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『8』

Toda su confianza fué abordada en el fin de semana, su seguridad para arreglar problemas estába firme o eso creía él.

Disponía de un manejo para el control del tiempo, solía extraer considerables horas para indagar en su burbuja la cual desprendía su subconsciente. Era mejor cuando éste tomaba las decisiones correctas sin resaltar la causa principal a sus constantes dolores de migrañas.

Las náuseas y vómitos habían disminuido al divisar como el amanecer irradiaba mínimamente en su oscura habitación. No logró conciliar el sueño debidamente, su domingo se vió sumamente afectado sin catalogar que su familia no ayudaba a mantener silencio en cada rincón.

Aún con sus ojos entrecerrados llevó su mano hacía su mesa de descanso al lado izquierdo, tomando así su teléfono. El brillo de la pantalla señalaba un 0% de la misma manera le molestaba tal iluminación así sea poca.

—¿Sería conveniente ir en éstas condiciones?

Murmuró para sí mismo mientras leía los mensajes que Yunho había dejado la noche anterior. El alto se encontraba preocupado por el rubio, la migraña fué pausada hace menos de un año lo cual fué considerado un milagro.

No entendía el repentino dolor, formuló muchas hipótesis sobre la condición de su amigo llegando a un punto en el cual «videojuegos y Yeosang» fueron el decreto final. Le comentó a Seonghwa su suposición, había leído que la migraña también se producía por estrés por ende Yeosang era el eslógan perfecto para sus divagaciones.

—Debería cambiar la profesión a psicología.

Con una amarga risa comentó mientras seguía la lectura de los mensajes. Le divertía como molestaba cuando Yunho adoptaba ese papel. Para su ignorancia en esas situaciones, no le daba la confianza suficiente por ello siempre le respondía que sus conclusiones en la vida de él eran absurdas a la par de infantiles.

Resignado se levantó finalmente de la cama, en una escala del uno al diez se podría decir que un siete era su estabilidad. Podría con ello, no faltaría a clases mucho menos cuando le carcome su asunto con Yeosang.

Después de unos minutos con todo listo para salir de casa recibió una llamada, sin fijarse en el nombre contestó bajando las escaleras tirando pequeñas miradas alrededor de la casa desconfiado, había mucho silencio cosa que le extrañó.

—Seonghwa.

—¿Dónde están?

—Minhyuk y Rosé salieron antes, algunos pendientes por hacer. Papá y yo estámos en camino a una reunión con los inversores de Gran Bretaña... Yo... —Suspiró. —No quiero que vayas a clases si aún sigues con los dolores. Llamaré al doctor...

Seonghwa quién yacía en el comedor sirviendo su cereal con frutas interrumpió lo que causaría otra punzada en él. —Mamá no iré al médico, estoy bien. Iré a clases ahora.

—Park Seonghwa, si llego a recibir una llamada de Yunho juro que te llevaré personalmente al médico.

—Está bien, ahora ¿me dejas tomar el desayuno?

—Llamaré después, lo sabes. Te amo. Adiós.

• • •

—¿Seguro que estás bien?, he contando cuántos cierres has hecho en tus ojos. Han sido veinte en tan solo cinco minutos, llamaré...

Seonghwa asustado llevó sus manos hacía la boca del contrario, impidiéndole que continuara y realizara la acción que ya sabía que vendría.