『18』

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Una nueva oportunidad la cual construiría un sentimiento más fortalecido y experimentado. No tenía etiqueta alguna su relación, sólo dejaban que aquella corriente tal cual río fluyera de la misma manera que sus emociones hacía ambos corazónes.

Pequeños tropiezos al compartir espacios, tímidas manos buscando su mitad faltante. Sinceras como titubeantes sonrisas eran la muestra genuina de una nueva como novicia pareja de enamorados.

Quizás eran unos infantes, emocionados por haber descubierto un nuevo juguete del cual no se deshacerían con facilidad. Un viaje con acceso especial hacía la segunda estrella con camino a Nunca jamás  no podrían describir el ser llenados de una emoción tan desbordante como la que tenían al verse directamente hacía sus ojos.

Era el momento de ser ellos mismos, abrir ése peculiar cofre que alguna vez cerraron por miedo a sentirse incorrecto por opiniones terceras. La inseguridad que una vez tocó su control emocional tomó la voz de mando en ello; intensificó lo que alguna vez nunca experimentó: Ataques de pánico, ansiedad y ligera dependencia a sentimientos ajenos.

Solían resaltar la importancia de la comunicación en una relación, la confianza en ambos. Es un trabajo en equipo no individual, cada uno tenía el deber de aportar tanto lado positivo como negativo. Irrefutable el hecho de no tener beneficio del pro y contra, cada parte exponía lo imprescindible del transcurso que compartirían, es un viaje interminable, una balanza que demanda ser equilibrada ni más felicidad ni mucho menos tristeza/ira. Una relación no depende de tener más que otro, simplemente ansía trabajar en los defectos y convertirlos en su mayor virtud así tendrán una sostenible como fuerte línea familiar.

—¿Te gusta lo que ves?

Parpadeando desorientado giró su rostro hacía Seonghwa.

—Es una linda noche, no veo impedimento alguno para observar el cielo con sus estrellas.

Seonghwa asintió tomando acercamiento hacía Yeosang, el cual había regresado su vista al espacio nocturno. Sentándose finalmente en aquella banca miró con gran notoriedad como el cuerpo de su menor temblaba bajo la extrema temperatura que tenía la ciudad.

Quitándose su chaqueta cubrió al pelinegro quién le miró confundido.

—Tienes frío. —Señaló. —Extiende.

Frunciendo el ceño al no entender con que se refería a "extender" abrió ligeramente la boca para preguntar, pero una repentina acción lo llevó a callar sin haber emitido sonido alguno.

Seonghwa había entrelazado su mano con la de él, dejando suaves caricias con su pulgar al igual que daba leves apretones para así dejar que sus heladas manos tuvieran calor.

—Estoy bien.

—No me importa, era el momento perfecto para tomar tu mano, dame la otra.

Riendo mínimamente accedió a la órden, sintiendo como un calor le cubría cada mejilla y con ello su pecho. Era agradable recibir tales actos.

—Quiero que vengas a una cena con mis padres mañana. —Con su mirada enfocada en las manos contrarias realizó su invitación. —No quiero causar una forzada relación en nosotros, no te presentaré como mi novio sin aún no lo deseas, simplemente cambia tu perspectiva, será...

Quedando sus palabras a un cuarto del final, Yeosang no le dejó continuar, bastó con enseñar en ese beso que dejara de hablar.

—No me molesta si me presentas como tu novio Seonghwa, te dije que mis sentimientos hacía tí se iban a intensificar con cada actitud que me muestres. —Depositó un casto beso. —Cada día sorprendes a mi inexperto corazón, por primera vez me siento en armonía al expresar mis emociones, sólo tú lograste éso. Eres la única persona que convirtió mi frágil personalidad en el más brillante tesoro que algún ser viviente pudiera conseguir.

Con una simple confesión y afirmación en su amor hacía él silenció cualquier respuesta ajena. Tomando valentía busco comodidad en el regazo de Seonghwa, besando suavemente sus belfos jugando con aquellas hebras revoltosas cerca del cuello.

Un beso lleno de el más puro y significante amor, aquél primerizo como excepcional sentir. Halló en un desconocido lo que nunca esperó necesitar jamás; primer u verdadero amor.

Siendo una necesidad el aire separaron sus labios sonriendo entre ellos, sin duda era la más linda noche que presenciaron una vez.

Regresando su atención al cielo formaron un fuerte abrazo, sintiendo cada tranquilo como emocionante latido de ambos corazónes. Yeosang descansando su cabeza en el pecho del rubio creyó conveniente pronunciar esas palabras que llevaba tan estancadas en él, probablemente sería precipitado decirle éso pero debía soltar ese nudo.

—Te quiero, Seonghwa.

Temeroso de la reacción contraria se ocultó en el cuello de Seonghwa, apretandose más bajo él.

El mayor soltó pequeñas carcajadas, sintiendo su pecho de pronto cálido al haber escuchado éso. Viendo enternecido a Yeosang besó su coronilla, bajando sus labios hacía la oreja expuesta, la cual estaba de un intenso carmín supuso él debido a las palabras expresadas con anterioridad.

—Te quiero mucho más de lo que se podría expresar, Yeosang.

Susurrando aquello cubrió mejor al menor, la temperatura seguía bajando temía que enfermarse.

Ignorando los eufóricos latidos levantó la mirada encontrándose con unos brillantes luceros quienes pertenecían al ahora dueño de su corazón. Mostrando una pequeña sonrisa sostuvo la mirada, detallando cuanta belleza irradiaba Park Seonghwa.

—Deberíamos irnos, vas a enfermar si sigues aquí.

—¿No te quieres quedar hoy? —Preguntó en inocencia.

—Me encantaría dormir con mi pequeño bebé, sólo que tengo un pendiente temprano.

—Yo te despierto a tiempo. —Insistió.

—Yeosang. —Inclinó su rostro hasta depositar un tierno beso en su nariz. —No creo que vayamos a dormir.

—¿Por qué? —Musitó.

—Es imposible querer cerrar los ojos cuando estoy a tu lado, la felicidad que me transmites abruma en demasía y disipa mi sueño. —Confesó.

—Seonghwa. —Volvió a insistir. —Duerme conmigo, prometo ser buena alarma.

—Bien, obedeceré. Busquemos mi auto para ir a tu casa.

Dando un salto salió del regazo de Seonghwa, siendo como un niño feliz por tener lo cumplido. Jalando su cuerpo hacía el parking del parque guió en brincos al mayor.

—Vas a caerte. —Rió.

—No. —Negó sonriente. —Lo evitarías.

—Es verdad, no dejaría que algo te pasara. —Afirmó.

—Por eso me gustas mucho. —Soltó en un apuro, corriendo al carro para adentrarse. Como si hubiera hecho una travesura esperó su regaño.

Anonadado por lo escuchado apresuró su paso al objeto.

—¿Dijiste que te gusto? —Preguntó incrédulo.

—Sí. —Respondió cabizbajo. —Lo haces, y mucho.

—Mírame.

Obedeciendo giró lentamente hacía él quién en un rápido como imprevisto movimiento lo posó en su regazo regalando varios besos en cada lugar de su rostro y cuello.

—Me haces muy feliz, en serio. Soy otro chico embriagado en amor simplemente por tí, eres mi mayor teroso.

Riendo por los incontables besos que eran repartidos en su rostro asintió feliz. Si Seonghwa era feliz, él lo era más.

«Entonces, entendí que al verte sonreír tan ampliamente causabas inconscientemente en mí un anhelo y necesidad de ocasionarla por siempre.»

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