Capítulo 3

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Después de casi una semana entera empezaba a entrar un poco en pánico, había salido absolutamente todos los días a buscar empleo y no había conseguido nada. La mayoría ponía de excusa mi falta de estudios. Necesitaba encontrar un empleo muy pronto.

De los ahorros que tenía guardados, Solo daban para pagar la renta del departamento del próximo mes, aunque he de admitir que sinceramente no me arrepiento de haber rentado uno tan lindo y espacioso. Y para mantenerme solo me quedaba para aproximadamente una semana y media.

Hoy, como los otros días saldría a buscar un trabajo, los lugares a los que había ido eran mayormente restaurantes o establecimientos de comida, pero creo que tengo que empezar a buscar en otro lado. Salí de mi casa y en el camino me encontré a Noah, pienso que él es una persona muy agradable.

-¡¡Hola ____!!- Saludo efusivamente.

-Hola Noah, ¿Qué tal estas?-

-Bien, sin muchas novedades, ¿Y tú? ¿Cómo va la búsqueda de trabajo?-

-Nada bien a decir verdad, no me han querido contratar en ningún lugar- Dije algo cabizbaja.

-Bueno, no sé si te interese, pero el jefe de mamá ha estado buscando una cocinera para su casa, ya que la pasada renunció-

-¿Enserio? Eso es fabuloso, ¿Me pasarías el contacto?-Dije bastante emocionada.

-Claro, llamaré a mamá y le pediré la dirección para que vayas- Respondió amablemente.

-Muchísimas gracias Noah, de verdad-

-No es nada ____-Contestó- Bueno ahorita que tenga la información, te busco, ¿De acuerdo?-

-Claro que si- Estaba a punto de regresar a mi departamento, pero me surgió una duda- Noah, ¿Sabes de casualidad por qué renunció la otra cocinera?-

La verdad esa pregunta me surgió de pronto, era una tontería, pero por alguna razón me causaba inquietud que la razón tuviera que ver con el empleo, con la paga o con los habitantes de esa casa.

-Según me contó mamá, la señora de la casa es algo... exigente- Me cuenta rascando su nuca de una forma algo nerviosa- ¿Quieres aun así la información?-

-Claro, quiero ver a que me atengo con mis propios ojos- Le digo segura.

-Bueno, en un rato voy contigo- Dice entrando a su departamento.

Regresé dentro de mi hogar para esperar a Noah, vaya, después de todo hay buenas noticias, aunque ahora me pregunto qué tan "exigente" debe ser la señora que hizo a la otra cocinera renunciar. La verdad, no creo que sea para tanto, y aun que fuera así, necesito un empleo, así que no estoy para ponerme exigente.

Después de unos 40 minutos llaman a la puerta e inmediatamente voy a abrir, y como lo esperaba, es Noah.

-____, ya llamé a mamá, aquí tengo el teléfono de la residencia, y la dirección- Comenta con visible ánimo.

-Muchas gracias Noah, enserio-

-Espero que si te contraten, así podemos ir a tomar el café que te dije-

-Claro, espero que sí- Contesto- Bueno, si no te molesta voy a llamar ahora, deséame suerte-

-Mucha suerte- Dice retirándose de mi departamento.

Lo siguiente que hice fue llamar desde mi teléfono al número que tenía anotado el papelito que me dio Noah, llamé unas tres veces y no contestaron, vaya suerte que tengo. También tenía anotada la dirección, así que fui por mi bolso y tomé un taxi.

Le di la dirección que tenía anotada y tardamos unos 35 minutos en llegar, cuando salí del vehículo me di cuenta que era una casa exageradamente grande. Empecé a llenarme de nervios, ¿Cómo serán las personas que habitan esta casa?, caminé despacio hasta la reja de entrada y toqué el timbre. A los segundos sale una voz por el aparato.

-Residencia Evans, ¿En qué le puedo ayudar?-

-Ho...Hola- Malditos nervios -Buenos días, disculpe, ¿Aquí es donde ofrecen el trabajo de cocinera?-

-Así es, ¿Viene a una entrevista?-

-S...Sí-

-En un segundo abro y la hago pasar-

Carajo, no sé porque estoy tan nerviosa. Después de unos segundos, el gran portón se abrió y yo camine hasta la entrada principal. Toqué a la puerta y un señor de apariencia ya algo mayor salió.

-Buenos días, supongo que usted es la señorita que busca el puesto de cocinera-

-Sí señor, ¿Es usted el dueño de la casa?- Pregunto tímida.

-Por supuesto que no, soy el mayordomo de la residencia- Dijo divertido- Adelante señorita, la guiaré a donde será la entrevista- Comentó dándome paso al interior de la vivienda.

Pasé algo temerosa, pasamos por una sala, todo era demasiado elegante y estaba perfectamente limpio y organizado. Estaba fascinada y con la boca abierta viendo esa casa tan bonita, después pasamos por un gran comedor y finalmente llegamos a una cocina. Era una cocina muy bonita, pero no se comparaba a la que estaba en mi antigua casa en Texas. Podía no ser tan lujosa pero se sentía tanta calidez allí, que nada se le comparaba.

-Espere aquí, en un momento vendrá la señora de la casa-

-¿Ella hará la entrevista?- Dije con los ojos muy abiertos, los pocos nervios que se habían esfumado volvieron de un momento a otro.

-Así es- El mayordomo se acercó bastante a mí- Cuida lo que dices frente a ella, puede tener un carácter algo... fuerte- Dijo en un susurro.

Asentí temerosa a lo que me dijo.

-Disculpe, ¿Cuál es su nombre?- Le pregunto al hombre frente a mí.

-Hank, un gusto señorita...-

-____, ____ Dawson-

-Mucho gusto, en un momento viene la señora, me retiro-

Dios, tengo que cuidar mucho lo que voy a decir, espero que me acepten, aunque me da un poco de miedo como se refieren a "La señora", ¿Qué es lo malo que le ven todos? Veamos que me depara el destino.

-Así que, ¿Tú eres la que quiere el puesto?- Dijo una voz a mis espaldas.

~Carajo~ Dije a mis adentros mientras me daba la vuelta...

Solo una empleada | Chris EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora