『13』

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Si cambia su perspectiva podría sentirse cómodo ante el escenario que estába presenciando.

Cuando llegó a su casa contaba con cualquier recibimiento, cada día sus regresos a ésta sorprendían al pelinegro. No era solo que Soobin llegara antes que él o siquiera sus padres regresarán antes del trabajo; era el tener a los padres de Seonghwa en su espacio lo que causaba nervios en su sistema.

Llegó en un momento tanto cómodo de parte de ambos empresarios, tuvo la ligera ilusión de ver a Seonghwa también en el living pero vaya fué su desánimo al oír como sus padres preguntaron por el rubio y los señores Park dijeron que no pudo acompañarlos por asuntos pendientes en sus clases; mentira.

Yeosang sabía perfectamente que le seguía evitando, no iba a reprochar ni sentirse menos. Entendía que todavía sintiera miedo al verle, de todas maneras su pizca de esperanza se avivaba cada vez más.

Unos minutos después observó como los empresarios abandonaban su casa. Y con toda la incertidumbre se acercó a sus padres esperando algún comentario el cual explique tal inesperada visita.

«Querían confirmar si recibimos su invitación a la fiesta de aniversario.» Tales simples como monótonas palabras fueron un botón de peligro para él. No quería ser el causante de un ambiente incómodo, ni atormentar a Seonghwa. Evitaría cualquier conexión para verle, de nuevo.

—Deberías ir.

Yeosang ignoró tal sugerencia para tiempo después brincar a su cama.

Soobin quién yacía en el marco de la puerta, suspiró adentrándose con la intención de convencer su asistencia al evento.

—Yeosang. —Llamó.

—No, se pondrá nervioso y probablemente huya, no haré que el día importante de sus padres lo pase sumamente incómodo. —A pesar de que sus palabras fueron amortiguadas por la almohada Soobin se hizo una idea de la excusa.

—Te puedo acompañar.

Yeosang se reincorporó en la cama, asombrado por lo dicho abrió sus ojos.

—¿Estás seguro?

—Sí. —Se encogió de hombros. —Quizás me divierta.

El pelinegro sonrió asintiendo fuertemente.

—¿Cuándo es?

—Mañana.

Soobin indagó en su mente, buscando cualquier ocupación para ese día al no recordar nada asintió.

—Bien, vendré mañana.

—Gracias. —Volvió a sonreír, admirando los brillantes ojos de su peliazul amigo; una belleza impresionante. —Oh, había olvidado ¿qué tal salió el cumpleaños de Jihan?

Si bien el cumpleaños era en unos días cierto percance evitó que se realizará para la fecha pautada. La familia de Jihan debía viajar al extranjero por un lapso de cuatro meses debido a la carrera de ella como modelo en su empresa. Tal imprevisto la llevó a reunir a sus amigos cercanos y hacer un pequeño evento.

—Estuvo bien, conocí a sus padres. —El brillo de sus ojos se intensificó al recordar ese día. —Hice bien en adelantar sus regalos, ¿qué hubiera pasado si ayer llegaba a su casa y no le dejaba mis sorpresas?

—Hubieras llorado en mi casa, porque en éstas situaciones nunca tienes casa propio. —Replicó.

Soobin se encogió de hombros. —No importa. Le gustó mucho la perrita, le llamó snow .

—Me lo esperaba, el animal es tan blanco como la nieve.

—Encantador tu trato hacía las mascotas.

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