vidas.

-Pareces bastante feliz- Levanté suavemente la cabeza al ver a mi hermano entrando a mi habitación con una plato en manos.

-Lo estoy- Sonreí suavemente, ahora mismo lo estaba, por muy superficial que sonará.

-¿Las cosas van bien con Soyeon?- Caminó hasta sentarse a mi lado y dejar aquel plato entre los dos.

-Se podría decir que si- Tomé la cuchara y llevé un poco de la comida a mi boca -¿Se me nota mucho?

-Puedo ver corazones en tus ojos.

-Agh, estar enamorado es tan difícil- Negué suavemente mientras me cubría el rostro con las manos. Aquella hermosa sensación que puede hacerte feliz o destruirte al mismo tiempo era complicada de entender, pero aquí estaba, intentando por lo menos de hacer mi mejor esfuerzo porque todo fuera bien.

WHAT I CAN'T SAY •SOQI•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora