CAPITULO 8

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Cuando la luz del sol entra por el cristal y se refleja de manera intensa sobre mi cara, agradezco por que he sobrevivido una noche más y ya estoy cediendo al hecho de que las pesadillas no pasaran.

Los parpados me pesan y a pesar de que entro en el dilema de si vuelvo a dormir o no, decido quedarme despierta y ruedo en la cama por varios minutos hasta que finalmente la pereza ha desaparecido, la cama esta tan cómoda y como siempre a pesar de que estoy despierta me envuelvo  entre las sábanas, la cobija y la colcha haciéndome una bolita, el estar en cama es tan placentero que pierdo la noción del tiempo.

Tomo el celular de la mesita de noche y miro la hora, me sorprendo al saber que es las nueve de la mañana y todavía sigo aquí, debería estar en el gimnasio con Mark en este preciso instante, me percato de que tengo cinco llamadas perdidas de él, marco el numero y lo llamo.

-         Hola bella durmiente, ¿Cómo amaneciste hoy?- habla y escucho de fondo a gente hablando y el chirriar del metal de las máquinas.

-         Hola, Mark amanecí descansada... un poco, me sorprende que no me hayas despertado.

-         Sé que no dormiste bien anoche, me alegra que estés descansada, si eso dices, confió en tu palabra, pero no quise molestarte, estarías fatigada para cuando fui a despertarte, ¿tuviste pesadillas de nuevo?- estoy segura de que entre pesadillas había gritado un par de veces pero no creí que mis miedos pudieran hacer que yo gritara de verdad.

-         Las tuve...- afirmo.- lo siento si es que te asuste.

-         No lo sientas, comprendo tu situación, incluso me preocupa, quieres que vuelva a hablar con el doctor Bernaty, el puede ayudarte ya lo hizo una vez, puede hacerlo de nuevo.- Lo escucho apenado, no quiero hacerle esto a Mark.

-         No te preocupes ya iré a hablar yo con el uno de estos días.

Le digo con la esperanza de que no insista, porque la verdad no quiero volver con ese doctor nunca, ya existirán otras maneras de controlar mi mente.

-         Tomate lo que queda del día, será mejor así.- escucho que alguien le habla .- Otra cosa Sherry, he hablado con la veterinaria y Blerk  regresara pronto a casa, ese vejestorio todavía vive.

Al escuchar el nombre de Blerk todo lo demás desaparece, meses después de que yo empezara a vivir con Mark, llevo a una pequeña perrita, decía que los animales servían de gran ayuda y compañía para los humanos, no se equivocaba, ella es mi mejor amiga, cuando me sentía sola solía ir con ella en las noches y le contaba sobre cómo me sentía y todo lo que hacía, Blerk siempre me lamia la mano, ¿Quién dice que los animales no sienten? Creo esa siempre ha sido la forma en la que ella me ha dicho que está conmigo. Pero hace dos meses su estomago se dio vuelta y se enfermo luego la operaron y estuvo en recuperación, me alegra que vuelva, porque tengo que contarle, lo mucho queme ha pasado en tan poco tiempo.

Escucho a través del teléfono que alguien  lo llama, hablan un poco y escucho que ahora es Richi la que me habla.

-         Hola Sherry, Mark me ha contado que a alguien se le pegaron las sábanas esta mañana, ¿como estás?.- pregunta.- no, mejor me lo dices luego, iré ahora mismo a tu casa espero estés lista, hoy saldremos a hacer unas compras, te veo adiós.

Termina la conversación y Mark habla de nuevo.

-         Todo arreglado, que la pases bien hoy, te quiero.- me manda un beso y cuelga.

Tengo tiempo suficiente para prepararme hasta que Richi llegue. Tomo una pequeña ducha y me visto con un pantalón calentito, unas botas afelpadas y una camisa, aparto una chompa para cuando salga y bajo a preparar mi desayuno, tomo el cereal de la despensa y la leche, frió tocino y preparo jugo, hoy estoy con buen apetito, lo cómo mientras veo la tele en la sala, lavo los trastes, sonrío y por alguna razón desearía que Isaac estuviera aquí nuevamente, pero alejo el pensamiento.

SHOT THE GUN (Disparo) CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora