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『20』

—Así finalizamos.

Alejándose del escritorio giró hacía Yeosang, quién yacía sentado en su cama jugando en su teléfono.

—No creo conveniente el hecho de hacer ésto, realmente no tengo interés por los videojuegos Yunho, en serio. —Dijo enfocado en su carrera de autos.

—Pero jugaste con Seonghwa.

—Lo hice porque me pareció lindo y era tierno ver como me coqueteaba.

Yunho suspiró llevando su vista hacía el techo negando con una sonrisa.

—Bien, entonces sólo juega sin algo de por medio demuestra que tanto te enseñé.

El más bajo asintió perdido en aquél escenario que le daba el videojuego. Lo había instalado con el deseo de simplemente tener algo entretenido en su teléfono. Si bien no era fanático de tales juegos no había un porque para por lo menos tener uno de carreras. Le resultaba adecuado y ya, liberar estrés tal vez de igual manera le divertía mover su teléfono como si un volante de automóvil fuera.

Dejándose llevar por la carrera obvió el hecho de recibir una llamada entrante, primero era llegar a la meta marcar el primer lugar y lo demás quedaba en historia. Estába a tan solo tres metros de distancia cuando por enésima vez la burbuja de una llamada irrumpió en su pantalla, exclamando enojo pausó la partida para recibir la llamada.

—¿Qué demonios quieres?

—¿Con esa sucia boca me besas?

Seis palabras, fueron sólo seis y su postura se puso rígida. Sus mejillas se tornaron de carmín, la vergüenza le invadió su anatomía y también el reflejo por ocultarse entre sus manos.

Contestó la llamada sin fijarse en el contacto, estába tan arrepentido por hablarle así a su novio. Iba a musitar su lamento cuando una risa detuvo su acto.

—Supongo que has de estar avergonzado y por eso no respondiste mi pregunta.

—Perdón, no me cercioré de quién era.

—Está bien Yeosang, ¿dónde estás?, quiero tener una cita contigo.

—En mi casa, aunque ¿no hemos tenido suficientes citas?

—Tendremos las necesarias para hacerte saber lo mucho que me importas.

Reprimiendo cualquier sonido que arruinará el momento llevó sus manos por inercia a su boca, permitiéndose ver a Yeosang en dicha situación.

Desconocía lo que pudo haber expresado Seonghwa a la otra línea pero cualquier palabra dicha causó un intenso rubor en Yeosang adoptando también la postura de querer ocultarse entre sus manos.

Optando por levantarse de la silla giratoria le hizo una señal a Yeosang de que se iría regalando una mirada cómplice por estar hablando con su novio. Sin más, se marchó dejándolo sólo.

—¿Sigues ahí?

—Lo estoy, es sólo que haces comentarios tan repentinos que me avergüenza.

Escuchando su risa inconscientemente permitió que una sonrisa se posara en él. Escuchar reír a Seonghwa era el mejor sonido que alguna vez pudo descubrir.

—Iré a tu casa ahora.

Parpadeando desconcertado por lo escuchado escaneó su habitación, buscando que tan desordenada podría estar.

—¿Por qué?, está bien sí voy a tu casa.

—Quiero ir a tu casa Yeosang, y lo haré, espero mi beso de ‘bienvenido a casa’