『10』

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Un golpe tras otro, así solía trabajar su mente.

Tan pronto salió de clases llamó a Soobin, necesitaba que alguien fuera cruel en sentimientos para abordarlo en preguntas con respecto a sentirse confuso o inclusive presionado.

Era nuevo en ésto, no había logrado en el pasado tener alguna atracción hacía ajenos. Cambiaba lo imprescindible del amor por estudios. No le era cuestionable, sólo se limitaba a ser apartado de los mismos círculos viciosos que son: enamorarse.

—Deja de golpear tu cabeza con mi escritorio, ésta partida es más importante que tu debate existencial.

Yeosang frunció el ceño reincorporándose en el asiento, bufó exasperado por lo oído. Sin más giró en dirección a el peliazul, el cuál se encontraba sumido en el portátil, tecleando sin césar teniendo toda actitud competitiva al jugar o siquiera ser retado.

—¿Falta mucho?

Soobin rió negando entre dientes. —Estoy cerca de la torre, probablemente tarde unos cinco o diez minutos en sacar la gema y ganar.

Yeosang asintió a pesar de no ser visto por el contrario. Resignado volvió a su antigua posición, cabeza recostada en la mesa del escritorio cubriendo su cara con ambas manos.

—¿Por qué? —Preguntó Soobin. —Llamaste, llegaste y sin más te sentaste a mi lado sin emitir sonido alguno hasta ahora. —Señaló. —¿Algo con Seonghwa?

Yeosang murmuró un sí, cada palabra que ansiaba salir de sus labios era amortiguada por su peculiar posición.

—¡Sí!

El pelinegro supuso que aquella exclamación fué formada por haber ganado. Aún oculto entre sus manos giró su cabeza hacía la dirección de Soobin, quién yacía realizando torpes movimientos como celebración. Sonrió. Soobin era como un pequeño niño emocionado por haber tenido su helado.

—Soy todo tuyo. —Dijo Soobin después de haber finalizado su extraña conmemoración. —Hazte a un lado, quiero pasar.

«Un niño, sí, por supuesto. El niño más insensible»

El mayor rodeó los ojos deslizándose por el espacio. Era un poco reducido pero cómodo para trabajar. Aún así no negaba que su amigo debía ampliar más su habitación sí pretendía tener ese rincón para sus juegos en línea.

—¿Te quedarás ahí?

El contrario apretó los labios no deseaba una discusión y mucho menos sí sería realizada por una tonta personalidad.

—Sí, ve al sofá yo me quedaré aquí.

El alto asintió posándose en el objeto mencionado. Al ver como Yeosang seguía viendo sus zapatos soltó un carraspeo llamando así su atención.

—¿Me recomendarías otro videojuego?

Soobin formó un gesto de asombro, no era esa la pregunta que quería ser formulada y él lo sabía. Le sorprendió fué la capacidad de desviar un problema.

—Eso no es para lo que viniste. Dime, ¿Qué pasa?

El de tez pálida soltó una respiración llevando su cabeza hacía la vista del techo de Soobin.

—No asumas nada, es sólo un comentario ¿Bien?

El alto frunció el ceño sin entender pero por lo poco asintió, esperando más en el desenlace de la comunicación.

—Me siento atraído por Seonghwa.

Abrió los ojos sumamente deslocado por lo dicho. No era como tal una confesión segura pero un avance podría catalogarse.

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