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『16』

Su semana había transcurrido de la manera más abrumadora en cualquier sentido. De haber pensando que volvería a retomar su particular cercanía a Seonghwa produciría en él constantes sonrojos y torpes actos, hubiera preferido callar y evitar todo camino de regreso a él.

Impresionantemente el tan esperado día para asistir al club de la familia Park llegó. Admitía que pudo generar ciertas situaciones para no asistir, era de esperarse la más vergonzosa reacción por sus padres y eso a él le generaba el peor de los escenarios. Miedo. Temía por cualquier cosa que hicieran sus padres en frente de Seonghwa.

Si bien Soobin estaría a su lado no cercioraba ápice de defensa alguna. Sus padres solían molestarle ante un posible gusto hacía cualquier chico es por ello que se aprovechaban de lo obvio que resultaba ser Yeosang para darle ciertos humillantes rasgos, y en eso Soobin tomaba papel secundario. Disfrutaba de ver a su amigo ser tratado de esa manera por sus progenitores.

Llevaban media hora de trayecto al club y en ningún momento Yeosang dejó de imaginar tormentosas situaciones, podía catalogarse como algo absurdo e inclusive inmaduro, de igual manera no podía evitarlo. No aceptó su repentino sentimiento a Seonghwa, así que era innecesario tener miedo por lo que suceda ese día.

«Irónico. No me gusta pero temo causar mala impresión, y que se aleje de mi.» Con ese pensamiento optó por deducir que en efecto, estába perdiendo la razón.

—Llevo diciendo por más de quince minutos que te bajes, y en lo absoluto me prestas atención. —Soobin irrumpió en su ensimismamiento. —Deja ya de pensar en Seonghwa, y bajate. —Bramó.

Con un gruñido bajó finalmente, observando detalladamente el lugar que tenía al frente. Era inmenso como llamativo y juvenil, de un color blanco y ciertos tonos pasteles siendo divisados al entrar.

El lugar era tan embriagador, captaba la completa atención de cualquiera, sin mencionar los diversos salones en el cual escuchaba mínimamente ciertas actividades.

—¡Yeosang!, si viniste. —Exclamó Minhyuk acercándose ligeramente hacía él, regalando una sonrisa. —Creí que dejarías la invitación al aire.

—¿Cómo puedes pensar eso? —Interrumpió Soobin. —No dejaría a Seonghwa decepcionado.

—Soobin.

El mencionado encogió sus hombros. —Seguiré aferrado a mi manifestación, él te gusta simplemente acéptalo.

—¿A quién le gusta?

Yeosang fulminó con la mirada a Soobin para después girarse hacía un recién llegado rubio, sonriendo mínimamente disipando cualquier nervio.

—A Soobin le gusta Rosé.

Seonghwa amplió los ojos, impresionado aunque incrédulo. Unos minutos después, frunció el ceño. No creía que eso era verdad.

—¿Tú no sales con Jihan? —Preguntó molesto.

—Se fué por trabajo. —Apretó los labios. —Es sólo un crush, Yeosang malinterpretó con Rosé. —Confesó nervioso bajo la demandante mirada oscura del rubio.

—Espero. —Dijo tan duramente. —Creí que no vendrías. —Se dirigió a Yeosang. —Me alegra verte aquí, ven quiero llevarte a jugar tenis.

Sin esperar respuesta contraria tomó felizmente la mano de Yeosang recorriendo el club en busca del campo. Ambos soltando leves risas por la emoción que irradiaban al correr por aquél lugar.

Podrían interpretarse como una recién pareja de enamorados, cosa que no estába tan alejada de la realidad. Sin importar la seguida negación de Yeosang, no cubría totalmente su ser al estar en compañia del mayor.