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『15』

—Justifica tu ausencia en el evento más importante al cual fuiste invitado.

Seonghwa no lo dió a mostrar ayer, pero sí, se encontraba decepcionado como molesto por la falta de Yunho. Entendía las ocupaciones de su alto amigo, aún así una ligera esperanza se posó en él para acompañarle el día de ayer.

Había ignorado sus insistentes mensajes y llamadas, insignificante solía ser la situación. De igual manera, ahí estába cruzado de brazos en el salón de informática esperando una buena excusa de parte de Yunho.

—Mis padres me llamaron, debía tomar un vuelo hacía Busán ese día. Supuse que serían unas tres como máximo cinco horas de reunión para el nuevo lugar de exportaciones al extranjero que se inaugurará ahí, me equivoqué. Lamento no haberte notificado eso.

Seonghwa suspiró asintiendo en compresión. No podía tener molestia alguna con respecto a eso, Yunho era quien mayormente manejaba la compañía de los distritos, un portavoz como imagen de la familia Jeong.

Disipando su enojo regaló una pequeña sonrisa, tomando asiento a su lado.

—Hablé con Yeosang.

El contrario amplió sus ojos en impresión, asimilando lo anterior confesado. Era un avance, no pudo evitar formar una ligera sonrisa.

—¿Te perdonó?

Seonghwa asintió lentamente apoyó su peso en el espaldar de la silla, echando su cabeza hacía atrás teniendo la vista enfocada en aquél foco del techo.

—Aceptó ser mi amigo.

Yunho frunció el ceño borrando la sonrisa que alguna vez mostró.

—¿Van a ser sólo amigos?, Seonghwa no puedes...

—Yunho. —Interrumpió el sermón que se aproximaba. Reincorporándose en su asiento giró la silla hacía el aludido. —Estará bien. —Sonrió. —Yeosang no tiene sentimiento alguno por mí, lo mínimo que podría hacer para no despedirme es ser su amigo.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—¿Exactamente...?

Yunho bufó exasperado levantándose de su asiento inconforme con la situación de Seonghwa.

—No puedes asumir que él no siente nada por tí, te dije que permitieras conocerlo debidamente, detallar cuando suele estar nervioso cada mentira, dejarte embriagar por su compañia.

—Tienes conocimiento de algo ¿no es así? —Asumió ignorando lo dicho. —Sólo déjalo estar Yunho. —Continuó. —No planeo dejar mi gusto hacía él pero tampoco presionar para que me acepte. Es sólo... Deja que todo transcurra como debió ser en el principio.

Yunho llevó sus manos a su cintura levantando la mirada hacía el techo, buscando tal vez algo de razonamiento.

—Bien, no interferiré en su extraño acuerdo.

—Gracias, supongo.

El silencio los cubrió dándole paso finalmente a la hora de su siguiente clase. Con el poco ánimo ambos se encaminaron hacía la cafetería buscando su mocca correspondiente a la hora para continuar su día.

La cafetería solía compartir mismo corredor cual el salón de artes, tecnología y laboratorio para sorpresa de ambos, Yeosang y Soobin tenían artes exactamente con el horario de su visita a la cafetería. Jamás habían cruzado camino, y ahora sí ¿Coincidencia? Quizás.

Ahí se hallaban, Soobin salía con un malhumorado Yeosang del salón. Según pudieron escuchar comprarían una bebida energizante, puesto el pelinegro no había logrado descansar.