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『14』

«Así es como... Lucen en realidad»

Había sido un viaje con tal hostigamiento, si bien sus padres estában emocionados por el evento que la familia Park tenía previsto como conmemoración a su aniversario 30. Eso a él le abrumada puesto no solía haber un espacio cómodo en el cuál Seonghwa y él estuvieran.

Nervioso. Así describiría todo. Tenía dudas, sí, quería ver a Seonghwa pero tampoco causar incomodidades.

«Sólo déjalo estar, mantente alejado.» Concluyó así su remolino de inseguridad. Divisó la entrada al club, siguiéndole de cerca los pasos a sus padres se mantuvo detrás como cuál oveja temerosa por ser una presa.

Aún no adaptaba su vida a tales reuniones importantes. Se sentía tan fuera de lugar a pesar de haber nacido en la catalogada "cuna de oro". Disfrutaba ciertos lugares, no lo negaba pero eso no dejaba atrás el sentimiento de inconformidad al divisar como empresarios y modelos se acercaban a sostener cualquier charla casual.

—Debes dejar de actuar así, estoy contigo.

Yeosang cerró los ojos soltando un largo suspiro, volviendo su vista hacía esa voz.

—Lo siento. —Musitó. —Estoy nervioso, quizás, no sé.

Soobin rodeó los ojos, giró su rostro hacía los padres del pelinegro; quiénes yacían compartiendo una armoniosa conversación con los anfitriones del evento.

Regresando hacía Yeosang, le sonrió cortamente para así brindar sus brazos como refugio. El pelinegro no dudó ante la petición y se acercó lentamente, ocultando su cabeza en el cuello del peliazul.

—¿Mejor?

—Sí. —Murmuró aún oculto en su cuello.

Unos minutos después rompió el abrazo ampliando su sonrisa como muestra de agradecimiento a su amigo. Siempre solía estar para él, y eso lo apreciaba como le afligia.

No quería ser dependiente de Soobin, realmente no quería serlo de nadie era una gran inutilidad para él no tener la suficiente capacidad para combatir cuantos problemas sean.

—Lo siento. —Dijo cabizbajo. —Suelo estar atado a ti cuánto menos lo espero.

Soobin agrandó sus ojos sorprendido ante lo recién confesado.

—No te sientas culpable, no me molesta cuidarte.

—A mí sí. Me siento insuficiente, quiero hacer todo sin necesidad de recurrir a tí para tener ápice alguno de confianza.

—Yeosang...

Sus palabras quedaron al aire, abruptamente fué interrumpido por un tercero. Girando ambos hacía la dirección de esa voz, compartieron miradas de asombro y nervios. Los hermanos Park iban hacía ellos.

—Yeosang. —Saludó Minhyuk. —Es bueno verte. Oh, y a tí también Soobin. —Sonrió.

—H-hola. —Torpemente formó su saludo. Toda su atención estuvo en Rosé, Soobin se notaba incrédulo al tener finalmente a su preciado crush como modelo en frente. —Soy Soobin. —Extendió su mano hacía la pelirosa.

Para la menor le resultó sumamente tierno el comportamiento ajeno, por lo que se acercó a él con cautela estrechándole un cálido abrazo.

—Es un placer Soobin. —Depositó un beso en la mejilla del mencionado.

El peliazul desvió la mirada, un sentimiento invadió en su interior sin acotar el intenso calor que se expandió a sus mejillas y cuello.

—Hola Yeosang, finalmente puedo conocerte mejor.