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『7』

—Entonces... Seonghwa era tu compañero MARS98_

Soobin suprimía cualquier gesto que notara lo muy esperado que resultó el comentario de su amigo. Yeosang estába decepcionado y molesto, no había dejado de plantearse hipótesis por la tonta excusa de Seonghwa para acercarse a él.

El peliazul creyó conveniente confesar que ya sabía eso, Seonghwa fué y es muy obvio en sus sentimientos, sin acotar que su voz es un sonido tan hechizante. Pero disipó lo arriesgado que resultaría, además Yeosang nunca le vió al rubio sin mencionar que jamás oyó la voz de él; por lo que Soobin calló todo comentario.

—Pero a él le gustas. —Dijo el peliazul dándole un sorbo a su bebida energizante. —Es decir... Es una deducción por su mentira. —Desvió la mirada, casi le da a entender a su bajo amigo la verdad oculta en él.

Estaban en la cafetería de la universidad, Yeosang le había relatado inició y fin también cómo llegó a bloquearlo y desinstalar el juego; todo para cortar conexión con el rubio.

Su amigo seguía recordando su caos emocional, habían pasado alrededor de siete días desde la última vez que habló con Seonghwa. Cuando enfrentó la verdad y finalizó el facetime inmediatamente llamó a Soobin para desahogarse y soltar maldiciones por lo descuidado que fué.

Sabía que Seonghwa le estaba evadiendo y lo agradecía pero eso no descartaba el sentimiento de molestia por no obtener su disculpa en persona. Divagaba en sí, no entendía porqué su actitud. No quería ver a Seonghwa pero a la vez lo quería.

Pensó que en la semana habría algún rubio de tez dorada persiguiendole en los corredores o cualquier salón sólamente para ganarse su perdón. Ingenuidad; era la definición de Yeosang.

—No lo creo, no lo he visto durante la semana y hoy... Soobin, hoy es viernes.

—Haz pasado la semana diciendo que no lo quieres ver y no aceptarás su disculpa. —Le recordó. —Igualmente, refutas al decir lo contrario, eres un desastre amigo. Te haz contradecido en un aproximado de veinte veces pero siempre llegas a la conclusión de "no sé lo que quiero". —Continuó el alto. —Yeosang, te gusta es mi afirmación.

El mencionado suspiró alejando la bandeja de comida para posar su cabeza en la mesa, ocultándose con sus brazos en murmullos. Negaba rotundamente ante lo dicho, era verdad, lo sabía pero no deseaba avanzar en ese sentimiento.

—Me dijiste que Minhyuk tampoco ha venido a clases. —Dijo Soobin obteniendo un sonido afirmativo del contrario. —Park Rosé llegó a la ciudad ¿lo sabías?

Yeosang levantó la cabeza frunciendo el ceño ante el repentino cambio de tema.

Soobin rodeó los ojos. —Los tres son hermanos, cuando Rosé regresa del extranjero la familia Park hace un tiempo para ella.

—¿Eso que tiene que ver con mi situación?

Soobin soltó un lloriqueo llevando su cabeza en dirección al techo para hablar. —Señor, perdonalo.

Yeosang lo vió confundido, no entendía el porque de esa acción ni mucho menos la finalidad de la conversación.

—Minhyuk, Seonghwa y Rosé son hermanos. —Dijo recalcando cada sílaba. —Las empresas Park, los dueños son sus padres ¿ahora entiendes?

El pelinegro abrió los ojos desconcertado por lo revelado, jamás unió esos rompecabezas. El apellido Park era tan usado en ese país que le restó importancia a las coincidencias que se presentaban en Seonghwa, Minhyuk y la ahora mencionada modelo Rosé.

—No sabía que tenían lazos. —Murmuró reincorporándose en la banca. —Aún así, ¿por qué mencionas éso ante lo que te dije?

Soobin quiso golpearlo y también a sí mismo, tan malo era dándole indirectas. Sin más devolvió la mirada al techo. —Señor, ayuda a controlar mi impulso para atacarlo.