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SOYEON

Desde siempre había odiado los hospitales. No sé por qué, pero me daba una mala espina con solo poner un pie dentro de aquel opaco edificio.

Lastimosamente ahora no tenía más remedio que entrar a ese horrible lugar en busca de mi madre, llegué lo más rápido que pude hasta la recepción, en dónde me dijeron que debía ir al piso doce y que ahí encontraría a la persona que estaba buscando.

Llegué al ascensor, y no me preocupe por esperar si alguien más quería entrar, simplemente apreté repetidas veces el botón con el número doce y esperé.

Como una eternidad me pareció cuando escuche el típico sonido del ascensor deteniéndose, bajé a toda velocidad y corrí en busca de la habitación que me habían dicho, aunque realmente no tuve que buscar mucho hasta que reconocí una figura familiar sentada en una banca mientras rezaba.

Típico de ella.

-Mamá- Llegué con la respiración agitada a su lado y ella al verme inmediatamente se levantó y me abrazó con fuerza.

-Qué bueno que estás aquí- Asentí suavemente.

-¿Cómo esta papá?- Pregunté suavemente, escuchando como sollozaba segundos después.

-No han dicho nada- Respondió entre el llanto.

-¿Qué fue lo que pasó?- Sinceramente solo le había entendido que mi padre estaba en el hospital y nada más porque con su voz completamente rota por el llanto me era imposible entenderla completamente.

-Sufrió un infarto mientras almorzábamos- ¿Un infarto? Pero si mi padre era la persona más sana que conocía, por algo siempre andaba comiendo cosas que no tuvieran mucha grasa o que no engordarán. Además era bastante atlético.

-Tranquila- Dije simplemente mientras acariciaba suavemente su espalda -Él estará bien- Es mi padre, no se va a morir tan fácilmente y si el médico no ha salido aún es por algo.

-Soyeon- Me alejé un poco de mi madre al escuchar la voz de Suga apareciendo de repente por el pasillo -Que bueno que estás aquí- Se acercó con dos vasos de lo que parecía ser café.

¿Esperen? Suga ya estaba aquí antes de que yo llegará, ¿A quién se supone que llamaron primero?

-Aquí tiene su bebida señora Jeon- Mi madre finalmente se alejó de mi cuerpo y recibió el vaso con una suave sonrisa.

-Gracias querido- Volvió a sentarse en el lugar que estaba anteriormente mientras le daba pequeños sorbos a la bebida.

-¿Qué haces aquí?- Encaré a Suga, haciendo que este finalmente me mirará, levanté suavemente una ceja cuando lo vi atrancándose con su bebida -¿Qué te pasa?

-Ven conmigo- Me tomó de un brazo y me alejó un poco de mi madre.

-¿Qué haces?- Pregunté confundida al notar su mirada completamente fija sobre mi cuello.

-¿Fue ella?- Preguntó de repente mientras me pasaba su vaso, lo tomé y lo miré con el ceño fruncido cuando lo vi quitándose su suéter con cuello de tortuga.

-¿Qué?- Pregunté completamente pérdida por su comportamiento y más al ver como extendía la prenda en mi dirección.

-Ponte esto primero, así nadie te va a ver- ¿El qué joder? No te entiendo -Las jodidas marcas de chupetón que tienes en el cuello idiota- Bien, no hacía falta ser tan agresivo.

-Ah- Y en ese momento caí en cuenta de que ni siquiera me había preocupado un poco por mi apariencia, había salido corriendo de casa sin siquiera mirarme al espejo primero -Gracias- Dije por lo bajo, si Suga había reaccionado de esa manera era porque debían ser bastante evidentes. E internamente estaba agradeciéndole el buen gesto que había hecho antes de que mi madre me viera -No me…

WHAT I CAN'T SAY •SOQI•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora