SOYEON
Las cosas se ponían bastante terribles cuando papá estaba en casa. La poca libertad con la que gozaba desaparecía en cuanto él ponía un pie dentro de este lugar.
Podía parecer un buen tipo cuando estaba frente a más personas, pero dentro de casa es como si fuera una persona completamente diferente, de hecho, yo no le veía el sentido a que él fuera todos los domingos a misa y rezará como si fuera el más devoto de todos si era una mierda de persona fuera de ese enorme edificio y puede ser mi padre, pero eso no quita que realmente sea malo.
Todo había estado tan perfecto sin él aquí, estaba arreglando las cosas con Yuqi, incluso me sentía mucho más valiente sin él cerca, pero no, a aquellos chicos se les habían cruzado varios cables y habían terminado retirando la denuncia, por lo que todo quedó en nada.
Con mi padre libre, jodiéndome la vida de nuevo, y haciéndome actuar de nuevo como una estúpida con la única persona que parecía quererme por lo que soy.
Sus comentarios homofóbicos nunca faltaban, es más, parecía que hasta se habían vuelto una rutina. Me decía algo desagradable de la comunidad antes de que me fuera a estudiar, parecía que ese era su nuevo pasatiempo favorito, y es que lo decía de una manera en la que parecía incluso estármelo diciendo directamente.
Sí, tal y como si lo supiera todo.
Al principio no sé me paso por la mente que lo supiera porque siempre eran comentarios random, pero creo que debí tomarme esos comentarios con mucha más seriedad.
Mi padre había estado amenazándome disimuladamente desde hace mucho y yo no me había dado cuenta.
Ahora ya era demasiado tarde…
La puerta de mi habitación se cerró con fuerza, haciéndome sobresaltar.
Levanté lentamente la mirada para encontrarme a mi padre parado en mitad de mi habitación con Suga tras de él.
Él ya lo sabe.
-No sabes cómo recé para que mis sospechas estuvieran mal- Pasé saliva al verlo apretar con fuerza los puños.
Es un buen momento para correr Jeon. Si, solo si no estuviera tapando la entrada lo haría.
Maldito sea, ya lo tenía planeado con antelación, y es que había subido a mi habitación en cuanto mi madre se fue a trabajar, no me dio tiempo ni siquiera de intentar escapar con la excusa de que tenía clases.
Bueno, la realidad es que esto se veía venir, solo me hizo falta ver como en la madrugada había corrido a Yuqi junto a su hermano de casa.
Nos había pillado abrazándonos y hablando, y aunque estos detalles no son realmente para tanto, pues imaginó que las amigas lo hacen, lo malo es que en este caso mi padre ya lo sospechaba, así que esos pequeños detalles solo terminaron de confirmarle sus sospechas.
Bendito martes, empezaré a odiarte de ahora en adelante.
-¿Es cierto?- Pa’ que preguntas si ya sabes la respuesta. Pero bueno, no me sorprende, a él le gusta ver a la gente sufrir, lo disfruta -¡Responde Jeon Soyeon!- Retrocedí asustada cuando lo escuché gritar de repente.
Era rara la vez que me levantaba la voz, pero cuando lo hacía, es porque la he cagado profundamente.
Así que sí, mi mayor miedo se cumplió.
Lo que más terror me daba terminó llegando en un horrible momento.
Estaba inestable mentalmente con todo lo que estaba pasando con Yuqi, y ahora iba a tener que aguantarme sus estupideces.